La presencia de la Filgua en el interior de la república se hace sentir de muchas maneras, pero desde hace tres años su impronta ha sido muy especialmente el reconocimiento del aporte de las bibliotecas públicas a la construcción democrática del país.
La Filgua, en su XV edición (2018), ahondó en el rol de estas bibliotecas a través del III Concurso Nacional de Bibliotecas Públicas, en el cual participaron una veintena de propuestas y para la elección de las ganadoras utilizaron los organizadores «una metodología transparente, objetiva y medible basada en criterios e indicadores de puntuación acordes a postulados y manifiestos internacionales relacionados con la promoción de las bibliotecas públicas».
El nivel académico del jurado calificador fue y es incuestionable. Estuvo integrado por Gabriela Alonzo, coordinadora del Programa Cultural de la Filgua; Carolina Escobar Sarti, directora de la Asociación La Alianza Guatemala; Carmen Rosa de León-Escribano, directora del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades); Marilyn Pennington, fundadora de la librería Sophos, y Marc Sagaert, director general de la Alianza Francesa de Guatemala.
Hubo tres bibliotecas ganadoras y cuatro con mención especial. Bien vale la pena conocerlas.
Las ganadoras fueron la biblioteca comunitaria K’ak’ Nojib’al, de Xolsacmaljá (Totonicapán), con el primer premio; la biblioteca comunitaria Fuente de Sabiduría, de San Carlos Sija (Quetzaltenango), con el segundo premio, y el Centro Cultural Ixchiguán, de Ixchiguán (San Marcos), con el tercer premio.
Las bibliotecas acreedoras a una mención especial son las siguientes: la biblioteca Paco Piñas, del caserío El Sauce, aldea Xesuj, San Martín Jilotepeque (Chimaltenango); el Colectivo de Bibliotecas Ambulantes, de Cobán (Alta Verapaz); la Biblioteca/Ludoteca/Centro Cultural de Chancol, de Chiantla (Huehuetenango), y la Biblioteca de Calle, de la ciudad de Guatemala y de Escuintla.
Para lograr tal cometido, la Filgua tuvo el apoyo de la Fundación Riecken, cuya labor pivota alrededor de las bibliotecas comunitarias, «siendo la constante formación de líderes y el servicio a la comunidad uno de los aspectos fundamentales del modelo de biblioteca que impulsa».
Indudablemente, en este tercer concurso el occidente del país se llevó las palmas, pero como altaverapacense me siento muy orgulloso de la mención obtenida por el Colectivo de Bibliotecas Ambulantes de Cobán.
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Felicitaciones entonces a los gestores de las bibliotecas seleccionadas y congratulaciones a la Asociación Gremial de Editores de Guatemala por tan edificante labor.
El año pasado fui testigo de cómo la Filgua llegó al interior de la república. Junto con el escritor mapuche Javier Milanca fui a compartir (literariamente) a un instituto bilingüe intercultural localizado en Cuilapa (fuimos en representación de la Filgua, bajo la cobertura Filgua Adentro). Javier, brillante maestro de primaria y escritor, logró una interacción con el alumnado a tal grado que en menos de 40 minutos consiguió que aprendieran y cantaran una canción que expone segmentos de la cosmovisión mapuche. Aún resuena en mis oídos: «Al Sol le llamo Antu, a la Luna Cuyén, a la Tierra le llamo Mapu y a la estrella Wangülén. A la Tierra le llamo Mapu y a la estrella Wangülén. Akutún, akutún, y aprendo mapuzungún. Akutún, akutún, y aprendo mapuzungún». El mapuzungún es el idioma de los mapuches. Y a la fecha jóvenes de aquel centro educativo me cuentan por las redes sociales que siguen investigando acerca de la cultura mapuche y su idioma.
Sé, estimado lector, que el contenido de un artículo como este no es noticia estrepitosa, pero sí reconforta por la esperanza que provee. Hemos de recordar a Johann Wolfgang von Goethe (1774-1832), quien para incentivar la búsqueda del conocimiento dijo: «Obrar es fácil, pensar es difícil, pero obrar según se piensa es aún más difícil». Y a ello, a actuar según el buen seso, nos orilla la lectura.
La Feria Internacional del Libro de Guatemala en su XV edición (2018) está dedicada a Francia. Se llevará a cabo del 12 al 22 de julio en Fórum Majadas. Contará con no menos de 150 stands dedicados a lo más granado de la producción bibliográfica nacional, centroamericana e internacional, así como con ejes temáticos dedicados a niños y jóvenes.
Larga vida a sus organizadores.
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