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Bloque de mujeres jóvenes recorre la sexta avenida de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala, en conmemoración al 8 de marzo./ Laura Garcia

«El mundo tiene que parar para que nosotras tengamos nuestros derechos»

Laura Garcia
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Edwin Bercián
Laura Garcia
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«El mundo tiene que parar para que nosotras tengamos nuestros derechos»

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Días antes del ocho de marzo, cientos de mujeres se organizaron a través de colectivas, comunidades, lugares de trabajo y estudio para marchar y visibilizar las situaciones que atraviesan. Ellas manifestaron sus exigencias y denuncias en el día que conmemora su participación en la sociedad y su lucha por la igualdad.

En esta fecha, donde también se cumple otro aniversario del incendio en el Hogar Seguro, se recordó a las víctimas y se exigió justicia.

Este viernes se cumplieron siete años de la muerte de 41 niñas y adolescentes, que se encontraban bajo resguardo del Estado, en un incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción. La tragedia dejó a otras 15 niñas con quemaduras graves.

«Vuelen, aquí seguiremos luchando por ustedes», dijo Dolores Hernández, abuela de Wendy Vividor, quien falleció en el incendio del Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Hernández también pidió justicia por su hija María Ramírez, madre de Wendy, asesinada en 2021 en Esquipulas. Junto a estas peticiones se lanzaron al aire 41 globos blancos en honor a las niñas víctimas.


En la antigua sede del Hogar, familiares de víctimas, sobrevivientes, su equipo de abogadas, voluntarias, monjas y bomberos, conmemoraron la tragedia, exigieron justicia y que el nuevo gobierno apoye en las gestiones para lograrlo.

Por primera vez desde el incendio, algunas de las sobrevivientes volvieron al aula del antiguo Hogar Seguro para dejar una ofrenda. La Secretaría de Bienestar Social (SBS) les abrió la puerta como un acto para que «empiecen a cerrar el ciclo», dijo Carlos Menchú, subsecretario de la SBS.

Las sobrevivientes y madres de las víctimas también participaron en un evento público del gobierno, donde asistió el presidente Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera, a quienes pidieron comprometerse por escrito a apoyar su búsqueda de justicia.


Alto a la criminalización y cese a la impunidad

Frente al Ministerio Público (MP), más de mil flores fueron colocadas sobre la valla que protege el frente del edificio. Un nombre o una consigna acompañaba cada flor, para exigir justicia y el cese de impunidad en los casos de violencia contra mujeres, en cualquiera de sus formas. «Son los nombres de todas aquellas mujeres que ya no se encuentran porque fueron asesinadas en la búsqueda de sus derechos», explicaron las mujeres organizadas.

En Guatemala, el femicidio es el delito más denunciado a nivel nacional y el que tiene mayores desestimaciones por fiscales e investigadores.

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Por esa razón, organizaciones de mujeres y colectivos que conforman el consorcio por los Derechos Sexuales y Reproductivos realizaron la intervención frente al MP, institución a la que exigieron cumplir con su papel de atender las denuncias de mujeres víctimas de violencia y dar atención oportuna e integral a niñas y mujeres que se acercan para buscar justicia. «Estos casos deben ser atendidos de acuerdo con el principio de celeridad que establece la ley», señalaron en un pronunciamiento público.

«No estamos celebrando, estamos conmemorando este día de lucha y resistencia,para exigir que se detenga la violencia que sufrimos las mujeres, especialmente la violencia sexual contra niñas, mujeres, y que el sistema de justicia no atiende», explicó Victoria Cumes Cojolá, integrante de la Asociación de Mujeres Nuestra Voz.

Los colectivos de mujeres también pidieron la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras. Señalan la falta de acciones para detener la impunidad en casos de violencia hacia mujeres y niñas y la utilización de los recursos de la institución para criminalizar a mujeres defensoras de derechos humanos, operadoras de justicia y estudiantes universitarias.

El plantón frente al MP fue uno de los cuatro que se realizaron durante las jornadas del #8M en Ciudad de Guatemala. Distintas organizaciones se manifestaron también frente a la Corte de Constitucionalidad, la Corte Suprema de Justicia y el Congreso de la República.

Protección laboral e igualdad de salarios

Frente a la Corte de Constitucionalidad, el plantón agrupó a sindicatos y organizaciones de trabajadoras. Exigieron protección laboral e igualdad de salarios. Recordaron cómo las jornadas extensas, los salarios bajos y las pocas garantías de seguridad convierten los espacios de trabajo en lugares de violencia recurrente y semi-esclavitud.

En uno de sus comunicados, Unistragua Histórica, que representa a las mujeres organizadas en la Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala, hizo especial énfasis en los abusos que viven las mujeres que trabajan en maquilas, servicio al cliente y cuidados.

