Como si no hubiera sido suficiente, el Presidente de la República Alejandro Giammattei y su gabinete, acompañados de la Presidente del Congreso Shirley Rivera y sus adláteres, apañados por representantes de algunos sectores religiosos, inauguraron el Patio de la Vida y el monumento Guatemala Luz a las Naciones[1].
En algún momento de sus declaraciones la diputada Rivera expresó que los ojos del mundo estarán sobre Guatemala e hizo un llamado a la paz, a la unidad y al trabajo en equipo.
De todo ese galimatías lo único cierto es que los ojos del mundo ya están y estarán sobre Guatemala, no precisamente porque seamos Capital Provida ni por tener Patio de la Vida y un monumento a Guatemala como Luz de las Naciones. En vía contraria, somos conocidos por tener las tasas más altas de mortalidad infantil, tener muchos patios de la muerte (el corredor seco por ejemplo) y padecer de ausencia de energía eléctrica a lo largo y ancho del país cuando más se necesita.
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Por supuesto que están puestos los ojos del mundo sobre nosotros. Más que por ese burdo intento de darse baños de santidad (solo faltó que vistieran a uno de sus funcionarios para que pareciera la reencarnación del profeta Isaías) estamos vigilados por el exilio forzado de la señora jueza Erika Aifán; del exilio forzado de más de cinco fiscales y jueces que tuvieron los arrestos de perseguir a oscuros personajes de esa entidad maligna conocida como el «pacto de corruptos» que, según Ricardo Sáenz de Tejada corresponde a: «un conjunto de redes para cometer delitos y garantizar impunidad que atraviesa a la política y el Estado guatemaltecos»[2]; y porque durante el año 2021 Guatemala registró «un incremento del 100 % en las muertes de menores de 5 años por desnutrición aguda en comparación con 2020, según estadísticas de la estatal Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan)»[3].
Vaya lujo de Capital Provida la que tenemos.
Esos baños de santidad, que dicho sea, han de costar un platal producto de nuestros impuestos, son como una carcoma ante declaraciones contundentes de países como Estados Unidos que claramente han señalado a Guatemala por obstruir investigaciones sobre corrupción.
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Ya el 16 de enero del presente año, después de que el Ministerio Público anunciara que había solicitado un retiro de inmunidad contra la jueza Aifán, el portavoz del del Departamento de Estado estadounidense declaró: «Es un intento flagrante de obstruir las investigaciones sobre corrupción y una afrenta a la integridad de los tribunales de mayor rango en Guatemala»[4]. Y una vez logrado el avieso propósito, la honorable jueza buscó asilo precisamente en Estados Unidos de América. Así que al entendido por señas.
Con todas esas espinas en el lomo, ¿de dónde acá se les ocurrió declarar a Guatemala como Capital Provida de Iberoamérica?
Sé que venir a nuestro departamento (Alta Verapaz) no es tan sencillo, menos si se visitan las áreas más alejadas y más pobres, pero, el reportaje Para cambiar una realidad, hay que conocerla: el caso de Alta Verapaz, publicado en el periódico La Hora por Ana Lucía González (19 marzo 2022), es más que elocuente con relación a nuestra realidad. En una de sus partes torales reza: «Desde hace ocho años no se hace una medición de pobreza en Guatemala. La última fue la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2014, en donde muestra que Alta Verapaz es el departamento con mayor pobreza en el país, con 83.1%; mientras la pobreza extrema también es el más alto porcentaje nacional con 53.6%»[5].
Los datos anteriores son de hace ocho años y la situación ha empeorado. ¿Puede ser entonces Guatemala una capital provida?
El lector sabrá discernir.
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