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Raúl Arévalo, presidente de la comisión de postulación para elegir magistrados de sala de apelaciones.

Raúl Arévalo: «Aquí puede pasar cualquier cosa, la ley no es lo que dice la ley, sino lo que se interprete de ella»

«(...) no puedo interpretar cuál es la motivación o cuál es el interés, o lo que hay detrás de los que han votado en contra».
«Los decanos han sido muy discretos, pero sí hay una presencia de este poder ahí, existe».
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Raúl Arévalo: «Aquí puede pasar cualquier cosa, la ley no es lo que dice la ley, sino lo que se interprete de ella»

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El rector de la Universidad Internaciones y presidente de la postuladora de Apelaciones, interpreta la intervención del Ministerio Público en la nominación de candidatos a las cortes de justicia como la presencia de un poder externo que envía mensajes subliminales a quienes conforman las comisiones.

El médico Raúl Horacio Arévalo mide cada una de sus palabras cuando está frente a las cámaras. Se abstiene de ahondar en detalles cuando se le inquiere sobre las potenciales influencias de grupos vinculados al crimen organizado en el proceso de nominación y elección de cortes de justicia, y en los intereses de los actuales magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que forman parte de la comisión que preside.

Se detiene un momento a analizar el papel del Ministerio Público (MP) y de su rol de influencia, como lo jugó en las elecciones generales de 2023. Una influencia que puede llevar a botar la renovación de la justicia que dependerá de cómo se interpreten las leyes.

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Esta entrevista se realizó previo a que se empezaran a recibir los expedientes de candidatos a magistrados y que se desatara el nudo que significó la pugna por definir la sede de la postuladora para Corte de Apelaciones. El trabajo de esta comisión se desarrollará en la sede de la Universidad Rafael Landívar (URL) y la votación final, por ley, se hará en el Congreso de la República.

Pese al avance en el trabajo, las postuladoras están contra el tiempo. En un mes vencerá el plazo que se trazaron para entregar, al Congreso, las nóminas de candidatos a las cortes de justicia.

—¿Cómo han sido estos días en la postuladora? ¿Cómo los resume?

—En dos aspectos: uno es el físico, es extenuante por las largas horas de trabajo; no puedo quejarme porque los decanos universitarios tienen el doble y hay que participar en dos comisiones y, por la otra parte, es el aspecto mental porque hay que estar muy pendiente. Estamos tratando temas muy importantes y no puede dejarse pasar por alto ninguna intervención para poder llevar a la Comisión.

—¿Por qué aceptó ser el presidente de esta Comisión?

—Déjeme aclararle que yo no acepté, fui electo, que es diferente. Siendo esta una situación tan importante para el bienestar de Guatemala, en el Foro de Rectores se empezó a hablar que teníamos la responsabilidad constitucional de participar en las comisiones de postulación.

Obviamente no había un deseo específico, excepto de un rector, de presidir una de las comisiones. Había un rector que sí se postuló y estuvo haciendo mucho énfasis en que le hubiera gustado participar, pero todos los demás teníamos motivos personales muy válidos para no querer participar, desde «tengo cáncer y estoy en tratamiento» hasta… En mi caso, por ejemplo, tengo una práctica privada de medicina que si me descuido, puede terminar.

Sin embargo, llegamos a un pacto de caballeros que, quien fuera electo aceptaría fuera quien fuera y, en efecto, así fue. Lo acordamos en reuniones previas y para mí fue muy sorprendente resultar ser electo en el evento público que se llevó a cabo en el Congreso de la República y tal como habíamos pactado, acepté gustosamente en el sentido de que estoy contribuyendo al bien del país.

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—Al paso que va el trabajo de las comisiones, ¿honestamente cree que habrá nuevas cortes de justicia antes del 13 de octubre?

—Cuando acepté este trabajo lo acepté en el entendido de que tenemos fechas límites y bien establecidas para poder hacer los cambios que la ley manda. De hecho, tenemos una fecha en septiembre (24) donde tenemos que presentar nuestros candidatos finalistas al Congreso y una fecha que es el 13 de octubre para que el Congreso elija entre ellos a los magistrados.

