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Un día de clase en la Escuela Rural Mixta Cantón Chuicotom, San Cristóbal Totonicapán. Teresa Gonón

La inversión del gobierno en educación deja fuera a las mujeres mayas

Este porcentaje de analfabetismo en mujeres indígenas es igual al registrado en 2012. En diez años el Estado no ha podido solventar la desigualdad que en este sentido afecta y limita la vida de las mujeres mayas
El 31.6% de las mujeres guatemaltecas entre 3 y 16 años no asisten a clases y de 16 a 18 años sobrepasan el 60%
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La inversión del gobierno en educación deja fuera a las mujeres mayas

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Foto: Teresa Son
Gráficos: Dénnys Mejía
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• Según el XII Censo Nacional de Población del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay casi 15 millones de guatemaltecos (14,901,286). De este total, el 51.5 % son mujeres y 48.5 % hombres. De ellos, el 85 % son alfabetos y de las mujeres el 78 %.
• El nivel de escolaridad que las mujeres alcanzan en promedio es de 5.3 años. La situación se agudiza en las mujeres indígenas, en quienes hay una prevalencia del 48 % de analfabetismo.
• Este porcentaje de analfabetismo en mujeres indígenas es igual al registrado en 2012. En diez años el Estado no ha podido solventar la desigualdad que en este sentido afecta y limita la vida de las mujeres mayas.
• Del total de la población en edad escolar, solo el 65 % está inscrito en el ciclo actual. En el censo del INE, entre las posibles causas solo se define la falta de dinero. Es decir, no se conocen las otras razones específicas por las que la población en edad escolar no está inscrita en el sistema escolar.
• Según el informe «Guatemala: Análisis de Situación de País», el 31.6 % de las mujeres guatemaltecas entre 3 y 16 años no asisten a clases y de 16 a 18 años sobrepasan el 60 %.
• Las mujeres mayas que viven en áreas rurales donde no cuentan con centros educativos públicos, se ven forzadas a desplazarse hacia el centro de los pueblos, o inclusive a otros departamentos.
• Al comparar los datos generales de la inasistencia de las mujeres en edad escolar en Guatemala, existe una tendencia a la disminución de su participación en las escuelas, pero ésta se agudiza en las mujeres mayas porque su ubicación mayoritariamente en áreas rurales, la pobreza y falta de centros educativos, las orilla a no seguir con sus estudios.
• A nivel nacional, en el año 2022, según datos preliminares del Ministerio de Educación hay 141,545 mujeres inscritas. La participación de las mujeres mayas disminuye en los niveles más altos. Del total de la población en edad escolar inscrita en el presente año solamente el 11.66 % son mujeres mayas

NAJ NAJ

Pa wa junch’utin tinimit

juntira naj, naj kakanaj wi:

Ri wa

ri wuj, ri tz’ib’

ri atz’yaq.

En este país pequeño

todo queda lejos:

la comida,

las letras,

la ropa…

Humberto Akabal

La lejanía de las letras, como lo refiere Ak'abal, es una realidad para las mujeres mayas, el Estado guatemalteco no garantiza su educación.

Karla, de 16 años, maya k’iche’, vive en el paraje Sacolocabaj, a unos 30 minutos del centro de San Cristóbal Totonicapán, entre las montañas. En la esquina de una habitación grande, húmeda y oscura, con su hermano más pequeño cargado en la espalda, sostiene un celular inteligente y sobre la mesa, en su cuaderno, escribe lo que capta de las clases que recibe en línea.

Según el XII Censo Nacional de Población y VII de Vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE), hay casi 15 millones de guatemaltecos (14,901,286).  De este total, el 51.5 % son mujeres y 48.5 % hombres. De ellos, el 85 % son alfabetos y de las mujeres el 78 %. El nivel de escolaridad que las mujeres alcanzan en promedio es de 5.3 años. La situación se agudiza en las mujeres indígenas, en quienes hay una prevalencia del 48 % de analfabetismo.

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Este porcentaje de analfabetismo en mujeres indígenas es igual al registrado en  2012. En diez años el Estado no ha podido solventar la desigualdad que en este sentido afecta y limita la vida de las mujeres mayas.

