El estudio

La Línea trazada

Capítulo #2

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Dénnys Mejía

El estudio

La Línea trazada

Capítulo #2

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Dénnys Mejía

El cambio y la adaptación cultural ocurren, según varias teorías antropológicas, cuando un grupo de personas se ve confrontado con un cambio en el entorno o ambiente en el que, por años, venían desenvolviéndose. Cuando cambia el contexto en el que nos hemos desarrollado, la mayoría de nuestras vidas, nuestras ideas y comportamientos deben ajustarse. Estos ajustes rara vez ocurren sin algún grado de sufrimiento o dificultad, pues adaptarse a nuevos contextos o realidades toma tiempo, cambio de hábitos y costos materiales, emocionales y en nuestras relaciones personales y profesionales. En otras palabras, todas las personas interpretamos la realidad desde modelos culturales aprendidos a partir de nuestra educación en casa, en la escuela y de interacciones cotidianas que nos transmiten el mensaje de cuáles son los comportamientos correctos o incorrectos para lograr vivir en cierta sociedad. Estos mensajes se refuerzan a lo largo de nuestras vidas. Como se ilustrará en esta y las siguientes secciones, el protagonismo que adquirió la CICIG y el MP a partir de abril 2015 representó modificaciones o "quiebres interpretativos" en las dinámicas familiares, laborales y sociales para las personas. Estas modificaciones vinieron, en muchos casos, acompañados de niveles de aprobación o sanción social por parte de sus pares y, en algunos casos, de antagonistas antiguos y nuevos.

Los "antes y después" de los procesos de cambio cultural pocas veces están marcados por fechas específicas. Las transiciones de ciertos modelos de vida a otros suelen darse paulatinamente, sin que quienes lo experimentan estén totalmente conscientes de ello. Algunos participantes se refirieron a la secuencia de eventos de 2015 como un "experimento" del cual estaban conscientes sólo algunas personas mientras que la mayoría de los ciudadanos lo percibíamos como un proceso orgánico de causas y consecuencias.

Thelma Aldana precede a Iván Velasquez en una visita al Congreso de Guatemala, en agosto 2016. / Simone Dalmasso

Las personas solemos contar con más de un modelo cultural para interpretar un mismo fenómeno. Por ejemplo, en el estudio previo sobre élites empresariales y su participación cívica, se encontraron modelos contradictorios sobre la participación política de empresarios: por un lado, existía un modelo en que la participación de pares y personas de confianza era lo más deseable para garantizar continuidad del statu quo. Este modelo se enfrentaba a otro en que la participación política se equiparaba automáticamente con intereses ocultos y el potencial para corromperse (Colom, 2018) y generaba un distanciamiento casi automático entre el empresario y su par público.

El periodo bajo estudio, que comprende los años 2015 a 2019, se caracteriza por contar con hitos puntuales que sirven de referencia, para quienes lo vivimos, como "antes y después" de cambios concretos. En este caso, el momento en que "se destapó el caso «La Línea»" constituye un parteaguas tanto para quienes ya estaban vinculados a la lucha contra la corrupción como para las quienes adoptaron nuevas posturas a partir de ahí. Ese evento se ha convertido en un referente cultural porque hablar de "La Línea" ya es un atajo que representa un quiebre en la política contemporánea guatemalteca. En todas las entrevistas, mencionar "La Línea" permitió a los participantes ubicarse rápidamente en el mes de abril de 2015.

Mirá, políticamente yo estaba muy desarraigado. Yo estaba, en el 2015, 2014, estaba muy desarraigado de la realidad nacional... Para mí yo no tenía ninguna conexión, ningún vínculo, ninguna raíz con el país. Estaba ajeno, había elegido estar ajeno y estaba bien. No importaba lo demás. Sin embargo, este caldo que empezó a hacer ebullición en ese tiempo a muchos nos despertó una conciencia, verdad, nos dimos cuenta de cómo funcionaban muchas cosas. [...] yo desperté junto con mucha otra gente, que fueron los que se juntaron en la plaza, (frente al) Congreso y hasta ese momento ahí te das cuenta. (Participante 12).

