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La candidata a la presidencia por el partido Valor, Zury Ríos, aplaude a los mariachis en compañía del alcalde capitalino, Ricardo Quiñónez, sentada en un comedor del mercado central de la Ciudad de Guatemala, el sábado 04 de marzo. Simone Dalmasso

Una mesa para Zury Ríos en el Mercado Central

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Una mesa para Zury Ríos en el Mercado Central

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El Mercado Central es una parada obligada para quien busca el voto en la ciudad de Guatemala. Zury Ríos, candidata a la presidencia, hizo el recorrido de pasillos junto a Ricardo Quiñonez, alcalde capitalino quien busca la reelección. Van tras el voto urbano con la coalición Valor-Unionista, dos partidos que ofrecen mantener el sistema y hacer gobierno con personajes reconocidos por sus acciones en puestos de poder.

Es sábado, día de intensa actividad en el Mercado Central, zona 1 de la ciudad de Guatemala. El humo de pólvora por la quema de una ametralladora de cohetillos, globos, música a todo volumen y personas, incluso niños y niñas, que utilizan gabachas y portan banderas con el logotipo del partido Valor, anuncian que Zury Ríos llegó al lugar.

El Mercado Central, ubicado detrás de la Catedral Metropolitana, es un mundo bajo tierra. Es un sótano con tres niveles en el que confluyen olores, sonidos y colores. Zury Ríos es la candidata presidencial de la coalición Valor-Unionista y llega acompañada del alcalde Ricardo Quiñonez, quien aspira a su primera reelección con Unionista, un partido que dirige las riendas de la ciudad desde hace dos décadas.

Al llegar al mercado ocurren diferentes escenas. Hay quienes ignoran a los visitantes, aunque se asombran cuando ven que les saludan y quedan dentro del foco de fotografías, video, micrófonos y luces. A Zury Ríos le acompaña un equipo de grabación bajo el mando de Kenneth Muller, el cineasta que filmó historias del conflicto armado interno con cuestionamientos a la guerrilla y director de la película biográfica del exfutbolista Juan Carlos Plata.

Otras personas se apresuran a dar un saludo. Zury Ríos y Ricardo Quiñónez no llegan de imprevisto. Entran por el área de artesanías y siguen directo a los comedores. El recorrido es de pocos metros, pero tardan en llegar al menos media hora. Entran al comedor Rosita, saludan. Todo es armonía. Se sientan en la mesa que Elsa Morales, la propietaria, preparó para el grupo.

El comedor es quizá el más grande del área. Elsa Morales logró que otros vecinos le vendieran «su pedacito» y ahora sirve comida en un espacio amplio. El área en donde recibe a Zury (porque todos la llaman solo por su nombre) y al alcalde y su comitiva, consta de ocho mesas.

Mientras los focos se centran en la mesa de Zury, la cocina está al máximo. Los empleados ya estaban informados, pero es hasta ese momento que corren para lavar la vajilla de vidrio que nunca se usa. Pasan los vasos, desempacan los cubiertos nuevos de la caja, sirven el asado, los chiles rellenos y el caldo de pollo en los platos más bonitos que tienen.

«¡Déjenlos comer!», dice una persona del equipo de seguridad y coordinación al grupo que observa. Es el diputado José Francisco Zamora Barillas, el parlamentario que tiene como referencias haber sido cercano a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti con el Partido Patriota, con el cual ganó una diputación en el Parlamento Centroamericano (Parlacen) y que destacó, como jefe de bancada de Valor en 2022, porque en un mismo día y horas facturó a cuenta del Congreso 3,544 quetzales en restaurantes. Una de estas facturas fue por 3,040 quetzales para pagar una cena para él, su asesor, la asistente y secretaria, convocados a un restaurante para hablar de temas legislativos, según la justificación del gasto.

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En la mesa de Zury Ríos están los personajes más relevantes de su campaña en la ciudad. Héctor Cifuentes, el vicepresidenciable, y su esposa, Lilian. Él es su conexión con el partido Unionista, con el cual ha hecho alianza.

Cifuentes fue clave en la presidencia de Álvaro Arzú, de 1996 a 2000, y luego en los cuatro períodos en los que gobernó como alcalde electo por Unionista. Además de ministro y diputado, fue Secretario General de la Presidencia y de la Municipalidad de Guatemala. En el libro «Arzú y el tiempo se me fue», escrito por Adolfo Méndez Vides, el alcalde relataba que no firmaba nada sin que antes tuviera el visto bueno de Cifuentes.

En 2019, Cifuentes dejó su trabajo en la alcaldía después de su captura por financiamiento electoral ilícito. Un caso que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la Fiscalía Especial contra la Impunidad (Feci) presentaron 72 horas antes de las elecciones generales de 2019 bajo el nombre Caja de Pandora. En diciembre de 2022, el caso quedó cerrado a petición de la Feci.

En la mesa de Zury también estaban Lucrecia Marroquín de Palomo, actual diputada de Valor; Ingrid Bernat Cofiño de Palomo, secretaria General del partido y aspirante a una curul en el Parlacen. Carlos Alejandro Soberanis Toledo, síndico primero de la municipalidad y dos representantes del mercado, incluida Elsa Morales.

