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Socorristas recuperan un vehículo desde el fondo de un crater en Villa Nueva, el 25 de septiembre. Dos personas perdieron la vida al caer accidentalmente en el hoyo y otras tres resultaron heridas. Esteban Biba/EFE

El subsuelo es un misterio en Villa Nueva: sin mapas, los colapsos son inminentes

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El subsuelo es un misterio en Villa Nueva: sin mapas, los colapsos son inminentes

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En Villa Nueva, el subsuelo es un misterio. Hasta hace cinco meses, este dato pasaba desapercibido. Sin embargo, tras el colapso de un primer colector sobre el km 15.5 de la CA-9, dos hundimientos que dejaron como resultado a dos personas fallecidas y los constantes retumbos en la zona, el tema empieza a tomar importancia. A pesar de que las consecuencias son fatales, reportes de retumbos a principios de noviembre y una nueva caverna evidencian que este tipo de eventos pueden ocurrir de nuevo.

El 14 de junio de este año, la carretera CA-9 amaneció con un agujero de un diámetro de casi dos metros en el  km 15. La causa fue el colapso de un colector. Tres meses después, dos agujeros se formaron a menos de tres kilómetros del primer incidente. Dos mujeres que se conducían en un vehículo fallecieron al caer en uno de los hundimientos.

Javier Gramajo, alcalde de Villa Nueva, se desligó de la responsabilidad de lo ocurrido el 24 de septiembre, la noche en la que, tras las lluvias, se formaron dos hundimientos sobre una vía principal. «La falla no la creé yo, la falla ya estaba ahí… Yo no puedo tener responsabilidad de algo que no hice, yo tengo apenas dos años y diez meses de ser alcalde», respondió al ser cuestionado. Sin embargo, sí existe una responsabilidad directa sobre él.

Según el exsecretario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado,  debido a la jerarquía de responsabilidades en  la institución a cargo de la prevención de desastres, cuando se trata de eventos a nivel municipal, es el alcalde quien tiene la responsabilidad de estar a cargo del equipo de prevención. De acuerdo con la normativa de la Conred, existe un sistema de prevención a nivel regional, departamental y municipal. Los eventos que se desarrollen dentro de la jurisdicción municipal están bajo la responsabilidad de la coordinadora municipal, cuyo representante es el alcalde. De esa forma, la responsabilidad de la prevención dentro del municipio cae directamente sobre el alcalde.

Luego del agujero sobre el km 15.5 de la CA-9, se creó un antecedente sobre la necesidad de hacer una revisión y dar mantenimiento a varios colectores de la zona.

«Si ya se habían formado las primeras cavernas, eso era una señal de que los colectores ya estaban excediendo su infraestructura; es una señal de alerta como cuando nos duele algo; es decir, es porque hay un problema y si hay un problema, la obligación es resolverlo como parte de las funciones de prevención que tiene que tener el sistema», explica Maldonado.

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Las responsabilidades municipales incluyen dar mantenimiento a los drenajes y colectores. Es decir, hacer una revisión de las tuberías para limpiarlas y descartar daños severos que puedan complicarse durante la época de lluvias.

Según el vocero de la Municipalidad, Byron Morataya, tras el agujero que se formó en junio de este año, el 21 y 26 de junio la comuna hizo una revisión de colectores; sin embargo, no encontraron indicios de algún daño.

Al ser consultado por el mantenimiento de colectores, el alcalde de Villa Nueva evadió la pregunta y se desligó de lo ocurrido desde el primer incidente, cuando se formó un agujero sobre el km 15.5. «Esta es la vía principal de la CA-9. El colector del hundimiento de hace dos meses y medio no estaba dentro del municipio de Villa Nueva. Está en el municipio de Villa Nueva, pero no dentro y lo que hoy está sucediendo es algo que pasa como una parte secundaria», respondió. Asimismo, se excusó con que para ello solamente cuenta con un presupuesto de 17 millones de quetzales.

El vocero de la institución añadió que el último mantenimiento a colectores en el municipio se realizó en marzo de este año. «Tenemos un plan para antes de cada invierno en donde a través de un camión se realizan programas de limpieza en la época de verano (febrero, marzo y abril)», indicó.