Estela, de la aldea Xuculjuyub de Totonicapán tiene 39 años. Mientras cuenta su historia, hace énfasis en que ya son dos años desde que cerró el profesorado en Pedagogía en una universidad privada. Estudió primaria en su comunidad,  luego básicos y diversificado en la cabecera departamental. «Yo iba atrasada unos años en mis estudios, por eso iba junto a mi hermana menor y estudiamos secretariado», cuenta. Por falta de recursos económicos interrumpió sus estudios. No fue hasta los 34 años y gracias a una beca que volvió a retomarlos en la universidad.

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La población maya suma el 41.7 % del total de la población guatemalteca. De este grupo el 71.8 % son alfabetos, tomando el dato general, pero al buscar las especificidades por género, encontramos que las mujeres  de 7 a 14 años solamente alcanzan el 39.3 % de alfabetismo; de 15 a 24 años el 87.6 %; de 25 a 64, el 51.5%, sin datos en mujeres mayores de 65 años. Haciendo una comparativa con los hombres alfabetos mayas, existe un abismo porcentual del 40 % con las mujeres mayas, según el INE (2021).

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Un mandato constitucional incumplido

Melissa es una mujer maya k´iché de 18 años que vive en Ventana Abaj de Argueta, Sololá. Estudia quinto año de perito contador, es la última hija y la única entre ocho hermanos (cuatro mujeres y cuatro hombres), en estudiar básicos y diversificado, esto gracias a becas que logró en instituciones privadas. Las hermanas y hermanos de Melissa no han podido estudiar porque sus necesidades económicas y la muerte temprana de su padre les orilló a trabajar.

El artículo 71 de la Constitución Política de la Republica de Guatemala establece que la educación debe ser garantizada sin discriminación alguna. Pero los datos en el Ministerio de Educación (Mineduc) demuestran que del total de la población en edad escolar, solo el 65 % está inscrito en el ciclo actual. En el censo del INE, entre las posibles causas solo se define la falta de dinero. Es decir, no se conocen las otras razones específicas por las que la población en edad escolar no está inscrita en el sistema escolar.

En cuanto a la inasistencia de las mujeres a clases, se registra en el  informe «Guatemala: Análisis de Situación de País», producido por el Sistema de Naciones Unidas en el 2014  que el 31.6 % de las mujeres guatemaltecas entre 3 y 16 años no asisten a clases y de 16 a 18 años sobrepasan el 60 %. La historia de Melissa refleja una de las causas por las que el porcentaje de inasistencia de la población estudiantil y, en específico de niñas, es constante en Guatemala.

Además se encuentra la falta de centros educativos. En el caserío Ventana Abaj funciona la Escuela Oficial Rural Mixta del mismo nombre. Allí estudiaron las hermanas y hermanos de Melissa hasta sexto primaria. Ella obtuvo una beca en la Asociación de Mujeres en solidaridad (AMES) con lo que pudo continuar con sus estudios de nivel básico en el Instituto por Cooperativa San Juan Bautista en la Aldea Argueta, su profesor la ayudó a conseguirla.

Melissa caminaba durante 45 minutos de su casa al instituto todos los días. En el caserío no cuentan con instituto de educación básica y diversificada. Quienes logran completar sexto primaria, no tienen opciones inmediatas para continuar con sus estudios.

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En Sololá, que tiene una población escolar de 75,102 estudiantes, solamente hay 39 establecimientos de nivel diversificado de los cuales tres son institutos por cooperativa, ocho del sector oficial y 28 del sector privado, estos en su mayoría ubicados en el casco urbano; en el caserío Ventana Abaj no hay ningún establecimiento de nivel diversificado, solamente en San Juan Argueta se encuentra el Instituto por cooperativa de Ciencias Comerciales, donde estudia Melissa actualmente.

Al igual que Melissa, otras mujeres, niñas y adolescentes mayas tienen dificultades para acceder a educación. Quienes por vivir en áreas rurales donde no cuentan con centros educativos públicos, se ven forzadas a desplazarse hacia el centro de  los pueblos, o inclusive a otros departamentos. Tal es el caso de Ana, originaria de Momostenango, tiene 21 años, es hija única y estudia Administración de empresas en la Universidad Rafael Landívar.