En una mesa vecina, una mujer exclama «díganle al alcalde que le baje (los precios) a las licencias de construcción». Cuando baja la intensidad del grupo, Bryan Montenegro, un joven vestido con traje sastre y que lleva una maqueta de un anda procesional, logra colarse y llega a la mesa para pedir apoyo para la iglesia de su comunidad, en la zona 18. Se va satisfecho luego de conseguir «una selfie».

Elsa Morales, dueña del comedor que fue elegido para este acto de proselitismo político, asegura que no es el primer grupo de candidatos que la visitan. «Aquí han venido muchos… ya vino ‘la Sandra Torres’», justifica, pero no puede ocultar que prefiere lo viejo conocido que lo nuevo por conocer.

Le apuesta a la continuidad en la municipalidad porque el alcalde les ha facilitado el camino para vender. «Se lo dije al señor Alcalde: nosotros no pedimos nada de regalado, no queremos que nos regalen comida, no queremos nada, queremos que nos dejen trabajar». Este gobierno municipal, dice, les facilitó los permisos para ubicarse en la Plaza Central, frente al Palacio Nacional de la Cultura, y también cerca a otras iglesias durante la época de Semana Santa, que atrae miles de visitantes por los recorridos procesionales.

Antes de terminar el evento, una persona del equipo pregunta si es cierto que Sandra Torres, del partido UNE, también llegará al Mercado Central. Las alarmas se encienden por unos segundos.

El mitin que no es mitin

Zury Ríos y su grupo terminan de comer y avanzan hacia la plaza del mercado, en el exterior del recinto. Afuera hay un evento similar al de un mítin, sin embargo, el presentador aclara que esta es una jornada de afiliación y está contemplada en la Ley Electoral y de Partidos Políticos. La campaña electoral inicia el 27 de marzo, así que por el momento no está permitido promover una candidatura, aunque se hace con un lenguaje subliminal.

Zury Ríos es el personaje principal del evento. Al menos doscientas personas que no parecen ser vendedores del mercado, y que llevan por lo menos una hora de espera, y ya almorzaron, se levantan de las sillas de plástico instaladas bajo los toldos. El sol es implacable pasadas las dos de la tarde, pero cuando les anuncian que los candidatos por fin suben al área al aire libre se desbocan con gritos eufóricos que solo se opacan por la música del cantante puertorriqueño Farruko convertida en jingle publicitario que invita a la afiliación.

El panorama es digno de tomas fotográficas y de video para promocionar. Todas las personas visten playeras blancas con el logotipo del partido Valor. Hay quienes usan gorras blancas serigrafiadas con el logotipo del partido y portan banderas que mecen con energía de un lado al otro. A la tarima suben Zury Ríos, el alcalde Ricardo Quiñonez, el vicepresidenciable Héctor Cifuentes y Sandra Jovel, la exministra de Relaciones Exteriores en tiempos de Jimmy Morales, quien dirige el distrito metropolitano y va en primera casilla para la elección de diputaciones.

Quiñonez abre el evento, la porra lo respalda. Intenta un discurso que arranque las ovaciones. «¡Más fuerte, buenas tardes!», le pide a la audiencia para que griten y aplaudan más. «Quien camina solo va más rápido, pero quien camina junto y acompañado llega más lejos», dice como preámbulo para presentar a Zury Ríos.

Hoy es el día de Zury, aunque a Héctor Cifuentes también le conceden gritos de apoyo. «¡Arribaaaaa, que viva don Héctor!» grita una mujer. Con voz pausada, él se dirige a la audiencia. «Queremos que la ciudad siga en manos de una persona que ha venido trabajando en beneficio de los vecinos de la ciudad. La ciudad no puede quedar en malas manos» (sic), les indica. Luego, como presentación a Zury Ríos, anima al público con una pregunta. «El país tampoco puede quedar en malas manos. ¿En quién vamos a dejar el país?». La respuesta es obvia.

Entonces aparece Zury con un discurso que tiene tonalidades suaves, afables, hasta llegar al fuerte y fortísimo.

En tono suave pide que le ayuden a construir un programa político que sacará adelante a Guatemala. Pasa a una voz más recia para pedir que armen comunidad al afiliarse, para construir la seguridad, la educación y la salud «que todo el país necesita». Vuelve a la calma para agradecer a las personas por el cariño y las palabras que le hicieron recordaron a su mamá y a su papá. De pronto irrumpe una mujer con una fuerte exclamación. «¡Que viva el general Ríos!» y el público la sigue con aplausos y gritos de apoyo.

Esto da paso a la cúspide y cierre del mensaje. «Muchos hombres y mujeres me dijeron que este país necesita valor, compromiso, carácter, determinación, fuerza». La voz de Zury está al tope y sus facciones lo reflejan.

«No podemos dejar abandonado a nuestro alcalde, con un gobierno central que no se ocupa del transporte, la salud y la educación —dice en tono imperativo, Zury Ríos se transforma—. Amigos y amigas, ¡a afiliarse!».

«¡Vaya, pues!» se oye que alguien dice entre la multitud. La orden está dada.

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