El ex presidente, Otto Pérez Molina, en torre de tribunales, antes de una audiencia del caso Cooptación del Estado, en junio 2016. / Simone Dalmasso

Ese "darse cuenta" también constituye un atajo cultural que funciona para hablar con personas que, hasta entonces, habían manifestado poco o ningún interés por la política, o creían que carecían de poder para impactarla.

¿Cuál era mi entendimiento de lo que estaba sucediendo? De lo que sucede con mi país era menor y lo que sucedió a partir de las intervenciones de CICIG y de todo este trabajo que ellos estaban haciendo antes de que se destapara los escándalos completos de 2015, ya iban a cierto nivel [mis conocimientos], mas no era la cantidad de cosas que ahora sé. O sea, sí siento que ahora soy más despierta de lo que era en 2015. 2015 para mí sí fue una sacudida de alguna forma para muchas cosas que no, del todo no, tenía claras. (Par­ticipante 13).

Otro participante explica cómo, para 2015, el nivel de corrupción de la administración de Otto Pérez Molina era muy evidente y, cómo, aun empresarios como él, desligados de actividades gremiales y políticas, se alegraron ante la noticia del caso "La Línea". Refiriéndose a los temas que conversaba con amigos al principio de ese año detalla:

Manuel Baldizón es proclamado presidenciable del partido Libertad Democrática Renovada (Lider) durante la asamblea nacional en el Parque Central de la ciudad capital, en mayo 2015. / Sandra Sebastián

Ahí siempre había como una plática muy eempresarial, política, el desmadre que estábamos viendo enfrente nuestro y el disgusto político era y era muy fuerte, muy, muy fuerte. Que creo yo que cuando vimos este primer golpe hacia la política sucia venir, se aplaudió inmensamente, se le agradeció inmensamente a la CICIG haber dado ese paso, fue un paso que yo, hasta hoy en día, lo considero muy oportuno. Un paso que verdaderamente mandaba un mensaje que las cosas no seguirían igual. Y sí, mi perspectiva hacia futuro era que iban a cambiar, esa era mi perspectiva a futuro. (Participante 14).

Aunque no se planteó como hito en las preguntas originales, varios participantes mencionaron en sus narrativas otro fenómeno que marcó el período: la campaña electoral de ese año, cuando Manuel Baldizón, presidenciable del partido Lider, se posicionaba como ganador y cómo la campaña "No te toca", diseñada para evitar el triunfo de este candidato, se convirtió en parte de las demandas de la plaza.

Teníamos muchísimas o altísimas preocupaciones porque nos encontramos con que había un candidato presidencial del cual teníamos información bastante sólida de que, digamos que, la frase que usábamos es que no es que estuviera financiado por el crimen organizado, sino que era parte del crimen organizado. O sea, teníamos información de que era socio de la cosa en varias empresas entre Izabal y Petén y otra de transportes, y nos costaba mucho pensar que puede ser socio de los Mendoza sin ser parte de. Es difícil pensar que vas a tener sólo sociedad en la parte legítima... El personaje Manuel Baldizón tenía sesenta por ciento de intención de voto, lo cual nos generaba muchísima preocupación porque era probablemente el candidato con más nivel de intención de voto en la historia reciente de Guatemala. (Participante 17).

Baldizón, a punto de votar en Flores en las elecciones de 2011. / Alberto Arce

La constante presencia del candidato en los medios de comunicación, por medio de pintas, y la aparente fuente inagotable de recursos económicos para financiar su campaña, con un profético mensaje de que él sería el próximo presidente, provocó niveles de miedo que luego confluyeron con la indignación ante el descubrimiento de los casos de corrupción.

