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La mayoría de cadenas de supermercados permanecieron cerradas el lunes 9 de octubre y días posteriores durante el Paro Nacional.

La fábula de los cálculos económicos rápidos en crisis políticas

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La fábula de los cálculos económicos rápidos en crisis políticas

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En las crisis políticas que atraviesa Guatemala ocurren dos fenómenos: manifestaciones que bloquean las carreteras del país, y cálculos hechos en cuestión de horas para cuantificar las pérdidas económicas. El primero tiene efectos reales por afectar el flujo comercial; el segundo, en cambio, parte de estimaciones poco fiables que facilitan la construcción de una narrativa sin mayor sustento.
 

Los bloqueos en distintos puntos carreteros del país tuvieron entre sus principales detractores a distintos grupos del sector privado organizado, cuyas gremiales publicaron comunicados con estimaciones de pérdidas económicas millonarias en distintos sectores de la economía nacional. Al mismo tiempo la ciudadanía protestaba a nivel nacional su rechazo a las amenazas al proceso electoral por las acciones del Ministerio Público.

La Cámara de Comercio, por ejemplo, advirtió que se perdieron 10 mil millones de quetzales por 11 días de bloqueos.

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«Las vías y accesos a los puertos, aeropuertos y fronteras del país continúan bloqueados, las terminales portuarias saturadas ya en su límite máximo, mercaderías, materias primas, productos terminados, productos de exportación, alimentos y granos básicos no pueden salir ni ingresar y para lograr normalizar las actividades portuarias se requerirá al menos de cuatro semanas (...)», expresó la Cámara en un comunicado el 11 de octubre.

Agexport, por su parte, también publicó una proyección de pérdidas. Aseguró que en el comercio exterior éstas ascendieron a 2,290 millones de quetzales en los primeros diez días de bloqueos. Y a finales de octubre, informaron que esta cifra alcanzó los 12,189 millones. Incluso, vaticinaron el cierre de algunas empresas.

«Varios negocios ya han cerrado sus puertas, lo que inevitablemente conducirá a la quiebra de pequeños empresarios, emprendedores y pymes. Además, estas empresas enfrentan gastos extraordinarios debido a retrasos, almacenamiento, demoras, estadías y conexión eléctrica de contenedores», expresó Gabriel Biguria en la revista Agexporthoy.

En tanto, la Cámara de la Industria reportó que las pérdidas económicas en su sector ascendieron a 745 millones de quetzales por cada día de bloqueo.  Las publicaciones no explicaron la metodología empleada para realizar los cálculos.

¿Cuál es la base de estos cálculos?

Plaza Pública se comunicó con las gremiales para consultarles la metodología que utilizaron para realizar el cálculo de estas pérdidas en menos de dos semanas. La Cámara de Comercio y la CIG no contestaron las consultas al cierre de esta nota.

Por su parte, Carlos Steiger, analista de logística de Agexport, dijo que utilizaron como referencia los datos de transacciones por puertos y aduanas de octubre de 2022, los cuales son generados por la Comisión Portuaria Nacional y el Banco de Guatemala de forma bimensual. 

«En cuanto a gastos extraordinarios estimados, se tomaron como referencia las estadísticas de los movimientos de contenedores secos y refrigerados de octubre de 2022 (...). Es importante mencionar que conforme fueron liberándose las rutas se aplicaron rangos para no considerar que la estimación de impacto económico sería del cien por ciento en los últimos días de las interrupciones a la movilización de la carga», comentó Steiger. 

Asimismo, informó que las consecuencias no deben fijarse solo en las pérdidas durante los días de bloqueos, sino en las relaciones contractuales con clientes internacionales. «Un comprador internacional puede evaluar otros proveedores dentro de sus socios comerciales para minimizar el riesgo de incumplimiento en la entrega de embarques por las condiciones políticas y sociales», comentó.

Sin embargo, para el economista José Luis Moreira cualquier cálculo que se haya hecho de forma simultánea a los bloqueos carece de rigor técnico, puesto que para entonces ni el Banco de Guatemala, ni ninguna otra institución, había publicado datos de octubre que permitieran estimar impactos económicos. 

