Otto Fernando va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces Otto Fernando se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y las azucareras y licoreras llenas de dinero, y los ríos y los campos de lico...
Otto Fernando va a abrir la puerta de calle, y al meter la mano en el bolsillo para sacar la llave lo que saca es una caja de fósforos, entonces Otto Fernando se aflige mucho y empieza a pensar que si en vez de la llave encuentra los fósforos, sería horrible que el mundo se hubiera desplazado de golpe, y a lo mejor si los fósforos están donde la llave, puede suceder que encuentre la billetera llena de fósforos, y las azucareras y licoreras llenas de dinero, y los ríos y los campos de licor y el caudaloso invierno de sequía, las alacenas llenas de fruta podrida, los basureros de tratados de libre comercio, y el Gobierno de basura y corrupción, y el CACIF y los operadores de las comisiones de postulación llenos de influencias y de órdenes, y la industria extractiva llena de agasajos, llena de complicidad y palabras de desarrollo, y las comunidades llenas de policías y soldaditos y de muertos, y los muertos muertos de hambre y las aulas vacías de niños y los hospitales de medicamentos, y para los médicos está Cuba, y las iglesias llenas de presidentes, y las palabras de Otto Fernando llenas de religión. Así es que Otto Fernando se aflige horriblemente y corre a mirarse al espejo, pero como el espejo está algo ladeado lo que ve es el esperpento de su gobierno en la televisión, y sus presunciones se confirman y estalla en sollozos, cae de rodillas, junta sus manecitas no sabe para qué y pide un poco de luz. Entonces una empresa eléctrica aparece a consolarlo, y también los grandes maquileros y los embotelladores de siempre, y se le ocurre que el dinero de los impuestos no está en la SAT destartalada sino, dado el desplazamiento, en otros países, los cooperantes, y entonces comienza a salir de su desesperación, pero pasan horas antes de que Otto Fernando acepte una cerveza, que mira y examina mucho antes de beber, no vaya a ocurrir que en vez de una cerveza sea un terrible duopolio, una inauguración de Sinibaldi, un discurso de Correa o su verdadero plan de gobierno.