[Íbamos en] picada, anunciada. Súper evidente. [En] bajada, borracho el conductor, con lluvia, sin frenos, así terrible. Se me hacía difícil de creer que yo iba en ese bus, que la gente cercana a mí estaba en ese bus diciendo "sí, él nos va a llevar, o sea, él va a ser chofer". En vez de decir, "aquí bajemos, no podemos subir, no podemos quedarnos aquí en este bus. No, si a él toca". Me parece increíble, pues sí lo ves así, eso de verdad pasa así. Era la Antigua, en la bajada las Cañas, en las peores condiciones. Sí, tenía mucho miedo [...] antes de que se destapara todo esto, lo de "La Línea", porque sí había muchas probabilidades de que fuera Baldizón. (Participante 7).

Algunos participantes recordaron cómo los ataques a los medios de comunicación que cuestionaban la legitimidad de su candidatura aumentaron a través de net centers y medios afines, como el canal de televisión y la revista que él mismo financiaba. El mecanismo de usar net centers para asediar a quienes criticaban al gobierno de turno, también se popularizó. Por su parte, la campaña "No Te Toca" encontró eco entre sectores de la población que antes no se habían interesado por la política nacional. Antes de abril de 2015, era imposible imaginar que las elecciones de ese año serían solo un factor en una serie de cambios sociales que ocurrieron en menos de seis meses.

Una audiencia del caso La Línea, en marzo 2013, a cargo del juez Miguel Ángel Gálvez. / Simone Dalmasso

No lo había visto como que aquí nos vamos a meter a una lucha contra la corrupción que va más allá de Baldizón, no lo vi así. En su primera fase vi cómo esta oportunidad no había que dejarla pasar. Ya después, a los meses, cuando estás viendo que una cosa esta ligada con otra, todo ese desencadenamiento de personas, de hechos. Y sí, sigue siendo una oportunidad distinta a como la pensé al principio, pero sigue siendo una oportunidad que hay que aprovecharla. Tal vez eso, en eso se resume mucho el por qué nosotros hicimos, lo que hicimos. Porque sí lo veíamos como una oportunidad para que Guatemala pudiera cambiar. (Participante 7).

El miedo a que Manuel Baldizón ganara las elecciones presidenciales no provenía de un nuevo y desconocido fenómeno. La idea de que un candidato eventualmente amasa suficiente caudal político y económico para ganar forma parte de la creencia popular de que "le toca". El concepto de un cacique que promete cambios ha prevalecido históricamente sobre el concepto de contar con un sistema de gobierno con cierta continuidad. Comprender la necesidad de enfocarse en sistemas y no personas específicas también constituye un modelo que, aunque sea reconocido como el más conveniente a largo plazo, tiende a perder al enfrentarse al modelo del líder carismático (Colom, 2018) que ofrece, sin explicar muy bien cómo, resolver todo en un período corto de tiempo. Algunos participantes identificaron problemas más macro y más históricos como raíz del ascenso de Baldizón:

Nosotros somos de los pocos países donde la campaña se financia toda la campaña de inicio con financiamiento privado, porque los partidos reciben los recursos después de la campaña. Entonces, ese es un tema que abrió muchas puertas a la corrupción y el otro tema es que no se fortalecen las instituciones, sino que se empodera la figura del secretario general. Él es el que manda en el partido, es el dueño de esa cuenta. Es que teníamos partidos [en] que el secretario era dueño y era el candidato presidencial. Entonces todo era poder, todo el poder se centra en una persona que no permite que los partidos se institucionalicen, ni fueran representativos y menos democráticos. Eran vehículos electorales que, una vez en alianza con sectores de financiamiento, llegaba[n] al poder. (Participante 11).

El empresario Felipe Bosch en el despacho de su oficina, durante una entrevista al medio, en agosto 2017. / Simone Dalmasso

Este mismo participante añadió que, en su opinión, Manuel Baldizón generó más miedo pues no necesitaba de los fondos del sector privado tradicional para financiar su campaña, sino que contaba con recursos propios, de élites emergentes y de algunas fuentes ilegítimas. Entonces, aunque la tradición de "le toca" había sido tolerada en elecciones anteriores, en 2015 ésta se volvió una verdadera amenaza al tratarse de un candidato sin el aval de sectores que generalmente habían dado la venia para ser electo. Mientras continuaba el debate sobre el inminente triunfo de Manuel Baldizón, se anunció el caso de "La Línea", tomando por sorpresa a la mayoría de los guatemaltecos. La cantidad de información compartida y la complejidad de sus redes representó una nueva manera de entender la justicia en Guatemala.