En Villa Nueva no hay planos

Otra de las dificultades que agrava el problema del mantenimiento en Villa Nueva y en otros municipios es que los planos de colectores, alcantarillas y entubados no constan en los registros municipales. Es decir, no hay un mapa que refleje cómo está conformada la red de tuberías en todo el municipio.

Gabriela Guzmán, especialista en ordenamiento territorial, asegura que tener claridad de cómo están conformados los sistemas de drenaje, alcantarillas y colectores es una parte fundamental para el mantenimiento y la prevención de hundimientos e incidentes relacionados con ese problema. Sin embargo, desde junio la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (Covial) informó que no existen planos de la red de drenajes en ese municipio.

Plaza Pública solicitó a la Municipalidad de Villa Nueva los planes de drenajes, alcantarillas y colectores de todo el municipio, con la intención de verificar si la administración municipal cuenta con dichos archivos para la realización del mantenimiento de los mismos.

Se requirió lo siguiente:

  1. Los planos digitales de los colectores, alcantarillas y drenajes del municipio, incluyendo información de diámetro, materiales de construcción y antigüedad de los mismos.
  2. Mapa que muestre ubicación geográfica de los colectores, alcantarillas y drenajes del municipio.
  3. Ubicaciones de los futuros colectores, alcantarillas, y drenajes según planificación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT).

La solicitud fue realizada el 12 de octubre y el 26 de octubre la comuna dio respuesta solamente a dos de los tres incisos requeridos pero no de forma completa pues la municipalidad no cuenta con la documentación requerida.

«No está de más aclarar que no se dispone de datos completos de material y antigüedad de las redes de alcantarillado, debido a que la mayoría fueron construidos hace más de quince años por lo que no se cuenta con dicha información en la Dirección de Agua y Saneamiento», indica la resolución.

La única información con la que la Municipalidad cuenta, es un plano y un mapa de alcantarillas pero que no es suficiente para entender las características del sistema de drenajes así como sus necesidades. «Con esta información no es posible planificar acciones de mantenimiento o para el futuro», explica Guzmán.

En cuanto a la ubicación de los futuros colectores y drenajes, según el POT, la municipalidad solicitó prórroga para dar respuesta a dicho requerimiento. La información fue enviada el 31 de octubre. Este es un fragmento literal de la resolución:

«Esta Unidad de Información Pública Municipal resuelve haciendo de su conocimiento que la Dirección Municipal de Planificación informa respecto a al numeral 3 que dentro de la Planificación del POT no se encuentra incluido lo solicitado, quedando a la espera de las necesidades que requiera la Dirección de Agua y Saneamiento».

El hecho de que la comuna no tenga la información solicitada en sus manos, dice Guzmán, es alarmante porque limita el desarrollo de planes a corto, mediano y largo plazo. Especialmente, aquellos que se refieren a la planificación y el mantenimiento de la red que ya existe y que necesita de una vigilancia constante.

«No tener esa información en estos dos sitios críticos es extremadamente preocupante porque no saben qué hay, cómo está, en qué está, y así no se puede planificar hacia el futuro», añade. Sin mapas, insiste la entrevistada, las municipalidades como la de Villa Nueva y otras que tampoco cuentan con esta documentación se limitan a seguir «curando los síntomas» y no el problema de raíz que genera socavamientos, grietas y agujeros de dimensiones preocupantes, como ha ocurrido en Villa Nueva y también en la Ciudad de Guatemala.

Las municipalidades, indica, deberían estar realizando esfuerzos para mapear y construir planos que les permitan conocer el sistema de drenajes.

Juan Pablo Ligorría, ingeniero geofísico, explica que es muy difícil que se realice un buen mantenimiento sin planos que indiquen dónde se encuentran los colectores. «Es como trabajar a ciegas, no se puede hacer un trabajo adecuado», asegura.

Una tragedia que se pudo evitar

Eventos como los ocurridos en Villa Nueva o en el Barrio San Antonio, en la zona 6 de la ciudad en 2007, tienen elementos en común. Son áreas que se ubican en un terreno débil. Hay una condición de propensión del terreno para que este tipo de eventos sucedan. Además, las áreas se encuentran cercanas a sistemas de fallas geológicas y, en el caso del agujero de la zona 6, a barrancos.

Según Ligorría, estas son condiciones naturales que determinan la vulnerabilidad de los lugares. Sin embargo, existen formas de prevenir desastres como los ocurridos recientemente.

