Se dijo que los seguros son muy importantes porque protegen personas (de vida, de salud, pensiones), nuestras inversiones (negocios, contratos, bienes en tránsito…) y nuestro patrimonio (casa, carro, etcétera). Una persona se asegura comprando una póliza que paga regularmente. La póliza cubre riesgos en paquete fijo y algunos opcionales presentados por la seguradora (con costo adicional de póliza).
Vimos que, por el otro lado y sin que signifique nada malo, los seguros son un negocio, una actividad lucrativa. Por ello las aseguradoras huyen de los riesgos más altos. Juguemos: ¿qué riesgos hay para un automóvil? Robo total o parcial, daños por colisión, caída de árboles o de postes, caída de meteoritos, accidentes en hora de toque de queda (¡a ver si le pagan!), conducción por menores, daños por motín o por clásico perdido por los cremas (chistorete inocente), terremoto, tsunami, daños por venganza en triángulo amoroso, atentado terrorista…
Son muchos riesgos, pero no son iguales. Las estadísticas alimentan bases de datos en las cuales se valoran los riesgos. ¿Cuántos robos de auto a mano armada por año? ¿Color, marca, modelo? Cada riesgo tendrá una probabilidad de ocurrencia. Con esa base y esas proyecciones se decide cuáles se cubrirán y a qué precio. Lo que tenemos es una integración de todo en el valor de la póliza. También cuentan los costos operativos (impuestos, agentes de seguros, ajustadores, revisores, etcétera). En el caso de los vehículos, se fija un deducible (una cantidad que será pagada, sí o sí, por el asegurado). ¿Cómo se determina? También con modelos y proyecciones estadísticas. Por ejemplo, ¿cuál es el valor promedio de las reparaciones para cierto vehículo (considerando un kit de repuestos básicos y mano de obra)? En un porcentaje desconocido, cuando ocurre un accidente (siniestro), los costos de reparación irán por cuenta del asegurado y la aseguradora cubrirá un exceso de gastos calculado con maestría. Todo está estadísticamente calculado para que la relación amor-desamor entre asegurado y aseguradora no haga fracasar este matrimonio de conveniencia.
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El siguiente factor clave es el tamaño de la base de asegurados. Digamos que Alberto tiene su auto valorado en Q150,000 y paga una prima anual de Q5,000. Si se lo robaran, asumamos que recibe Q105,000 y que debe ponerle el pechito a una pérdida de Q45,000 (se agradece a los corredores de seguros que quieran aportar datos reales en la sección de comentarios). La aseguradora sobrevive al golpe económico porque mantiene un enorme número de clientes sin ese siniestro. El negocio sigue siendo rentable mientras tengan una amplia base de asegurados y los pagos por cierto siniestro no sobrepasen lo recibido en pólizas.
De tal manera, mientras más asegurados haya, las primas podrán ser más bajas. Las aseguradoras también tendrán más apetito de riesgo. Piense en los seguros colectivos de salud. No es el mismo costo si se aventura solo con un seguro familiar que si su empresa o institución contrata un seguro colectivo. Más aún: su empresa podría usar recursos propios para cubrir una parte del costo de su póliza.
Y ahora entran en juego las reaseguradoras. Son empresas que comparten riesgo con las aseguradoras. Digamos que aseguran aseguradoras. En caso de un siniestro cuyo riesgo se calculó mal (cobertura médica por la pandemia de covid-19, como ejemplo fresco), a la aseguradora puede representarle la ruina total si no se cura en salud con una buena cláusula de exclusión. Por eso ella le paga a una reaseguradora y ya se entenderán entre ellos.
Sigamos con la salud: la aseguradora puede tener una prima que cubra el 80 % de los costos, pero hasta un límite. Si el siniestro o la enfermedad resultara mucho más caro de lo esperado, usted puede pagar una póliza adicional o complemento de póliza para tener cobertura en ese evento extraordinario. La aseguradora se reasegura y la cuenta médico-hospitalaria se pagará entre el deducible porcentual que va por cuenta del asegurado, la cobertura de la aseguradora y la presencia silenciosa de la reaseguradora.
Parece que hemos socializado suficiente información básica sobre cómo funcionan los seguros. Ahora sí: entremos al seguro agropecuario sabiendo que el juego sigue siendo el mismo.
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