Lo real y concreto se sacraliza, al contrario de las religiones occidentales que sacralizan lo inmaterial. Ciencia y espiritualidad articulados y sin frontera definida. Por esa razón, el cristianismo implantado en 1524 tuvo que mayanizarse para poder propagarse como elemento del poder.
La fortaleza cosmogónica maya, no fue abatida totalmente por una religión antropocéntrica que enfrentó y trató de comprender, sin lograrlo, el conocimiento, los principios y prácticas de la espiritualidad de los pueblos mesoamericanos. Por ello, la inculturación, como una forma de extractivismo religioso, utiliza prácticas y saberes de los mayas para intentar imponer principios y rituales ajenos.
Invitado a una gira académica hace años, conocí las dos Alemanias, Italia y España. Estos países originalmente tuvieron religiones distintas al cristianismo antes de la llegada de los romanos, quienes impusieron esta religión. La gran cantidad de templos, catedrales, monasterios y otros elementos religiosos cristianos se imponen como característica identitaria de Europa, evidenciando el desaparecimiento de religiones ancestrales. Religiones que no tenían la fortaleza civilizatoria de la espiritualidad maya que, por eso, ha sobrevivido a la colonización.
Los curas que acompañaron la invasión de 1524, al no comprender la espiritualidad de los pueblos, los catalogaron como no humanos, paganos o instrumentos del diablo. Cien años después seguían en la misma ignorancia, tal como lo apunta un cura irlandés [1]: «(los indios) eran muy afectos al sortilegio y que por el poder del diablo habían hecho cosas muy extrañas». Por ello, perseguían a la par de oficiales de la Inquisición, a todo sospechoso de practicar su espiritualidad.
Hay un campo de resistencia en los pueblos, para adaptarse y sobrevivir a las persecuciones y a la «guerra santa» de la colonización.
Las alcaldías indígenas y las cofradías, instituciones occidentales, resguardaron principios mayas bajo el ropaje cristiano. El Rabinal Achí, el Palo Volador, danzas de la Conquista, Monos, venados y toros, Maximón en Santiago Atitlán [2], Jun Noj en Xela, conservan la memoria histórica. La filosofía maya, utilizando caracteres latinos, fue preservada por escribas kichés en el libro universalizado, Popol Vuj. Las iglesias fueron construidas sobre lugares sagrados mayas; sin embargo, en su ornamentación se resguarda la memoria artística: por ejemplo, San Andrés Xecul y otros que más parecen mayas que cristianos.
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Dicen los ancianos, que el nombre de Esquipulas es Ix Calpul, y a la par del turístico templo están las cuevas donde brota el agua sagrada (convertida en agua bendita por el cristianismo) que se iba a traer después de las cosechas (enero) para simbolizar la petición de la sagrada lluvia. Romeristas de México, Guatemala y Centroamérica llenaban caminos y veredas para llegar a la tierra sagrada de los chortí. Mi abuela Carmen, en 1958, logró llevar a la familia, viajamos en antiguas camionetas que pasaban por Godínez a la capital, donde tomamos el tren (era para transportar ganado) para llegar a Zacapa y de ahí a Esquipulas. Con manteados para dormir en el suelo, frijol volteado, pishtones, kichom de viaje, café, carbón y ocote, (no había hoteles, ni teníamos la capacidad de pagarlos). Repitiendo el rito ancestral, la entrada al templo se realizaba después de encender velas en las cuevas.
Por años he recorrido diversas comunidades lingüísticas. En época de Semana Santa, y en todas, se siente estar en una celebración maya. Arcos con frutas, alfombras de pino, la ofrenda redistributiva en el gran día (NIM Q´IJ), consistente en alimentos, frutos en miel, pan (adaptación española). Rituales de autosacrificio, cargando algo pesado, meditación e invocación, colorido total enmarcado en los días calendáricos, inculturados por el cristianismo. Todo fuera de los templos cristianos.
No por casualidad en Guatemala, al finalizar la cuaresma, el 30 de marzo [3] se inició el año maya solar de 360 días más 5 de meditación sobre la vida y espíritu.
Incluso, la Semana Santa capitalina no escapa al profundo sentido espiritual maya cobijado en el mestizaje. De eso escribiré en el próximo artículo.
[1] Los viajes de Tomás Gage a la Nueva España, parte tercera: Guatemala. Editorial Artemis-Edinter. Guatemala, 2000.
[2] https://www.facebook.com/100060077843155/videos/945557520478123/
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