«No es válido asumir que cada día de bloqueos fue un día de pérdida total. Había operaciones que todavía se estaban realizando. Será hasta diciembre que se podrán ver datos de importaciones y exportaciones de octubre de este año», comentó. 

Al cierre de esta nota, los últimos datos disponibles en el Banco de Guatemala relacionados a importaciones y exportaciones, así como el último Índice Mensual de Actividad Económica, cuyo propósito es mostrar una evolución de la actividad de la economía en el corto plazo, eran de agosto. Este último índice toma como indicadores la producción, ventas y otras variables de interés, pero los datos de septiembre y octubre no se han publicado .

«Sí hay efectos -de los bloqueos- a corto plazo porque hay disrupciones en las cadenas de suministro del país, pero no se pueden medir porque no hay datos. Las cámaras sacan sus encuestas, pero extraer datos así no es confiable. Sobre todo, cuando tienen un rechazo político a los bloqueos. (...) No estamos en un escenario en que se hable de quiebras generalizadas. Ahí sí tendríamos un problema», argumentó Moreira.

En esto coincide el economista del Instituto de Investigación en Ciencias Socio-Humanistas (ICESH) de la Universidad Rafael Landívar, Samuel Zapil, quien señala que «los efectos causados por las manifestaciones se podrán medir hasta que se publiquen los datos del Banco de Guatemala, probablemente cuando termine octubre o cuando termine el año. Mientras tanto, lo que se ve ahora, son puras estimaciones. La confianza en el mercado sigue igual, no hay un efecto negativo. Pero, si sigue la inestabilidad, no por las manifestaciones sino por la inestabilidad política que pone en riesgo la democracia, sí es posible que haya efectos macroeconómicos», señaló.

Efectos percibidos

Aunque aún no se pueden medir los impactos económicos de los bloqueos, ni tampoco sugerir que estos provocaron una crisis económica a gran escala, hubo efectos que sí se percibieron en el corto plazo por las dificultades para abastecer algunos insumos a nivel nacional. Esto se reflejó en el encarecimiento de algunos productos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).

El Índice de Precios al Consumidor, recién publicado el pasado 7 de noviembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE), analizó 12 divisiones de gasto, 279 gastos básicos y 441 variedades en ocho regiones de 14 departamentos.

Uno de los hallazgos es que la inflación mensual, es decir la variación de precios del mes actual con el anterior, fue de 1.27% en octubre, lo cual es 0.29 puntos mayor al mismo dato de octubre del año pasado.

La principal división que mostró un aumento fue la de alimentos y bebidas no alcohólicas, principalmente el tomate, la papa y la cebolla, todas con aumentos menores al 1 por ciento.

Según un monitoreo de la Dirección de Atención al Consumidor (Diaco) en 104 tiendas de barrio, 26 mercados y 24 supermercados en todo el país entre el 6 al 12 de octubre, también reportaron aumentos el queso fresco, leche líquida, carne de res, frijol negro y tortillas, con incrementos de Q0.25 a Q8.05.

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Incluso, otros productos ya reportaban tendencia al alza desde antes de octubre por causas ajenas a los bloqueos. Es el caso de la papa, en algunos mercados mostró un sobrecosto de más del 100% la primera semana de octubre, el incremento coincide con el abastecimiento del producto de áreas productoras como Sololá, San Marcos y Quetzaltenango, de acuerdo con un informe de la primera semana de octubre del Maga.

Agricultores del Occidente del país también relataron a Plaza Pública que, como no pudieron prever que habría manifestaciones y bloqueos, los primeros días de octubre perdieron la mayoría de sus cultivos porque no había compradores en los mercados de mayoristas. Esto los obligó a rebajar los precios hasta un 70%, no obstante, para el consumidor final el resultado fue el opuesto, pues las dificultades para transportar los productos a distintos mercados del país hicieron que éstos se encarecieran.

Al respecto, Moreira señala que los bloqueos tienen tres efectos directos en la economía. El primero es una disminución de ventas debido a la dificultad de los consumidores para movilizarse; el segundo son los costos en pérdidas de inventario; y el tercero son los sobrecostos en el financiamiento del capital de trabajo, es decir, los recursos que se necesitan para operar en el corto plazo.