«Los colectores fallan porque el terreno no los aguanta o porque lo que se le está imponiendo de agua internamente es más para su capacidad, por una falla externa o incluso por la cantidad de tráfico que pasa arriba. Una medida recomendada es que durante la temporada seca, cuando los colectores no cargan mucha agua, se debe hacer una revisión visual para verificar si existen anomalías, grietas, humedades, o alguna otra situación preocupante», explica.

Otra forma de prevenir, que requiere una planificación estructurada, es a través del ordenamiento territorial. Es decir, al realizar construcciones según las características del suelo y del terreno sobre el que se construye. «Lo ideal es planificar cómo construir según la demanda del terreno», aclara.

Especialmente cuando los colectores de la zona han cumplido cierta cantidad de años. De los colectores de Villa Nueva, por ejemplo, no existe registro de cuándo fueron  instalados y en qué condiciones se encuentran actualmente.

No obstante, cuando no se cumplen estas condiciones, como ocurrió en Villa Nueva, se propician eventos que pueden ser fatales y que, sin duda, podrían volver a ocurrir.

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El 13 de octubre, tras unos retumbos, una grieta se formó en el boulevard El Frutal, en Villa Nueva. Luego, la noche del cinco de noviembre, vecinos de las zonas 1,4 y 5 reportaron que hubo retumbos y temblores tan fuertes que dejaron daños estructurales en varias viviendas. La Municipalidad recibió alrededor de 160 llamadas de alerta. Con la instalación de sismómetros, especialistas del Instituto de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) esperan estudiar y detectar la causa de estos retumbos que, hasta ahora, se desconoce.

«Si los sistemas de infraestructura no están bien cuidados, si no estamos conscientes de la situación en la que están y si además sobrecargamos el territorio y no nos enteramos de las medidas preventivas que podemos tomar lo más seguro es que el territorio nos devuelva la factura», asegura Ligorría.

Un país vulnerable, por elección

«Esto ya más que el problema puntual, es un problema estructural, tenemos en Guatemala elevadísimos niveles de vulnerabilidad y tenemos que entender que sin una política y acciones concretas para reducir esa vulnerabilidad vamos a seguir teniendo problemas», señala Maldonado.

Si bien es cierto que Guatemala se enfrenta constantemente a eventos naturales que amenazan la infraestructura y pueden provocar desastres, la verdadera causa de situaciones como lo ocurrido en Villa Nueva es la falta de acciones para prevenir, indica. Lejos de prevenir, las autoridades se enfocan solamente en reaccionar a catástrofes.

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«Mi impresión es que vamos retrocediendo y que la misma red de prevención ahora está más orientada a la respuesta que a la prevención y eso evidentemente va a generar problemas. Lo cierto es que las tragedias se vuelven un gran negocio para algunos que han vuelto esto un tema de corrupción», agrega.

¿Consecuencias penales?

El 1 de octubre de 2015, un centenar de personas quedaron soterradas tras un derrumbe ocurrido en la colonia El Cambray II, ubicada en Santa Catarina Pinula. El entonces alcalde, Víctor Gonzalo Alvarizaes Monterroso y José Antonio Coro García, su antecesor, enfrentaron un proceso penal por la presunta responsabilidad de no haber advertido a los pobladores del riesgo de habitar ese lugar.

Tras lo ocurrido en Villa Nueva, Olga Choz y Helen Mejía (madre e hija) fallecieron en el hundimiento del 24 de septiembre. La Fiscalía de Distrito de Villa Nueva abrió una investigación por homicidio culposo. Según el Ministerio Público, la fiscalía continúa desarrollando la investigación. Actualmente se está recabando información de carácter documental, para lo cual han solicitado informes a algunas instituciones. Sin embargo, han evitado proporcionar mayor información debido a que «los actos de investigación guardan reserva para los extraños, esto con el objeto de no vulnerar las diligencias que se realizan, por lo que no es posible ahondar en detalles al respecto, sin embargo, conforme avance la misma se estarán dando a conocer los resultados de las diligencias efectuadas».

Por el hundimiento sobre el km 15.5 de la CA-9, la diputada Sonia Gutiérrez presentó una denuncia contra el ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, Javier Maldonado, por incumplimiento de deberes. Hasta la fecha, asegura Gutiérrez, no ha habido ningún avance en las diligencias.

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