Tener 21 años y estudiar en una universidad no le hubiese sido posible sin el trabajo decidido de su mamá. Cuando Ana era muy pequeña, su mamá tuvo que migrar hacia la aldea Buena Vista en Chimaltenango. Con una tienda pudo cubrir todos los gastos de su única hija. Ana lo expresa así: «mi mamá llegó hasta sexto primaria, ella me apoya, me dice que siga, porque lo que ella no pudo estudiar yo puedo hacerlo».

Al comparar los datos generales de la inasistencia de las mujeres en edad escolar en Guatemala, existe una tendencia a la disminución de su participación en las escuelas, pero ésta se agudiza en las mujeres mayas porque su ubicación mayoritariamente en áreas rurales, la pobreza y falta de centros educativos, las orilla a no seguir con sus estudios.

A nivel nacional, en el año 2022, según datos preliminares al 25 de mayo, en el  Ministerio de Educación hay 141,545 mujeres inscritas. De ellas 48,296 mujeres son mayas. Del total, 15,933 están inscritas en primaria, 5,448 en preprimaria, 16,471 en básico y 8,915 en diversificado. Manteniéndose la disminución de participación de las mujeres mayas en los niveles más altos. Esto supone que del total de la población en edad escolar inscritos en el presente año solamente el 11.66 % son mujeres mayas. Del total de mujeres inscritas, las mujeres mayas son el 34 %

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El artículo 74 de la Constitución reglamenta la gratuidad y obligatoriedad de la educación general para toda la población: «Los habitantes tienen el derecho y la obligación de recibir la educación inicial, preprimaria, primaria y básica, dentro de los límites de edad que fije la ley». La cobertura del Estado prioriza las áreas de primaria y deja de propiciar la educación básica y diversificada para las mujeres mayas. Esto se constata por el aumento de centros educativos privados en los municipios y departamentos, a diferencia de los centros educativos públicos. Las familias de las áreas rurales y urbanas que no cuentan con recursos económicos para subvencionar sus estudios quedan excluidas.

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Melissa, para solventar sus estudios necesita Q155 para pago de mensualidad en el instituto, Q400 para pasaje al mes y Q400 para comprar recargas de Internet y materiales didácticos. La familia de Melissa no puede darle esos Q955, por lo que la Fundación Frates Sumus le otorga Q730 mensuales que necesita para cubrir el mínimo de sus gastos de educación: «Si no es por la beca que me da la Fundación, no hubiera estudiado, porque mi papá murió y las necesidades de todos en casa son muchas», expresa Melissa con satisfacción, por la posibilidad de continuar con sus estudios.

Las necesidades económicas de una mujer maya en edad escolar son varias: la alimentación, la salud, ropa y otros gastos personales. Esto se suma a las necesidades básicas de cada familia, limitando el presupuesto que puede disponerse para educación. Si el Estado no cumple con garantizar educación gratuita para las niñas, adolescentes y mujeres mayas, muchas de ellas quedan excluidas del sistema escolar.

Según el Centro de Investigaciones (Cien) en su informe El Sistema Educativo en Guatemala, de 2019, expone que desde el Mineduc no se han desarrollado planes coherentes de cobertura educativa que responda al plan estratégico de educación 2016-2020. En este plan se proponía priorizar la ampliación de cobertura educativa a nivel nacional.

Entre los proyectos educativos que el Mineduc desarrolla a través de la Subdirección de educación para poblaciones en vulnerabilidad se encuentran siete programas destinados a niñas y niños que necesiten nivelar y acelerar su proceso educativo. Pese a que existen programas para poblaciones vulneradas, ninguno está dirigido específicamente a atender las necesidades de mujeres y niñas, ni a mujeres y niñas mayas.

Cuando se le preguntó al Mineduc sobre la inversión en programas específicos para mujeres mayas, respondió que las incluyen dentro de la educación bilingüe e intercultural. El presupuesto programado para la promoción de la educación de niñas y mujeres mayas, es decir el sector bilingüe e intercultural, hasta mayo del presente año, suma Q312,740. Esto representa una inversión por cada niña y mujer maya inscrita en el sistema educativo, de apenas Q0.71 (setenta y un centavos de quetzal), sin acciones específicas para atender la inclusión y permanencia de niñas y mujeres mayas.