[Lo percibí como una] oportunidad de ver judicializada una realidad que conocíamos. Además, era "La Línea". En ese momento sabíamos que no se trataba ni siquiera de las élites económicas de Guatemala, tradicionales. Se estaba hablando de corrupción, elites emergentes, y eso lo mirábamos como un hilo, el cual se podía jalar y sabíamos que detrás podían venir otras cuestiones, pero [había] mucha inocencia de parte de nosotros. (Participante 2).

Cuando se destapa "La Línea", hay felicidad porque identifican a fulanito, el primero que cayó de la SAT, y que [ahora] tiene una cafetería en Mariscal [Zavala], el "Califa", [se dijo] que era bueno porque él los estafaba... Entonces era la alegría de que caían estos, que les sacaban el pisto para hacer que las cosas caminaran, pero no llegan a percibir que ellos [los que se alegraban, también estaban implicados en la] estafa. (Participante 1).

Un funcionario público entra esposado a torre de tribunales para una audiencia del caso Cooptación del Estado, en junio 2016. / Simone Dalmasso

Estos y otros participantes hablaron, en retros­pectiva, de cómo hubo un tipo de ingenuidad generalizada respecto a las implicaciones que tenía destapar una red tan compleja. Aun para los más escépticos, el caso de "La Línea" fortaleció los argumentos a favor de impedir que Manuel Baldizón ganara la elección.

Obviamente [La Línea] es un tema que nos ayudó muchísimo en la causa [de posicionarnos contra la corrupción]. Nosotros trabajábamos en ese momento muy de cerca con el Ministerio Público, con Thelma Aldana. Realmente, te digo la verdad, yo con la CICIG nunca trabajé de cerca porque nunca creí en ella. Yo siempre fui crítico de la CICIG desde que vi cómo manejaron el caso Rosenberg y me costó mucho. Costó mucho confiar en sí y en parte yo sí percibía que era una institución que no tenía pesos y contrapesos, no tenía contrapesos. (Participante 17).

Los escépticos, en esos meses de 2015, eran la minoría. La felicidad del sector empresarial organizado ante los primeros resultados de las investigaciones se tradujo en apoyo a la lucha contra la corrupción de la CICIG y el MP. La postura del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) era clara: era necesario la renuncia del presidente Otto Pérez y continuar con las investigaciones.

La Plaza de la Constitución durante la primera manifestación masiva en repudio a la corrupción, el 25 de abril 2015. / Plaza Pública

El trabajo del MP y la CICIG sobre el caso "La Línea" era visto como fiable y elogiable. En ese momento no se cuestionó si tenía un trasfondo ideológico o si se trataba de persecución política, más bien, fue considerado como el primer paso para combatir la corrupción que tanto había dañado al país, por lo que había casi total apoyo era para el trabajo del MP y la CICIG. Los siguientes mensajes de Twitter ilustran cómo la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa) y el Cacif se pronunciaron exigiendo la renuncia y el antejuicio al presidente Otto Pérez Molina como acciones necesarias para recuperar la gobernabilidad del país.

Nuestro total apoyo al @MPguatemala y a la @CICIGgt por el trabajo que están haciendo por el país. ¡Adelante! (@FUNDESA 21 de agosto 2015).

@CICIG y MPguatemala han dejado en evidencia a redes que operan en el Estado y las han judicializado, lo cual aplaudimos (@CACIFnoticias 11 de agosto de 2015).

Reiteramos apoyo a la Fiscal Gral. Thelma Aldana, y al comisionado Iván Velásquez, por su labor. #MCcontraCorrupción (@CACIFnoticias 11 de agosto de 2015).

