En 2011, siguiendo la asesoría de nuestro mejor diplomático, Gert Rosenthal, Guatemala fue fiel a su posición histórica sobre Israel y Palestina y votó a favor de la solicitud palestina para ser reconocida como Estado, como la gran mayoría de la Asamblea General de la ONU y el noventa por ciento de América Latina.
Guatemala, hace casi 65 años, fue uno de los patrocinadores más entusiastas de la resolución que creaba el Estado de Israel y el Estado de Palestina en los territorios palest...
En 2011, siguiendo la asesoría de nuestro mejor diplomático, Gert Rosenthal, Guatemala fue fiel a su posición histórica sobre Israel y Palestina y votó a favor de la solicitud palestina para ser reconocida como Estado, como la gran mayoría de la Asamblea General de la ONU y el noventa por ciento de América Latina.
Guatemala, hace casi 65 años, fue uno de los patrocinadores más entusiastas de la resolución que creaba el Estado de Israel y el Estado de Palestina en los territorios palestinos. Justo como debe ser. Sucedió lo que sucedió e Israel ocupó los territorios palestinos desde 1967 y detiene la creación de un Estado palestino sin su aval.
Y después de seis décadas de ausencia de paz, la mayor parte del planeta considera que hay que darle una oportunidad a los palestinos para ser Estado y así negociar de igual a igual. Israel y EE.UU. opinan que no debe ser así y que Israel debe dar su aval después de un proceso de negociación (estancado). La Guatemala de Otto Pérez Molina y Harold Caballeros ahora se pliega y le hace un gran daño a la paz mundial y a la dignidad de los palestinos y los árabes. ¿Y los intereses nacionales de los cardamomeros que exportan a países árabes? ¿Y nuestra soberanía para decidir? A Israel lo reconocimos antes de una negociación y un acuerdo; a Belice también.
Guatemala también hace caso a Taiwán cuando Taipei nos dice que ya acordó con China que ninguno de sus aliados diplomáticos rompa relaciones con ellos para abrirlas con China. Y nosotros, obedientes, aceptamos.
El Presidente ha iniciado la mayor aventura diplomática en los últimos 20 años. La propuesta seria (y acertada) de debatir la despenalización de las drogas para América Latina. Es un error del tamaño de un templo que se haya propuesto tan a la ligera. La Cancillería bien podría haber traído a los expertos mundiales y a Laura Chinchilla para proponerlo juntos, y debería ser un canciller latinoamericanista el que encabece delegaciones. Pero la Cancillería ha sido dejada fuera de este tema.
Caballeros está enfocado en otra prioridad para los guatemaltecos, el TPS, y ojalá que lo logre, para bien de nuestros connacionales en EE.UU. Pero me preocupa que crea que la cancillería no es sino un puesto casi técnico, un cementerio electoral.
Todavía le queda tiempo para revertirlo; yo soy poco optimista. Tal vez porque mi visión más progresista (quizás más aggiornada) del mundo me impide ver las ventajas para Guatemala de una lógica tan conservadora. A pesar de las ventajas de Caballeros en conocimientos y en agilidad, viene a mi cabeza la imagen de Jorge Briz.
(Entrevista al canciller Caballeros sobre estos temas)
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