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Marcha de mujeres en el marco del 8M de 2021 en Santa Elena Petén. Mujeres de Petén Ixqik

En el norte, feministas desde la cotidianeidad

«Empecé en un grupo de mujeres de mi comunidad escuchando historias de otras mujeres»
«Las alianzas con otras mujeres han sido fundamentales»
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En el norte, feministas desde la cotidianeidad

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Iliana Tzin, coordinadora del Centro de Apoyo Integral para Mujeres Sobrevivientes de Violencia de Petén; y Floridalma Martinez, coordinadora general de la Asociación de Mujeres de Petén Ixqik, organización que nació a raíz de los Acuerdos de Paz de 1996, cuentan cómo es nombrarse feministas desde su labor.

«Como asociación de mujeres diversas que defienden los derechos humanos de las mujeres y niñas, no nos nombramos feministas. Pero a nivel individual sí. Somos un colectivo en donde cada una tiene la decisión de asumirse o no, feminista» explica Iliana.

Han enfrentado muchos problemas en este sentido, uno de ellos es por la postura política de Ixquik. «No es tanto por nombrarnos o no feministas sino por el enfoque de defender los derechos de las mujeres», indica Floridalma.

Cuentan que han sido amenazadas directa e indirectamente. «Nos dicen revoltosas y nos han mandado a trabajar», comenta.

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Iliana cuenta que no es fácil ser una mujer diferente, pero que tener a mujeres de su familia como referentes ha sido muy importante. «Aunque no me lo hayan dicho en palabras, ese liderazgo que vi en ellas lo llevo en la sangre», dice Iliana. Lo mejor que les ha dejado el feminismo es el poder sobre sí mismas y sobre sus decisiones libres y sin culpas.

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Floridalma viene de una comunidad de excombatientes, «empecé en un grupo de mujeres de mi comunidad escuchando historias de otras mujeres», cuenta. Esta representación cotidiana le ha llevado a ser activa en su comunidad a pesar de los comentarios externos y prejuiciosos.

Según Floridalma, en Petén la gente piensa que feminismo es lo contrario al machismo y que se quiere ser más que los hombres. «Si una mujer es soltera, de más de treinta años, trabaja en una organización, es independiente y sin hijos ‘sos feminista’, así lo interpreta la gente», agrega.

A Iliana también la identifican como feminista por su criterio, cómo piensa, su postura política y la toma de decisiones que ha hecho en su cuerpo, su vida y su familia. «Las que gritamos, las que salimos a las calles esas somos las mujeres feministas, según la sociedad y los sectores de Petén. Hay un estigma», apunta.

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Según Iliana, antes no sabían mucho sobre feminismo, y cuando lo empezaron a comprender desde procesos de formación, pensaron en cómo se iban a ir nombrando con otras mujeres, pues no es fácil si se desconoce sobre el tema.

«Aunque lo malinterpreten, hemos visto un gran avance y cambio en la vida de las mujeres, cuando ya nos atrevemos a denunciar y nombrarnos como sujetas de derecho.

Las alianzas con otras mujeres han sido fundamentales», señala.

Petén es un departamento con condiciones sociopolíticas, culturales y económicas que hacen un contexto particular. Este contexto ha marcado a Iliana y Floridalma. Ellas coinciden en nombrarse feministas desde la cotidianeidad y desde sus vivencias diarias, como quienes se nombran desde el feminismo comunitario y desde las situaciones que van enfrentando día a día.

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