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El polilogismo o la felicidad pastoril que nos toca

Quizá sea precisamente esta magia la que nos haga falta a muchos guatemaltecos. A los oligarcas les está prohibida, pero todos los demás sí podemos hacerlo, al menos cuando –como en la lucha por la Justicia en Guatemala– ya no tenemos más pólvora en la artillería.
Tipo de Nota: 
Opinión

El polilogismo o la felicidad pastoril que nos toca

06 de Mayo de 2014
Palabras clave

Una tía que ya falleció decía: “Lo que sólo pueden hacer los pobres –y los ricos se los envidian– es sentarse al final del día con tranquilidad. Los ricos siempre están al pendiente, nunca se pueden desconectar del mundo”.

Mi abuela –que trató un par de veces con él– contaba una anécdota sobre Dionisio Gutiérrez padre. Él iba por una carretera en Nahualá cuando debió parar a causa de un desperfecto mecánico. Mientras esperaba la llegada de auxilio rodeado de su seguridad, se detuvo unos minutos a platicar con los campesinos que laboraban una pequeña parcela sembrada de maíz a la orilla de la carretera.  “Son más felices que yo” –les afirmó, suspirando, antes de entretenerlos con un recuento de sus tribulac...

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