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Escrutinio de la oposición

Mientras el desprestigio de cada administración ha representado pequeñas victorias para sus opositores, el precio de éstas para el país es grande
Tipo de Nota: 
Opinión

Escrutinio de la oposición

29 de Octubre de 2013
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Con frecuencia, los guatemaltecos olvidamos las razones por las cuales elegimos a nuestros gobernantes. Hasta la fecha, he votado en dos procesos electorales. En el de 2007, lo hice con alegría por Álvaro Colom. Verlo ganar en segunda vuelta fue uno de esos momentos en que uno ve triunfar la modestia y la paciencia sobre la arrogancia y el triunfalismo. Además, se abría una oportunidad para que el país hiciera algún avance –más que pertinente– en política social.

En 2011, en cambio, voté con más resignación que entusiasmo. Lo hice por Otto Pérez Molina, más que todo por descarte de sus oponentes. Reducidas las opciones a él, Eduardo Suger y Manuel Baldizón, el candidato patriotista me terminó pareciendo el más moderado y  conocedor del Estado. Manuel Baldizón nunca fue opción pero en Eduardo Suger buena parte de mis conciudadanos veían una alternativa votable. A mí lo que nunca me cuadró de él –pero, quizás, esto mismo haya sido lo que para otros...

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