Es lamentable el nivel de conocimiento de la realidad nacional de la mayoría de candidatos y candidatas. Sabrán estas personas que pretenden gobernar Guatemala que uno de cada dos niños sufre desnutrición crónica, que la mortalidad materna es de las más altas de América Latina, que la fecundidad promedio de las mujeres es de 3.9 hijos y de las mujeres indígenas de 4.5.
Pareciera, según sus respuestas, que desconocen esta realidad y que además viven en la Edad Media, época en donde los ...
Es lamentable el nivel de conocimiento de la realidad nacional de la mayoría de candidatos y candidatas. Sabrán estas personas que pretenden gobernar Guatemala que uno de cada dos niños sufre desnutrición crónica, que la mortalidad materna es de las más altas de América Latina, que la fecundidad promedio de las mujeres es de 3.9 hijos y de las mujeres indígenas de 4.5.
Pareciera, según sus respuestas, que desconocen esta realidad y que además viven en la Edad Media, época en donde los derechos sexuales y reproductivos no existían porque eran completamente negados por los dogmas y creencias de la Iglesia Católica que a todas luces no ha salido de esa etapa de oscurantismo y atraso.
Me parece que la Iglesia Católica ya le ha hecho demasiado daño a la humanidad, a Guatemala, a las mujeres y que sus posturas y planteamientos en lugar de aportar al desarrollo, a la inclusión, en lugar de fomentar sociedades más humanas, más justas y más modernas, fomentan todo lo contrario. La iglesia es una institución retrograda, machista y completamente alejada del objetivo central de su fundador, Jesucristo, el amor al prójimo y el bien común.
Por su parte, nuestros candidatos y candidatas dan pena, unos por no tener un pensamiento propio, por no reivindicar los derechos de la población a la que pretender representar, otros, por bailar al son que les tocan. Si mañana los invita la comunidad gay a un foro sobre diversidad sexual, ¿qué responderían?
Las y los jóvenes votantes deben tener mucho cuidado al momento de emitir su voto porque Guatemala necesita otro tipo de liderazgo, otro tipo de políticos y políticas. La modernidad significa dejar atrás el pensamiento religioso y dogmatico que no permite reflexionar, analizar, pensar. La modernidad significa pensar este país, reflexionar sobre sus problemas y encontrarles soluciones.
Sin educación sexual, sin reconocimiento de los derechos sexuales de hombres y mujeres, este país va a seguir en la Edad Media en pleno siglo XXI.
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