Estimado Jimmy Morales:
Soy uno de los cientos de chapines que desea y sueña con devolverle a nuestra querida tierra Guatemala un poco de honestidad y cordura.
Honestidad porque la red de defraudación aduanera denominada La Línea expuso la traición y la mentira de nuestros gobernantes y nos tiró en la cara parte de la podredumbre institucional que mantiene en la desgracia y en la carestía todo servicio público a nivel nacional. Y cordura porque el enriquecimiento ilícito y los abusos de poder hicieron del despotismo y la irracionalidad actitudes requeridas para todo aquel que anhelara cualquier cargo público.
En esta gran cruzada nacional ya iniciada, respetado Jimmy, no podemos darnos el lujo de pensar que lo vas a solucionar todo o que tenés la capacidad para convocar a todos los actores sociales y cambiar el rostro de Guatemala en cuatro años.
Es evidente que el Tribunal Supremo Electoral nos obligó a votar en contra de nuestra informada y meditada voluntad, pues la incompetencia y la dudosa reputación de los candidatos, sumadas a la toma de conciencia de exigir mejores gobernantes, despertaron en todos nosotros el coraje y la valentía para gritarle «basta ya» a la mediocridad y a la hipocresía que caracterizan a nuestra clase política.
Por esa y otras razones entendemos que en estas elecciones el ganador indiscutible haya sido el abstencionismo, con más de tres millones de votos (3 300 998), frente a los poco más de dos millones y medio de guatemaltecos (2 750 847) que votaron por vos. En cierto sentido, triunfaste en estas elecciones debido a los detalles enquistados en la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Dicho lo anterior, te pido que les des espacio a la honestidad y a la sensatez. Si en las entrevistas como presidente electo te preguntan acerca de un tema poco conocido, quedate callado y evitá hacer el ridículo. Sabemos que no sos un académico internacional ni un politólogo reconocido, mucho menos un político experimentado. ¿Sos el más idóneo para el cargo de presidente? Considero que no. ¿Existen personas mejor preparadas que vos? Claro que sí.
En un clima político menos podrido, con candidatos de gran altura y nivel y con una conciencia ciudadana responsable frente al ejercicio democrático, estoy seguro de que el sentimiento democrático sería de optimismo, y no de incertidumbre.
El punto, estimado Jimmy, es que estoy dispuesto a reconocer tu esfuerzo cuando escuche de mi hermano que en el hospital nacional los guantes, el oxígeno, las gasas y los más de 30 medicamentos básicos para atender emergencias son el común, y no productos excéntricos. Voy a confiar en vos y en tu gabinete cuando me cuenten mis paisanos del occidente del país que dejar la vida en otro suelo para ganarse el pan de cada día ya no es necesario. En el instante en que dejen de extorsionar a mi primo, ese día, voy a aplaudir tu labor como presidente de Guatemala.
Junto con cientos de guatemaltecos hartos de tanta corrupción y de tanto clientelismo, te aseguro que estaremos atentos a tus políticas y acciones y vigilantes de ellas. Y si de trabajar juntos se trata, me comprometo a luchar desde mi lugar y entorno por heredarles a mis sobrinos una Guatemala donde valga la pena vivir.
Te recuerdo que continúa el trabajo del Ministerio Público y de la Cicig en lo referente a la persecución e investigación de los delitos de acción pública. Los famosos jueves de Cicig andan rondando las casas y las oficinas de los que una vez se aprovecharon del Estado fallido y le dieron vía libre a la corrupción pensando que la desnutrida justicia nunca tocaría sus puertas.
Si al entregar en cuatro años la banda presidencial tenés intacta tu dignidad, entonces decir misión cumplida será el mejor recuerdo de tu servicio al país.
Agradezco la posible lectura de esta carta, que, estoy seguro, es una de cientos que recibirás de chapines dispuestos a trabajar por una mejor Guatemala.
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