El controvertido periodista y escritor estadounidense, Hunter S. Thompson, solía expresar que «la paranoia es sólo otra palabra para definir la ignorancia». Sin embargo, dentro del amplio repertorio de las estultas declaraciones que el gobernante Alejandro Giammattei Falla ha realizado, a lo largo de su tormentoso período en el poder, la que mejor refleja su limitada, triste y a la vez deleznable visión de país, es la que hiciera en entrevista con la Fundación Heritage en Estados Unidos, cuando aseguró, con orgullo, que solicitaría el retiro de la USAID.
Empero, más allá de lo impertinente de lo proclamado, y lo prepotente del gobernante, que olvida que no habla a título personal, sino en representación del Estado, lo más sorprendente en lo publicado, son las razones aducidas para asumir tal medida, literalmente: «por la presunta promoción del “indigenismo” por parte de la agencia y del embajador de Estados Unidos en Guatemala, William Popp». Entonces, lectores y lectoras, críticos y analistas, se manifestaron cuestionando: ¿qué es esto del «indigenismo»?
En una absoluta ausencia de comprensión sobre lo que se quiso decir, bajo cualquier posible acepción, son evidentes el sesgo y la parcialidad en torno de nuestra sociocultural. Cualquiera queda perplejo ante supuestas amenazas al Estado guatemalteco por parte de una agencia de cooperación internacional. Sin darle muchas vueltas, prontamente se descubre, no solo la ignorancia, sino el miedo, reluciendo el terror a una sociedad que no se comporte como se pretende debe hacerlo.
Los temores afloran, no únicamente en los voceros, los títeres de turno, sino en paralelo, otros más profundos en las recalcitrantes élites hegemónicas de los sectores de poder subyacente, que siguen prisioneros de los tiempos coloniales, cuando el ideal de la blancura eurocéntrica utilizó al pueblo nativo como sustrato y sustento económico social. Verdaderamente preocupante es que alguno, alguna, piense actualmente que el racismo estructural no es uno de los problemas sociopolíticos prioritarios, uno que debe ser resuelto desde sus raíces.
Por ello, activan las cantadillas de una guatemalidad uniforme que invisibiliza las más profundas diferencias e injusticias de los sistemas, que hechos a la medida de estas élites, no pierden momento alguno para hacer de titiriteros, conectando los altoparlantes, para que de tanto repetir, las masas mestizas, indolentes y vaciadas de conciencia, contribuyan a la perpetuidad de este modelo uniformante, sin diversidades ni otredades molestas que irrumpan en los nefastos planes del eterno saqueo del trabajo popular. Pan y circo, y el ciclo continúa.
En los intercambios con la familia, los compañeros de trabajo y con conocidos, descubrimos, en el día a día, estos temores «indigenistas». Y lo vivimos en la cotidianeidad, en una negación perpetua. Pero las voces se levantan, ya nada las acallará. Ahora los retumbos en la Plaza anuncian buenas nuevas de esperanza para los pueblos. Por ello, más allá de la ignorancia y la evidente paranoia de los abusadores, se escuchan en el fondo fanfarrias que presagian la superación de este lastre ancestral: el racismo.
Encaja perfecto citar a la activista afroamericana, Marian Wright Edelman: «Nuevas generaciones crecerán con el veneno que los adultos no tienen el valor de eliminar». La pensadora nos recuerda la elevada responsabilidad que tenemos con las generaciones futuras. Ese futuro, que a todas y todos pertenece, no lo puede, ni lo debe, definir una sola persona, ni un solo sector, ni un solo interés. Somos un país multicultural y plurinacional. La juventud lo sabe: los cambios vendrán, más temprano que tarde.
Finalmente, respecto a los gobernantes, aparentar demencia sería una estrategia para eludir posteriores condenas, como también simulacros de mediocridad, que exoneraran sus incompetencias y ególatras decisiones. Decía Friedrich Nietzsche «La mediocridad es la más feliz de las máscaras, porque el gran número, es decir, los mediocres, no sospechan que en ello haya engaño». No obstante, sabemos que no es ni demencia ni incompetencia, sino exprofesa acción contra la alteridad, contra nuestra mayor riqueza democrática: la diversidad. Cerramos citando al escritor británico, T. H. White: «No puedo imaginar nada más aterrador que una eternidad llena de personas todas iguales».
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Fuente de imágenes
[ 1 ] Imagen editada por Vinicio Barrientos Carles :: https://www.bloomberglinea.com/2022/05/27/polemica-por-publicacion-en-donde-presidente-giammattei-analiza-expulsar-a-usaid/ + https://lahora.gt/nacionales/wpcomvip/2020/08/06/confirman-a-william-w-popp-como-embajador-de-ee-uu-en-guatemala/ + https://aprende.guatemala.com/cultura-guatemalteca/etnias/las-cuatro-culturas-de-guatemala/ + https://cnbguatemala.org/wiki/Diversidad_%C3%A9tnica_y_cultural_en_Guatemala +
[ 2 ] Imagen editada por Vinicio Barrientos Carles :: https://misviajesporahi.es/2014/07/video-guatemala-dia-3-los-pueblos-mayas-del-altiplano.html + https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/gobierno-de-giammattei-celebra-declaracion-de-guatemala-como-capital-provida-de-iberoamerica-y-devela-monumento-por-la-vida-en-palacio-nacional-breaking/ + https://historia.nationalgeographic.com.es/personajes/cristobal-colon
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