Por razones que ya son de todos conocidas el inicio se retrasó. Pero ahora, conforme hemos avanzado, yo empiezo a tener serias dudas, sin sentirme desesperanzado… llevamos ocho reuniones dentro de una sola sesión y tenemos que hacer una serie de sesiones, que están claramente establecidas en un cronograma y nos hemos detenido en temas tan pequeños como el título que debe de llevar la comisión si es el título que manda la ley si es el título por el cual nos nombró el Congreso; si debemos cambiar el título, que si el orden en el que estamos sentados alrededor de la mesa es en el que debiéramos estar y el tema más álgido ha resultado, que para mi cabeza es absolutamente incomprensible, es el de decidir en qué sede vamos a estar.

Llevamos ocho reuniones y no se llega a tener, entre 36 doctos abogados, un consenso de donde vamos a sesionar, cuando es algo que es lo más sencillo del mundo, al menos yo lo veo como algo netamente operativo y funcional, logístico y mientras no salgamos de ese tema poco vamos a poder avanzar en lo realmente productivo que es elaborar la tabla de gradación.

Lo que más me preocupa, sanamente quiero decir, es que quisiéramos recibir —por lo menos yo— unos 3,000 expedientes de abogados honrados, transparentes, dignos como los que necesita la patria para que podamos tener material para producir buenos finalistas y ese trabajo va a ser muy extenuante.

Creo que si realmente hay voluntad de trabajar de parte de los demás comisionados, una voluntad que a mí me sobra, y si nos dedicamos a trabajar todos los días sin contar las horas, tenemos que llegar a cumplir con esas metas. Como le digo, estoy en un estado de ambivalencia… dudo que el tiempo nos alcance, pero tengo el optimismo que si nos ponemos a trabajar de verdad, lo vamos a lograr.

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—Retomando lo que mencionaba, este tema de la sede, ¿cómo analiza ese enfrascamiento? ¿Ve una mala intención de entrampar el trabajo de la Comisión?

—Comparto con usted y con todo el pueblo de Guatemala que está pendiente del desarrollo de esta Comisión, que la toma de una decisión que debería ser muy simple tome tanto tiempo, ¿qué intención exista? Pues lamentablemente no puedo leer mentes para poder determinar si existe alguna otra intención. Pero como yo lo veo, es que la ley manda que mi función es facilitar el desarrollo de la Comisión, de las sesiones, garantizar el buen resguardo de los expedientes y proporcionar la sede y el hogar para la primera sesión. De ahí en adelante las decide la Comisión.

Cuando fui honrosamente electo para esto, entendí que era un gran compromiso para la Universidad Internaciones y mi primer pensamiento fue organizarme por mi cuenta, para mantener la independencia entre las comisiones, que debe existir a toda costa. Pero cuando me di cuenta del tamaño de la tarea, decidí aceptar la generosa oferta de la Universidad Rafael Landívar de utilizar sus instalaciones.

No es gratis, esto lleva gastos que estamos compartiendo, y en el caso de Universidad Internaciones va por las seis cifras y pronto llegará a las siete, porque hay que montar todo el equipo necesario, se requiere transmisión en directo, grabación, filmación, está marcado por la por la ley.

Hay un equipo liderado por los magistrados que quizá por comodidad de su trabajo, familiaridad o por acomodo, insisten en el edificio del Palacio de Justicia y ha habido una fijación porque se haga ahí a pesar de que existen comunicaciones por escrito y bien documentadas de parte del presidente del OJ sobre que es imposible que se haga ahí por razones económicas y logísticas, las cuales me constan porque yo mismo inspeccioné junto con el presidente de la otra comisión.

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Afortunadamente, el presidente del Congreso ha ofrecido la sede del Congreso. A mí me parece que sería una segunda opción con las misma dudas que me ofrece la Corte, porque la Corte es juez y parte y el Congreso también es donde se va a llevar a cabo la elección final. Entonces, aunque físicamente las instalaciones son adecuadas, ofrecen las mismas consideraciones y he buscado exhaustivamente locales, hoteles, lugares de convenciones en el Parque de la Industria y no he encontrado alternativas viables.