Con la disolución de los bloqueos en las distintas carreteras, la mayoría de los precios de la CBA se volvieron a estabilizar. En la última supervisión hecha por la Diaco entre el 19 al 26 de octubre, solo 10 de 34 productos de la CBA mostraban una tendencia al alza, con aumentos de entre 0.17 a 1.03 quetzales. Entre estos estaba el queso fresco, leche fluida y en polvo, pollo sin menudos y carne de res con hueso, entre otros. Por otra parte, 16 productos mostraban precios estables y otros ocho mostraban una tendencia a la baja, favorable para la economía familiar. 

Carlos Vásquez, portavoz de la Diaco, dijo que al disolverse los bloqueos, estos dejaron de incidir en el precio de los distintos productos.

«Actualmente, no hay razón ni justificación para que haya una variación al alza (en productos de la CBA). El abastecimiento y la oferta es normal, no hay ninguna alteración», comentó el portavoz. 

Zapil, Icesh, explica que los bloqueos causaron un corte en la cadena de suministros que pudo incidir en los precios. Sin embargo, hay otras causas que también motivaron la variación, como el incremento natural de algunos alimentos a final de año..

«Este aumento no puede ser atribuible en su totalidad a los bloqueos, ya que por lo general algunos alimentos como la papa y el tomate siempre suben en esta época del año. Habría que esperar a noviembre si ese efecto inflacionario se mantiene o desaparece», comenta.

Impactos que vale la pena evaluar

En el último mes los pueblos indígenas del país han llamado a un paro indefinido en rechazo a las distintas acciones judiciales de la Fiscalía Especial contra la Impunidad que amenazan el proceso electoral. El Paro Nacional, aseguran, fue una medida de hecho ante la falta de órganos de justicia que frenen estos embates.

Las exigencias ciudadanas se han centrado en la renuncia de la fiscal general, Consuelo Porras; del jefe de la Feci, Rafael Curruchiche y del juez Fredy Orellana, a quienes se percibe como los artífices del intento por desconocer los resultados electorales.

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En ese contexto, más que evaluar los impactos económicos que pudieron causar los bloqueos ―cuya duración fue menos de un mes―, es necesario centrar el análisis en las causas que los provocaron, opina el economista y sociólogo Edgar Balsells.

«Hay costos que son irrecuperables, como la pérdida de una vida humana. O los costos de la corrupción en carreteras, porque a menudo se destruye la infraestructura y hay que construirla de nuevo. Pero los días que se perdieron con los bloqueos ya están recuperados», comentó.

Moreira, por su parte, considera que no puede haber un desarrollo económico mientras existan crisis políticas como la que atraviesa Guatemala, en donde se pone en riesgo la sostenibilidad de la democracia.

«El sector privado se ha enfocado en los bloqueos, sin tratar de desentrañar cuáles son las causas subyacentes de la inestabilidad política y de la conflictividad social. En Guatemala, se trata del proceso electoral y de un Estado que es incapaz de operar. Estas causas, además de provocar la crisis política, coartan el potencial económico de un país», concluyó.

Además, asegura que estas causas de la crisis se pierden en una narrativa económica construida a través de estimaciones que no responden a las causas estructurales de la inestabilidad política en el país. Por lo que señala que: «toda esta inestabilidad política tiene causas estructurales que por el tema de la coyuntura se olvida analizarlas. Estas causas además de provocar la crisis política, coartan el potencial económico de un país y esto es mucho de lo que se manifiesta en los bloqueos en el fondo». Refiere que el problema radica en que no se entiende a los bloqueos como un efecto de la crisis política, sino como una causa de una crisis económica, lo cual busca incidir en  las percepciones de la sociedad y dirigir la atención, casi exclusivamente, hacia las manifestaciones en lugar de ver el origen: la crisis estructural de la débil institucionalidad democrática en el país.

 «El error del sector privado tradicional es tratar de creer o aferrarse a la fe de que es capaz de, no solo mejorar la economía, sino de operar la economía independientemente del contexto político en el cual se desarrolla», concluye Moreira.

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