Más que eso, pocos tienen claro qué significa pertenecer a uno u otro lado de esas categorías heurísticas llamadas izquierda y derecha. Pueden escribirse tratados enteros sobre la definición de cada categoría, así como sobre su validez en determinados contextos. Para referencias sobre lo vasto de esta discusión puede consultarse a Downs (1957), a Inglehart y Klingemann (1976), a B...
Más que eso, pocos tienen claro qué significa pertenecer a uno u otro lado de esas categorías heurísticas llamadas izquierda y derecha. Pueden escribirse tratados enteros sobre la definición de cada categoría, así como sobre su validez en determinados contextos. Para referencias sobre lo vasto de esta discusión puede consultarse a Downs (1957), a Inglehart y Klingemann (1976), a Bobbio (2003), a Mair (2007), a White (2010) y a Rico y Jennings (2015).
Tristemente, muchas personas se conforman con repetir lo que algunos cacarean y con perpetuar así un debate peligrosamente ingenuo y somero. Basándome en declaraciones públicas de algunas figuras que insisten en demarcar superficial y prejuiciosamente la clasificación del ideario político en extremos, presento aquí criterios para la reflexión del lector perspicaz y de amplio criterio.
- Si usted cree que la libertad para emprender en lo comercial, en lo social, en lo ambiental, en lo artístico o en lo político debe ser fomentada y fortalecida por la estructura del Estado de modo que haya equidad en el proceso…
- Si cree que el gobierno y las políticas públicas deben orientarse al desarrollo humano, incluyendo el cuidado sostenible del entorno social, cultural y natural, así como el económico…
- Si cree que es injusto que, mientras pocos tienen acceso a todos los medios productivos, la mayoría tiene casi nulas oportunidades de acceder a los recursos que les permitan la construcción individual de su futuro o acciones colectivas de desarrollo…
- Si usted se reconoce como parte de una élite privilegiada, pero que aun así se encuentra con obstáculos estructurales en el país que no le permiten competir en un mercado dinámico y justo por existir grupos humanos que concentran desproporcionadas cuotas de poder…
- Si usted reconoce honestamente que pertenece al 99 % de la población excluida, pues ni usted ni sus familiares están en ese exclusivo y excluyente grupo que concentra el poder (el 1 %) político y económico…
- Si usted se ha sentido alguna vez víctima de discriminación o exclusión por razones fuera de su voluntad…
- Si usted cree que las personas pueden salir por sí mismas de su situación de pobreza, pero que necesitan un Estado que les permita competir en igualdad de condiciones, es decir, con equidad en el acceso a educación y salud de calidad, a financiamiento para emprender o al acceso a la tierra para cultivar o hipotecar si así lo desean…
- Si ha participado en movimientos colectivos para fomentar cambios sociales, por ejemplo en manifestaciones como la del #25A, si los apoyó o está de acuerdo con ellos y exigió una depuración política, de manera que usted comprende la función del pueblo en la democracia y sigue creyendo en el poder de la unidad de la ciudadanía para realizar cambios estructurales en el país que aisladamente no es posible lograr...
- Si usted cree que una persona no debe esperar a ser pobre por la mala suerte de haber nacido en un área rural, de haber nacido mujer, de no contar con un apellido occidentalizado o de vestirse, verse u opinar distinto a sus jefes…
- Si a usted le molesta la prepotencia de algunos que se consideran más que otros por el simple hecho de haber heredado privilegios…
- Si usted cree que todas las personas, sin importar su sexo, religión, color de piel, pertenencia étnica, preferencia sexual o condición socioeconómica, deben tener las mismas oportunidades para construir su proyecto de vida sin discriminación ni privilegios y deben ser consideradas iguales en dignidad por el sencillo hecho de ser seres humanos…
- Si usted es consciente de los daños al ambiente producto de la acción humana y reconoce la necesidad de intervenir para evitarlos…
- Si usted cree que la calidad de vida no se mide solo con dinero y que salvarse individualmente no es suficiente para salvar a Guatemala…
- Si usted considera que los seres humanos tenemos derecho a una vida digna por el simple hecho de ser humanos, independientemente de nuestro contexto social, histórico o circunstancial…
- Si usted cree que juntos como sociedad podemos articular un mejor Estado y un mejor país…
Entonces no tema.
Abrace y acepte con orgullo esta realidad: según la intimidante Fundación contra el terrorismo, la Fundaterror, usted puede ser un peligroso terrorista que atenta contra la armonía del país. Según algunos grupos radicales, usted es un socialista vividor y resentido. Según la superficial e hipócrita cultura conservadora imperante en nuestro país, usted es un progresista de izquierda.
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