El principal problema que afecta de manera personal a los jóvenes guatemaltecos es de carácter económico. Según la Encuesta Nacional de Juventud 2011, los jóvenes entre 15 y 29 años de edad dijeron que las “dificultades para conseguir trabajo” (12%) y las “deudas y problemas económicos” (12%) son su mayor problema. Esto suma un 24 por ciento del total de encuestados. En segundo lugar aparece el problema de la violencia, delincuencia e inseguridad en general, con un 13 por ciento de las respuestas. Lamentablemente, un 17 por ciento de los consultados no respondió, o dijo no saber la respuesta a la pregunta.
En contraste, cuando se les cuestiona sobre cuál creen que es el principal problema que afecta a la juventud guatemalteca, es decir, al resto de los jóvenes, la respuesta cambió considerablemente: “el consumo excesivo de alcohol o drogas” es lo que aseguró el 29 por ciento de los encuestados. La dificultad para conseguir trabajo pasó a segundo plano, aunque muy cerca, con el 26 por ciento de las respuestas.
Esta disociación cognitiva entre lo que me afecta a mí como individuo y lo que le afecta a los otros como colectividad es sumamente interesante. Posiblemente, eso está en la raíz de nuestras dificultades para superar problemas de acción colectiva. Es decir, impide lograr el cambio social que tanto ansiamos. Así que vale la pena examinarlo con cierto detalle.
El tamaño de muestra fue de 5,785 jóvenes (56% mujeres y 44% hombres, con media de 20.5 y 20 años de edad, respectivamente). Increíblemente, solo 23 personas (14 hombres y 9 mujeres) dijeron que el consumo excesivo de alcohol y drogas es el principal problema para ellos como individuos y, también, para la juventud en general (esto no es ni el 1% de la muestra, y menos del 2% de los que dijeron que ese era el problema de la juventud). Lo de las adicciones definitivamente no aparece como problema, pues sólo el 1 por ciento dijo que le afecta personalmente.
Lo anterior se puede verificar con las respuestas a preguntas específicas sobre consumo de tabaco, alcohol y otras drogas. Casi un 80 por ciento niegan haber consumido licor más de alguna vez, 83 por ciento nunca ha probado un cigarrillo, y 98 por ciento jamás ha tratado con la cocaína. Al menos que los jóvenes nos estén mintiendo, o haya algún error en la encuesta, estamos ante una juventud guatemalteca muy sana. En los EE.UU. un 50 por ciento de los adolescentes reportan haber consumido alcohol alguna vez en su vida, empezando a una edad tan temprana como los 10 años, aunque el pico de iniciación está entre los 13 y 14 años de edad.[1] En México, bajó del 32 al 21 por ciento la respuesta afirmativa sobre fumar alguna vez cigarrillo, según datos de la encuesta realizada en 2010 (en comparación con 2005, pero allá el rango de edad es más amplio: desde los 12 años).[2]
Entonces, ¿por qué los jóvenes perciben que el alcohol y las drogas son el gran problema de la juventud? Me pregunto si en sus hogares, centros de estudio y en las iglesias les han inculcado eso, como idea para mantenerlos alejados de la drogadicción. De ser así, parece estar funcionando la estrategia, aunque no corresponda a la realidad. Es como la metáfora del infierno, como disuasivo para llevar una vida apegada a las reglas morales de la sociedad cristiana. A propósito, un 60 por ciento de los jóvenes aún creen en dicha metáfora (57% de católicos y 65% de los evangélicos). Por otro lado, estos datos parecen indicar que si se despenaliza el consumo de las drogas no aumentaría mucho su (ab)uso. De hecho, dada la actual debilidad del Estado guatemalteco no hay control alguno sobre lo que los individuos hacen o dejan de hacer en su ámbito privado.
En relación a la sexualidad, también llama la atención que sólo un 46 por ciento de los encuestados confiesa haber tenido relaciones sexuales alguna vez en su vida. Las comparaciones con México (2010) reflejan menor actividad sexual de los jóvenes guatemaltecos en todos los rangos de edad: de 15 a 19 años, 34 versus 23 por ciento; de 20 a 24 años, 76 versus 64 por ciento; y de 25 a 29 años 89 versus 80 por ciento. Este tema lo abordaremos en la próxima entrega.
[2] En México los jóvenes entre 12 y 29 años aumentaron en su relación con el alcohol, al pasar de 42 a 52 por ciento quienes lo han consumido al menos una vez en su vida. Ver Encuesta Nacional de Juventud 2010 en http://www.imjuventud.gob.mx
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