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Confesiones de una madre en cautiverio

No hay horas muertas llenas de carro, de distracciones. De pronto nos regalaron un día más largo para meterle las cosas que siempre quisimos hacer.
Tipo de Nota: 
Opinión

Confesiones de una madre en cautiverio

26 de Abril de 2020

Me hace falta manejar sin gente en el carro, con el tráfico como un fondo para mis pensamientos, que o flotan o dirijo a una historia; con mi música, que suena sin competencia ni gustos distintos.

Añoro poder hacer las compras de la semana sin angustia, la única premura la mía personal y sin más preocupaciones que escoger la comida que toca. Recuerdo los silencios de la piscina como a un amante lejano, el ir y venir sin llegar a ninguna parte, que me permitía flotar, dejar el peso de mi cuerpo y de mi vida a la orilla y tener que concentrarme en respirar con ritmo. Era allí donde escribía. Sin eso, hasta esta columna me cuesta. Ayer eché de menos las carreras de madrugada, poner a los ...

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