Hay una investigación fub[n]damentada. Por ello, el Congreso debe actuar y escuchar nuestras peticiones [en referencia al antejuicio del presidente]. @jorgebriza" (@CACIFnoticias 21 de agosto de 2015).

Con las graves acusaciones del MP y la CICIG se hace importante la renuncia del mandatario [presidente Otto Pérez Molina] (@CACIFnoticias 24 de agosto de 2015).

En aras de la gobernabilidad y transparencia, exigimos la renuncia del presidente Otto Pérez (@CACIFnoticias 21 de agosto de 2015).

Como parte de la lucha contra la corrupción, en ese momento, el Cacif también subraya la importancia de continuar investigando toda denuncia o a cualquiera que hubiera cometido ilegalidades, incluyendo partidos políticos y empresarios. Los comunicados enfatizaron la necesidad de perseguir a quienes habían participado y aplicar las sanciones necesarias porque "nadie está por encima de la ley".

Debe investigarse toda denuncia contra partidos políticos y se apliquen sanciones drásticas a quienes violen la ley. @jorgebriza (@CACIFnoticias 21 de agosto de 2015).

Sobre empresarios vinculados con La Línea, reiteramos que el empresario que ha cometido ilícitos, debe ser investigado" (@CACIFnoticias 21 de agosto de 2015).

@LlarenaPelayo, 1er. vice de Cacif, considera necesario perseguir a empresarios que han participado en ilícitos (@CACIFnoticias 26 de agosto de 2015).

Nadie está por encima de la ley. El Congreso debe conocer a la brevedad el antejuicio contra Otto Pérez Molina: @LlarenaPelayo (@CACIFnoticias de 26 agosto de 2015).

Protestas en el parque central por los escándalos de corrupción del caso denominado Cooptación del Estado. Junio 2016. / Simone Dalmasso

Si bien el 25 de agosto del 2015 el Cacif afirmó que no era parte de ninguna convocatoria para realizar algún paro nacional ni de ninguna manifestación en torno a ello, "por considerar que hay formas apegadas a la ley para expresar inconformidades", el 27 de agosto la Cámara del Agro comunicó que respetaban y respaldaban las manifestaciones pacíficas y el derecho a la libertad de emisión del pensamiento, tal como lo dicta la Constitución. También se sumó la Cámara Empresarial del Comercio y Servicios (Cecoms) reiterando a los socios que tenían el derecho a participar en las manifestaciones pacíficas. De la misma manera, el Cacif consideró que, si bien era importante la participación activa de todos los sectores, era fundamental el rol de los ciudadanos para que se diera el cambio que se necesitaba. Por ello, la voz de los ciudadanos debía ser oída en las manifestaciones pacíficas –claro, sin afectar la libre locomoción–, pero también en las urnas, ya que el cambio se iniciaba con exigir justicia por el caso "La Línea", pero debía trascender para fortalecer el estado de derecho.

Apoyamos las manifestaciones que fortalezcan la democracia (@CACIFnoticias 21 agosto de 2015).

Felicitamos las manifestaciones cívicas que surgen desde la ciudadanía, inclusive de forma espontánea para exigir la renuncia del Presidente (@CACIFnoticias 27 agosto de 2015).

Apoyamos la lucha contra contra [sic] la corrupción y manifestaciones pacíficas que no afecten libre locomoción, afirma @LlarenaPelayo (@CACIFnoticias 26 agosto de 2015).

Hagamos que el reclamo en la plaza se traduzca en un voto válido y consciente el día de las elecciones (@CACIFnoticias 27 agosto de 2015).

"Guatemala ya cambió y no vamos a quedarnos en silencio. El siguiente Gobierno tendrá una tarea muy difícil": @LlarenaPelayo (@CACIFnoticias 26 agosto de 2015).

