La juez consideró probado que en 2007, durante el gobierno de Óscar Berger, el secretario del CONAP eliminó del Plan Maestro del Parque Nacional Laguna del Tigre, unos párrafos cruciales que alertaban de los daños que la explotación petrolera habían causado a la Biósfera Maya y las amenazas que significaba para ella.
En definitiva, que el secretario ejecutivo de Conap, a quien le correspondía ordenar sin más su publicación, lo había alterado y falsificado para omitir que la operación en Laguna del Tigre de la empresa francesa Perenco, una petrolera establecida en la zona de área protegida desde hacía un cuarto de siglo, había causado daños graves y había propiciado invasiones del área protegida y brotes de ingobernabilidad.
Veliz Rizzo, probablemente, no irá a prisión, no sólo porque aún puede impugnar la sentencia, sino sobre todo porque la condena es conmutable a cambio de una irrisoria cantidad de dinero. Pero si este caso es importante es sobre todo por dos ingredientes: por la utilidad que el documento adulterado tuvo para justificar durante el gobierno de Álvaro Colom una renovación del contrato a favor de Perenco, y porque si el Ministerio Público continúa investigando como debe, aprenderemos mucho de dos ex presidentes, de ministros y secretarios, de diputados, de la petrolera misma, y en términos más generales de cómo y a favor de quién trabaja este sistema político.
Porque parece inverosímil que Veliz Rizzo haya actuado en solitario y con la literaria convicción de que aquellos párrafos sobraban. Porque examinando los sucesos, resulta tan torpemente obvio que se trató de un proceso en el que participaron con gran entusiasmo dos gobiernos sucesivos. Porque en tiempos de Berger cuajó el plan maestro fraudulento que en tiempos de Colom sirvió para fundamentar una renovación fraudulenta.
Recapitulemos: tres años después de que Sergio Veliz falsificara el Plan, a la vista de que pronto se vencería el contrato del que Perenco gozaba para extraer petróleo del área núcleo del Parque Nacional Laguna del Tigre, el gobierno de Colom tuvo que decidir si prorrogarlo.
La oposición de las organizaciones sociales era grande, y aducían tres argumentos: 1- que la ley de áreas protegidas prohibía tajantemente cualquier actividad dentro del área núcleo de un área protegida y por lo tanto cualquier prórroga era ilegal. 2- que la actividad extractiva había causado graves daños a la Biósfera Maya y no debía permitirse que continuara haciéndolo. 3- que si pese a todo se renovara, debía aplicarse la cláusula que permitía nacionalizar los bienes de Perenco para que el Estado y la sociedad obtuvieran mayores beneficios de las utilidades y que pudiera exigirse cuentas ambientales a una institución estatal.
Colom se desembarazó del primero casi con un infantil juego de palabras y para darle empaque a la decisión ya tomada de renovarlo, el expresidente y todo su gabinete –con el voto en contra de los ministros de Ambiente (Luis Ferraté), Gobernación (Carlos Menocal) y Cultura (Jerónimo Lancero)– mencionaron, aferrándose al Plan Maestro, la falta de pruebas técnicas de que la actividad extractiva supusiera amenaza alguna. Ni Colom ni sus ministros quisieron oír, no ya las palabras de los ambientalistas, sino lo que poco tiempo antes el propio Consejo Nacional de Áreas Protegidas había descubierto y ahora denunciaba en público y ante el MP: que el documento había sido fatalmente, brutalmente, criminalmente, mutilado.
Eso que esta semana ha ratificado el Tribunal Quinto de Sentencia Penal con su fallo.
¿Por qué no hicieron caso? No lo sabemos a ciencia cierta pero no nos gustaría quedarnos con la duda. Sobre todo porque quizá arrojaría luz también sobre el intento de colocar, meses más tarde, al frente de CONAP a un empleado de Tomza, la compañía de gas de financistas de campaña de Álvaro Colom que pretendía otra área protegida para sus operaciones. Y también sería interesante saber por qué Veliz Rizzo decidió, en un repentino ataque de editor, borrar lo que borró, ahora que ya sabemos que es cierto que lo borró. Si recibió dinero, de quién lo recibió. Si recibió la orden, de quién la recibió. Si no, en qué estaba pensando. Porque en nuestro país, como en el resto del planeta, los personajes de corrupto y corruptor siempre van de la mano.
Por eso, para satisfacer nuestra inquietud pero también para depurar la administración pública (y la privada) no estaría mal que el Ministerio Público comience una investigación penal de todo ese proceso más amplio: que si tiene amor propio se pregunte, con curiosidad sincera o con malicia, qué pintaron los presidentes, los ministros y los diputados en todo esto. Y qué pintó Perenco, la principal beneficiada.
Y tampoco estaría mal que el CONAP publique el Plan Maestro verdadero, y que el presidente, en consejo de ministros, decidiera ordenarle a la Procuraduría General de la Nación que iniciara el largo y tedioso proceso para declarar lesivo (corrupto, fraudulento, ilegal, irreal, sin fundamento) el contrato que se le concedió a la empresa para que continúe extrayendo el crudo. Se tienen que dar prisa, porque para hacerlo existe un plazo de tres años desde la firma del contrato.
Además de mandar un mensaje, o hechos, para acabar con la impunidad ambiental propiciada probablemente por políticos y empresarios, esta investigación servirá en algo para proteger al medio ambiente nacional de los actuales y próximos funcionarios. Funcionarios ambientales que deberían andar con pies de plomo sobre relativismos o expresiones públicas en el gabinete que dicen que la Biósfera Maya debe dejar de ser protegida.
Mientras tanto, internacionalmente hay una serie de litigios en curso y este fallo judicial parecer corroborar que Guatemala violó su legislación ambiental y abre la puerta a sanciones económicas y arancelarias de Estados Unidos en contra de Guatemala en el marco del Tratado de Libre Comercio, como ya sucedió por violaciones de las leyes laborales.
El equipo que siempre pierde movió inteligentemente sus piezas y ahora –si el equipo que siempre gana no da un golpe en la mesa y hace saltar por los aires las fichas y las reglas– puede ver en su horizonte que está a dos pasos del jaque al rey. A los reyes. Y a la torre. Que en realidad es pozo. Petrolífero.
La sentencia se presta para eso. Veremos si se prestan el presidente Otto Pérez Molina y el MP.