Nadie se compromete a tener 90 días disponibles sus instalaciones. Mi Comisión ha tenido ocho sesiones y hemos funcionado de maravilla.

—En las reuniones que han pasado, hemos visto que usted vota en línea con la mayoría de decanos. ¿No le parece que hay dos bloques definidos y que uno empuja por una renovación de cortes y otro porque se evite?

—Como rector, comparto las ideas de la academia y creo que por esa simple afinidad es que los decanos de las facultades de Derecho, en su gran mayoría y su servidor, votamos en lo que nos parece lógico, académico, apropiado, respetuoso de la ley. Hay otro otro grupo que está conformado por los magistrados y varios abogados elegidos por el Colegio (de Abogados) que piensan de alguna manera diferente.

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En una democracia existe libertad de expresión; entonces, las votaciones han sido diferentes: 20-17…18, hay variedad según el tema que se está tratando. Estoy convencido, igual que los decanos, que se debe respetar y cumplir con las fechas, y trabajar exhaustivamente por la alternabilidad de las autoridades, creo que es muy saludable en un juego democrático.

Como le digo, no puedo interpretar cuál es la motivación o cuál es el interés, o lo que hay detrás de los que han votado en contra, imagino que eso tendrán que preguntárselo a ellos.

—¿Qué piensa del papel de los magistrados de la CSJ? Diversas fuentes sostienen que ellos están tratando de mantenerse en el puesto y asegurar su reelección.

—No puedo conocer lo que pasa por sus cabezas. Quiero estar claro que yo soy médico y creo que soy el único independiente en este sentido, es muy saludable y creo que ese fue el pensamiento de los rectores cuando me confiaron este trabajo… Yo no tenía el honor de conocer a nadie de los magistrados, hasta que pusimos pie en esta Comisión.
Veo dos riesgos: que si seguimos así, no lleguemos a tiempo y se prolongue el periodo de ellos. Legalmente no sé si esto es válido, no lo sé, lo desconozco creo que esto va a tener que entrar a materia de decisiones superiores en su momento. Todos nos queremos aferrar a una seguridad laboral, creo que eso es muy humano. Pudiera ser que eso estuviera detrás de sus intenciones, más allá de eso no me atrevo a elucubrar.

—¿Ve intereses alineados o que tratan de influir (en la Comisión) de personas ligadas a corrupción o al crimen organizado que usted haya podido ver?

—Yo no he recibido ningún tipo de presión. Tuve la experiencia de tres mensajes muy desagradables en mi correo el mismo día que fui electo, de ahí en adelante he tenido mucha paz y tranquilidad en mis comunicaciones, gracias a Dios.

No he tenido presión de ningún tipo y como yo vengo de la academia y no tenía previamente ninguna exposición a la parte de las magistraturas o al Colegio de Abogados, porque ni siquiera tenemos Escuela de Derecho, intencionalmente, en la Universidad Internaciones.

Lo único de lo que me he enterado es de las publicaciones de prensa que dicen que fulano está vinculado con sutano o que perencejo es mensajero de sutanejo, pero de ahí no pasa. Yo tengo que ser muy objetivo y tengo que trabajar con lo que tengo cuando estoy presidiendo las reuniones. Pero si hay influencias, es parte de lo que veo en los medios de comunicación, unos dicen una cosa y otros otra. Entonces habrá que formarse un criterio, pero no tengo la intención de dejarme impresionar por eso, sino que tengo que ver una comisión con un fin común.

—¿Cree usted que se puede evitar, o al menos reducir, esos niveles de influencia de grupos externos? Porque siempre se ha denunciado y ya hay casos penales que se han presentado.

—Voy a referirme a un gran guerrero para esto: Napoleón Bonaparte, que le dijeron ¿cuándo se debe empezar a educar un niño? Y él dijo «con los abuelos».