Cabe resaltar que los comunicados incluían un llamado a continuar con el plan de realizar elecciones generales en septiembre, postura que disentía de la de algunos grupos de sociedad civil que proponían postergar las elecciones hasta que los casos hubieran avanzado y la situación fuera menos convulsa. Al popular "No te toca" se unió el "En estas condiciones no queremos elecciones", frase repetida durante las manifestaciones y plasmada en columnas de opinión y redes sociales. El plan de celebrar las elecciones en la fecha estipulada continuó a pesar del miedo a un boicot por parte de Manuel Baldizón. De nuevo, Thelma Aldana manifestó una postura afín a la de los grupos que intentaban contrarrestar los intentos del candidato (participante 17).

Mientras tanto, los avances en el caso de La Línea continuaban siendo anunciados y algunos observadores se preguntaban cuándo se revelaría algún vínculo con el sector privado tradicional. Una de las participantes recuerda una conversación con un conocido, temprano en el proceso, y cómo esta persona pasó de apoyar incondicionalmente el trabajo de CICIG a rechazarla conforme se revelaron casos que involucraban a personas cercanas.

Un día hablé con [la persona cercana a la élite]. Me lo encontré y yo ya estaba preocupada porque yo dije, "[ese problema] se va a venir todo"... Entonces lo que pensé y propuse era que necesitábamos una especie de justicia transicional porque era imposible que se [viniera] todo y que no podía ser que todo el país entero terminara en el bote... yo ya estaba con esa preocupación y me recuerdo que le dije una cosa así y él me dijo "buenísimo todo lo que está pasando" y yo le dije: "sí, buenísimo, pero va a ser bien difícil cuando empiecen a tocar a personas que uno no creería". Y recuerdo que me dijo: "que caiga el que tenga que caer porque aquí tiene que haber una limpia". Le dije: "no hay otra opción que seguir adelante con esto, ya no hay marcha atrás"... Yo lo vi a él completamente inconsciente. (Un par de años) después, estaba [el mismo amigo] manifestando ahí, enfrente [en contra] de la CICIG. (Participante 9).

CICIG empieza a caminar y el sector privado apo­yando muy contento. El problema es que, por eso te hablo de todo el modelo desde el inicio, porque la corrupción estaba tan enraizada que al final todos eran parte de todo. Ese es el punto que nunca se midió al empezar a ir [contra] la clase política. Esto ya era parte del otro nivel y es obvio que tenía que pasárselos llevando [al sector privado tradicional]. Entonces ellos creyeron que como la justicia era selectiva siempre, pensaron "nosotros estamos cubiertos", "a nosotros nos van a tocar". (Participante 11).

El consenso sobre la importancia de manifestar y demandar cambios al sistema prevaleció durante el 2015.

Recuerdo que no había ningún tipo de represión contra tu opinión. No había ningún tipo de consecuencia a nivel empresarial ni personal. De hecho, era bien visto. La gente se iba a hacer fotos a la plaza, selfies, empresarios, todo mundo. O sea, fue algo donde todo el mundo coincidió, hasta Ricardo Méndez Ruiz llegó a tomarse una foto después, un día, y lo sacaron a sombrerazos. O sea, la plaza convocó a mucha gente y este activismo convocó a mucha gente de muchos sectores con que, recuerdo, todos coincidíamos. Y de manera que se sentía libertad plena de manifestarse en contra de un gobierno de un Estado sin ningún tipo de repercusión, sin ningún tipo de represalia. No lo había, de hecho, se te exhortaba. (Participante 12).

Estos ejemplos ilustran cómo, para la mayoría de los guatemaltecos, era imposible imaginar la dimensión y el alcance de los casos que venían. El sector privado organizado se sentía distante de los casos de "La Línea" y de la captura de Roxana Baldetti, no imaginaban que las capturas llegarían más allá de Otto Pérez Molina, que no venía de su sector. Las primeras señales de miedo se dieron cuando Juan Carlos Monzón se entregó a las autoridades. Sin embargo, las protestas en la plaza de la Constitución sirvieron para crear una sensación de que había consenso de que lo que estaba pasando era bueno, y que solamente las personas implicadas en los casos no querrían que CICIG y el MP continuaran sus investigaciones. Por primera vez parecía que la justicia alcanzaba a quienes habían permanecido intocables y eso generó una sensación de que las cosas estaban cambiando para bien en Guatemala.