Todas piden la ratificación del convenio 190 de la Organización Internacional de Trabajo, que protege de violencia y acoso durante el trabajo, en relación al trabajo o como resultado del mismo.


Demandas para las legisladoras

El plantón frente al Congreso de la República fue para entregar un documento a las diputadas, donde se pidió que avancen las iniciativas de ley en favor de las mujeres.  Las diputadas de la bancada Movimiento Semilla y la asesora del presidente del Legislativo, Stephanie Rodríguez, en representación de Nery Ramos, recibieron el documento.

La petición directa es que se reanude el compromiso de la mesa técnica legislativa donde Andrea Villagrán y Sonia Gutiérrez han sido líderes en años anteriores. Villagrán aseguró que han logrado que más 15 iniciativas de las mujeres que estaban detenidas hayan sido leídas en el pleno y ahora están en las comisiones de trabajo.

A la actividad asistieron varias asociaciones de mujeres trabajadores de casa particular, de maquila y otros sectores, así como de OTRANS-RN, entre otras. Una de las voces más activas fue la de Maritza Velásquez, coordinadora de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de Maquila (Atrahdom).

Los colectivos que manifestaron frente al Congreso se sumaron a la solicitud de aprobar las iniciativas de ley que promuevan el trabajo digno y salarios justos, en particular la ratificación del Convenio 189 de la OIT, sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos. El convenio 190 y el cumplimiento del 087 y 098 sobre la erradicación de las violaciones de los derechos humanos y laborales así como el cumplimiento de la hoja de ruta. También demandaron seguridad, justicia para las mujeres, y una legislación a favor de los derechos de las mujeres trans.


Al mismo tiempo, en la Plaza de los Derechos Humanos, frente a las puertas de la Corte Suprema de Justicia, mujeres de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (Unamg), el sector de mujeres, colectivos de niñas, personas trans y de trabajadoras sexuales, se reunieron para exigir justicia y atención a las denuncias de violencia en contra de la mujer.

Con flores, pancartas y velas, fueron decoradas las gradas en memoria de las ancestras que dejaron sabiduría y fortaleza. Tras exponer sus demandas al Estado, recogieron todo y emprendieron una marcha hacia la Plaza de las Niñas, que fue centro de reunión de varios grupos de mujeres.

Por la tarde, carteles, consignas e intervenciones

A las dos de la tarde, volvió la afluencia a la Plaza de los Derechos Humanos. En esta ocasión, la presencia predominante era de jóvenes de diferentes colectivas como el Bloque de Jóvenas, Oleada Feminista, Landivarianas, colectivos de mujeres mayas, Serfem, Usac y otras mujeres autoconvocadas que se fueron sumando a lo largo de la caminata.

Sus consignas estaban estampadas en pancartas, carteles, canciones y bailes, así como en los pañuelos morados y verdes y en sus coloridas vestimentas. Aunque manifestaban por las injusticias que atraviesan las vidas de mujeres y niñas a diario, el ambiente irradiaba una energía de unidad y alegría de poder expresarse juntas.


«El mundo tiene que parar para que nosotras tengamos nuestros derechos», dijo Gabriela Quemé, quien participaba en el bloque de mujeres en bicicleta que abrió paso a la caravana y que permaneció en resguardo, en cada intersección, a pesar de las bocinas insistentes de los automovilistas. En un punto de la sexta avenida, un motorista intentó cruzar, a pesar de ello, las manifestantes le contuvieron con apoyo de la Policía Municipal de Tránsito (PMT).

Pocos negocios tenían cerradas las persianas y en la mayoría observaban el caminar de las manifestantes. El restaurante San Martín tenía preparado un refrigerio y banderas blancas pegadas en sus puertas. Ha sido intervenido con pintas en años anteriores por posicionarse a favor de iniciativas conservadoras y anti derechos, esta fue su estrategia para impedirlo, pero volvió a suceder.

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La manifestación continuó a lo largo de la avenida hasta llegar a la Plaza de las Niñas.

«Se siente, se siente, las niñas están presentes» coreaban las integrantes de la Batu de las Niñas desde la tarima que sirvió de escenario para la presentación de artistas y organizaciones.

Música, cantos, gráfica y un tendedero exponiendo fotografías de agresores llenaban la Plaza. En el suelo, una bandera palestina formada con trozos de plástico y sostenida con bolsas de agua permaneció detrás del altar que recuerda a las 56 niñas y adolescentes muertas y heridas en el incendio del Hogar Seguro

El baile y las consignas se extendieron hasta el final de la tarde.

 

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Este texto es parte de la cobertura especial del #8M realizada por el equipo de mujeres periodistas y editoras de Plaza Pública integrado por: Melani Coyoy, Jody García, Beatriz Lix, Kimberly López, Geldi Muñoz, Yuliana Ramazzini y Liliana Villatoro

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