Hay que educar a los abuelos para que los padres tengan una mejor formación e inculquen principios en los niños, es un ejercicio de generaciones, y digo esto porque a esta situación que hemos llegado no es algo que se inició cuando empezamos esta Comisión de Postulación, es algo que se ha venido gestando a través de años, décadas, períodos y estoy seguro de que las cosas deben cambiar siempre para mejorar, por eso hablé de la alternabilidad.

Pero estoy convencido también de que así como ha tomado tiempo en llegar a este punto, tomará tiempo en cambiar un control diferente, entonces tenemos que trabajar todos: ustedes que vean esta esta entrevista, los que estamos ahí en la Comisión, la gente que nos está ayudando, las secretarias, personal de protocolo, abogados. Todos tenemos que trabajar para que esto cambie.

He recibido dos delegaciones de pueblos originarios, no me gusta hacer la separación porque creo que todos somos exactamente iguales. Pero recibí una petición muy elocuente por escrito de un representante que viajó 11 horas desde Ixcán, un hombre tan de la tercera edad como yo, o más tal vez (...) eso habla de que el pueblo quiere cambio y cambio queremos todos. Eso es lo que yo quiero que se pueda ofrecer por eso trabajo gozoso en la comisión, porque hay gente como ese señor que viajó 11 horas para venir a pedir a la capital.

—¿Ve ahora más ojos puestos sobre este procedimiento (de postulación)?

—Noto una enorme, agradable y muy buena diferencia. Creo que el pueblo de Guatemala ahora está muchísimo más involucrado en lo que está pasando en estas Comisiones de Postulación, la prueba es que ustedes mismos están aquí porque existe una demanda de todo el pueblo para saber qué está pasando y que de esto salga algo mejor. Creo que nunca habíamos tenido tanta atención y eso es magnífico [...] el hecho de que hayamos sido nombrados dos rectores independientes creo que estimula a la gente.

El hecho de que ambos, cada uno por su lado, hemos manifestado expresamente y hemos trabajado activamente para que estas comisiones se lleven a cabo con transparencia, con idoneidad, con publicidad como lo manda la ley, creo que ese es el camino que debemos seguir y me alegra mucho que estemos dando este paso para mejorar.

—En este proceso ya intervino el Ministerio Público, que algunos ven como un actor político. ¿Qué conoce de la investigación contra decanos y cree que el MP puede botar todo el proceso de postulación?

—Hay muchas facetas en este asunto. Ellos (los decanos) han sido muy discretos porque la causa entiendo que está reservada. Sin embargo, hay algunas señales que a mí me dicen que sí puede haber algún tipo de influencia, no quiero usar la palabra injerencia, pero influencia claramente que sí.

Por ejemplo, hay decanos que han participado en comisiones anteriores que tal vez han manifestado opiniones opuestas a lo que se pretendía en esas comisiones y tienen por ahí procesos «dormiditos» y la espada pendiente sobre sus cabezas porque pueden ser revividos en algún momento, creo que eso es algo que debe tenerse muy en cuenta. Causas que no sabemos el origen, a lo mejor son insignificantes pero están ahí.

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De hecho, decanos que han tenido este problema se han negado rotundamente a aceptar posiciones de secretariado, aunque se les ha pedido de manera expresa y aprovechando su experiencia en comisiones previas. No quiero ni imaginarme por qué el decano de una prestigiosa universidad renunció antes de aceptar participar en una comisión. 

Otra indicación que tengo es el mensaje subliminal. No sé cuántos decanos fueron llamados a declarar por una causa reservada y entre líneas yo leo «usted puede ser llamado también en cualquier momento». Yo creo que eso sí flota en el ambiente, la interpretación será de cada quién, pero yo me tengo que limitar a los hechos. Los decanos han sido muy discretos, pero sí hay una presencia de este poder ahí, existe.

—¿Esta influencia de la que habla qué tanto podría crecer o marcar el ritmo de la comisión de postulación?

—No lo sé, eso será algo que habrá que ver en el futuro. Lo que puedo ver es el pasado y veo que se han tomado decisiones anteriores como prolongar el proceso, ordenar que se juramente de una cierta manera, ordenar que ahora no se juramente… Aquí puede pasar cualquier cosa, la ley no es lo que dice la ley sino lo que se interprete de ella.

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