Ahí, yo creo que fue lo que yo sentí, viéndolo ahorita para atrás, en retrospectiva, sí sentí que estábamos conscientes [de] que estábamos viviendo un momento histórico. Que no era, para nada, un momento normal y que ni siquiera era una cosa atrevida, sino que era historia lo que estamos haciendo y lo estábamos haciendo entre todos. Súper bueno. (Participante 7).

Como periodista, fui parte de quienes se convirtieron en referentes durante las manifestaciones. [Fuimos de los que] denunciaron cómo se trató de minimizar la protesta ciudadana. Te reconocen en la calle. Como tu grupo objetivo está en Pricesmart, en Cemaco, en Plaza Decorísima, o sea, esa población mayor de 40 años, que tenía hambre de información y que se sentía parte del movimiento porque por primera vez nos habíamos involucrado los capitalinos, pues nos vio como un referente. (Participante 5).

Esta persona, que en esa época trabajaba en medios de comunicación, añade:

Tendrías que haber estado muerto para no emocionarte con ver esas filas de universitarios llegando, entrando a la ciudad... Ver entrando a la plaza familias de clase media urbana que tal vez tenían 10 años de no ir al centro y de repente sentirse parte, no, no era posible no emocionarse. Era lo justo también, vivirlo y creer que estábamos construyendo algo juntos. (Participante 5).

El participante 7, que narró con entusiasmo la decisión de su empresa de participar en las primeras protestas, identifica cómo, para el paro de agosto de 2015, la decisión fue más difícil porque ya había algunas "dudas en el ambiente". Aun así, en su caso, decidieron parar en la mañana y trabajar por la tarde. Durante la tarde, cuando se sumaron más y más empresarios, la directiva de Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) y sus empleados, llegaron a la Plaza.

Los sábados íbamos algunos, pero definitivamente el [día del paro de 2015] ahí estábamos todos y ahí estaban otros líderes del Cacif, algo preocupados por estar, pero sintieron que tenían que estar. (Participante 1).

Algunos de los participantes consideraron que las empresas que no dejaron salir a manifestar a sus empleados cometían un error. Un participante reflexiona sobre los eventos que llevaron a que parte del sector privado parara.

Que tus empleados te volteen a ver, y ahí es cuando les dije: "ustedes no quisieron salir a manifestar, pero todos los empleados querían salir a manifestar"... Se me quedan viendo como [improperio]. El único que paró fue Emilio [Méndez], él sí paró auténticamente. (Participante 10).

Añadió que el argumento de que "la mejor forma de servir a Guatemala era trabajando" siempre ha sido visto como una mala excusa para no sumarse a reivindicaciones sociales, en este caso, al consenso popular de exigir la renuncia de Pérez Molina.

La sensación de que por primera vez en Guatemala había consenso entre los diferentes sectores de la población respecto a su visión de justicia duró poco. Los participantes identificaron diferentes momentos en donde percibieron que el frágil consenso, si es que realmente existió, se resquebrajó. El paro nacional del 27 agosto del 2015 representó el punto más alto de la esperanza. Diez días más tarde, Jimmy Morales, un virtual desconocido, aparecía como contendiente de Sandra Torres, del partido UNE, para la segunda vuelta electoral. La renuncia de Manuel Baldizón al partido Lider, el 14 de septiembre, y la consolidación del apoyo del sector privado alrededor de Morales, generó una sensación de que lo peor había pasado. El triunfo de Jimmy Morales en la segunda vuelta electoral significó un alejamiento del "fantasma de Venezuela", término empleado por las élites para referirse a su temor de que una presidencia de Torres o de Baldizón representaría cambios estructurales hacia un gobierno populista de corte izquierdista.

Otros capítulos del estudio

Capítulo #1

Antecedentes

Capítulo #2

La Línea trazada

Capítulo #3

El tercer gran actor

Capítulo #4

Fragilidad

Capítulo #5

Formas de control y presión

Capítulo #6

¿Qué alimenta el miedo?

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