Una deuda histórica

Enseñar, instruir en lo más básico, según la Constitución guatemalteca y los tratados internacionales, es un derecho para todo ser humano. La calidad educativa y los mecanismos que la educación en sus diversas facetas debería contener, necesita abordarse como tema aparte. La garantía más básica que el Estado debe garantizar para que las personas tengan la protección mínima, el acceso a la educación, no se garantiza para las niñas y mujeres mayas.

En palabras de la investigadora Aura Cumes: «la educación, las letras, el conocimiento es poder». Por ello, el Estado niega este espacio a las mujeres, porque no quiere que obtengan el poder que por derecho les pertenece, explica Cumes. Como se decía anteriormente, el Estado reconoce que a lo largo de los años, las mujeres mayas transmiten conocimiento a su descendencia y ven en ellas una amenaza. Por tal razón, pretenden a través de la negativa de la educación restar poder no solo a las mujeres sino a toda la población que ellas representan.

Esta negativa de la educación viene desde la Colonia pero refuerza su interés durante el conflicto armado interno, explica el educador Carlos Aldana en su texto: «La educación en Guatemala entre la guerra y los acuerdos de paz». Expone que el mecanismo de los 36 años de ataque al pueblo maya, a quienes por mayoría fueron masacrados, desterrados y violentados, desencadena en la marginación de la educación al centralizar los establecimientos educativos en las áreas urbanas. Esto afecta directamente a las mujeres que viven en el área rural porque las margina.

La precariedad educativa en la actualidad viene marcada por las bases del conflicto armado interno que supone el desconocimiento de la existencia de los pueblos mayas. Pero son las niñas y mujeres mayas las más afectadas.

En 2022 el Estado guatemalteco asignó más de 20 millones de quetzales al Mineduc. Ese presupuesto incluye algunos rubros como: Q2,587.9 millones para atender la educación  preprimaria, Q10,713.9 millones para primaria, Q1,282.4 millones para el nivel básico, Q690 millones para diversificado y Q2,182.7 millones para el Centro Nacional de Alfabetización, entre otros.

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Al 25 mayo del 2022, según informe del Mineduc, de lo asignado se había ejecutado el 30.39 %. Según análisis del Cien, si bien el presupuesto pareciera que viene aumentando desde el 2010, éste no ha dado resultados positivos en la educación, en particular en la educación de las mujeres mayas.

En el caso de Guatemala, no existen siquiera planes y estrategias específicas para atender la inclusión de niñas y mujeres mayas en el sistema educativo, tampoco presupuesto.

Al preguntarle al Ministerio de Educación sobre las becas que actualmente otorga a mujeres y niñas mayas, respondieron que existe la beca de inglés bajo el renglón 416 conocido como «Becas de estudio en el interior». Estas consisten en un apoyo económico de 5,410 quetzales a estudiantes del sector oficial en horas extras, para conexión a internet, dispositivo y pago de plataforma para recibir clases en Intecap. Los requisitos que solicitan son: ser estudiante regular del sector oficial nivel básico y diversificado, tener entre 14 y 30 años, estar debidamente inscrito en el ciclo lectivo y tener disponibilidad dos horas diarias para recibir clases. En la primera convocatoria se benefició a 1,716 varones y 2,836 mujeres. Este dato no está clasificado por comunidad lingüística ni origen cultural.

El primer requisito que muchas becas solicitan es el rendimiento académico. Las condiciones de pobreza, de falta de nutrición y desgaste físico por alcanzar sus necesidades básicas impide que muchas mujeres y niñas mayas puedan conseguir un alto nivel de rendimiento académico. En definitiva, también esta oportunidad por muy ofertada que sea, se aleja de la posibilidad de aumentar la participación de la mujer maya.

La educación para las mujeres y niñas mayas sigue siendo enmarcada solo en estrategias generales de educación bilingüe e intercultural. El Estado no atiende la inclusión educativa de las mujeres mayas de forma específica. Para Melissa estudiar es importante, porque ampliaría las posibilidades del plan de vida de las mujeres mayas: «el hecho de que la mayoría de mujeres apenas llegan a la  primaria y muy pocas a básico, nos limitan a formar un hogar, nos dicen que es el único objetivo de vida».

Esta publicación es parte del programa de formación para periodistas departamentales Plaza Pública 2022.

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