La ONU reconoció que las decisiones tomadas por parte del Gobierno de Guatemala para hacerle frente a la pandemia provocada por el coronavirus fueron «oportunas y apegadas a los protocolos internacionales». Y no solo la ONU. También otros Gobiernos aplauden y siguen con atención los informes diarios para imitar e implementar las medidas sanitarias y los rescates económicos en sus propios contextos.
Me parece que parte del éxito que estamos teniendo como país se debe a que aprendimos muy rápido de la experiencia triste y mortal de otros. En este sentido, los italianos, en pleno reconocimiento de sus errores, destacan que uno de sus fallos fue que los médicos y el personal sanitario no contaban con el equipo y las protecciones adecuadas para tratar a pacientes de covid-19. Por ello centenares de médicos guatemaltecos le dirigieron una carta abierta al presidente Giammattei en la cual el primer punto es precisamente importar el equipo de protección personal recomendado por la Organización Mundial de la Salud y distribuirlo entre los profesionales de la salud. Es evidente el esfuerzo del Gobierno por responder a esta petición, ya que, si los médicos se contagian y entran en cuarentena, importaría muy poco tener camas y respiradores artificiales listos en los hospitales temporales.
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Dicho lo anterior, parece que el Gobierno de Guatemala ha estado a la altura de las circunstancias y que muchas de sus decisiones han sido acertadas y necesarias. Y digo «muchas» decisiones porque no podemos darnos el lujo de pensar que todo lo que decidan el Ejecutivo o los ministerios involucrados está exento de error. Por lo tanto, así como otros aprenden de Guatemala, también nosotros tenemos que ver a otros Gobiernos para aprender de ellos. Por ejemplo, en el país vecino, El Salvador, el presidente Bukele puso en marcha un paquete de medidas económicas en el cual se suspenden los pagos de la electricidad, agua, teléfono, cable e internet por tres meses. Es más. Adelantándose a los posibles actos de corrupción, Bukele dijo en cadena nacional: «Al que toque un centavo yo mismo lo voy a meter preso. Y aquí está el comisionado de la Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador [Cicies], quien va a asignar 60 auditores para revisar todos los gastos que se hagan en esta emergencia». ¿Qué podemos aprender de El Salvador? ¿Cuál podría ser nuestra labor ciudadana en esta emergencia de salud pública?
Me parece que todos debemos estar muy bien informados de las decisiones que toma nuestro Gobierno. Estamos obligados a ser ciudadanos vigilantes y a estar atentos a las compras, los préstamos y la ejecución del presupuesto para así detectar cualquier acto de corrupción y hacer las denuncias en el momento oportuno. Lo lamentable es que, conociendo a nuestra clase política, la probabilidad de que roben y se beneficien con pactos y leyes es muy alta. Por ello, conforme pasamos la cuarentena, debemos felicitar a nuestro Gobierno por sus aciertos y, con el mismo amor patrio, prepararnos para denunciar y exponer públicamente a los que intenten aprovecharse del estado de calamidad.
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