¿Qué significa vivir bajo un régimen autoritario neofascista?
El fascismo es un movimiento totalitario y nacionalista cuya doctrina, similar a la establecida en Italia por B. Mussolini y en Alemania por A. Hitler, persigue darle el poder absoluto a un régimen autoritario, que a su vez perseguirá a quienes no se ajusten a él. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema educativo y de los medios de comunicación).
Los valores que motivan al neofascismo son nefastos para la libertad y el desarrollo humano individual y colectivo. La idea del neofascismo es instaurar un régimen autoritario que persiga y anule la diversidad de pensamiento y de opinión. De hecho, un pensamiento homogéneo y fundamentalista es lo que el neofascismo pretende implantar. En el contexto mundial actual, dicho pensamiento es básicamente conservador, xenofóbico, homofóbico, machista, verticalista, clasista, uno basado en dogmatismos religiosos e ideológicos. Pero las consecuencias de dicho régimen son perjudiciales para usted y el resto de la sociedad. Veamos:
- Si usted es mujer, será denigrada y vista como un apéndice del hombre. El neofascismo la ve como un objeto que sirve exclusivamente para satisfacer los impulsos sexuales del hombre. Más aún, usted deberá estar casada de por vida con un hombre al cual el fascismo le permitirá maltratarla si es necesario, con violencia verbal, física y psicológica. Sin voz ni derecho a defenderse, usted será un objeto dentro de ese sistema. O se alinea a él y aprende a ser sumisa, o será perseguida por el régimen y condenada al ostracismo de los lacayos del sistema.
- Si usted posee una pequeña o mediana empresa, verá limitada su capacidad de expandirse porque, con el discurso del libre mercado, los financistas de los regímenes neofascistas y autoritarios son precisamente la antítesis del libre mercado: industrias oligopólicas y monopólicas a las que les conviene financiar un gobierno autoritario que protegerá los intereses de sus mecenas. Nada de libre mercado más allá del discurso de campaña.
- Si usted es de un pensamiento progresista, innovador, creativo, que promueve cambios al statu quo, será perseguido por pensar diferente al régimen, que busca que todos piensen igual y no se salgan del libreto conservador, para lo cual se valen del discurso religioso como excusa para mantener ese orden militarizado y de terror.
- Si usted es liberal (o libertario), será perseguido por buscar la individualidad y por ser un potencial enemigo del régimen totalitarista, en el que se benefician unos pocos a costa de mantenerlo a usted encadenado a un régimen político, económico y social único, a una forma de pensar limitada y a una forma de ser exclusiva.
- Si usted gusta de expresar sus ideas libremente, se verá amenazado, pues podría ser capturado e incluso eliminado al constituirse en un peligro para el régimen, que, una vez en el poder, no lo va a querer soltar. Usted será perseguido por expresar sus ideas si estas no son las que el régimen fascista quiere imponer.
- Si usted no quiere creer en el dios en el cual el régimen fascista quiere que usted crea, si no quiere seguir valores pueriles, usted será estigmatizado por el ejército de tontos útiles que caen en la trampa de defender su ideología religiosa a toda costa y de favorecer al régimen sin advertirlo.
- Si usted quiere educarse y expandir su visión del mundo, se verá limitado, pues al régimen fascista no le conviene que usted piense o vea más allá de lo que ellos quieren que usted vea. Su educación se verá limitada, sus oportunidades de crecer intelectualmente serán minadas y, cual borregos, se promoverá una sociedad servil y cegada. ¿Por qué? Porque ellos, quienes sostienen el régimen, tienen el poder, tendrán el poder y no van a permitir que nadie más lo tome.
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Como puede ver, el régimen fascista le venderá un discurso fácil de comprar: apelará a valores superficiales y burdos como que el hombre es más que la mujer, como que quienes no creen en la religión imperante son potenciales enemigos o adoradores del enemigo, como que los valores religiosos y los dogmas ideológicos afines son la verdad absoluta y como que cada quien puede ser libre en un régimen donde los enemigos son comunistas, antipatriotas o blasfemos, aunque la Guerra Fría ya haya sido superada, el patriotismo sea una farsa y la religiosidad fundamentalista una mentira más. Usted será estigmatizado por los defensores y sirvientes del régimen, aunque esas variables no entren necesariamente en el ideario de una persona de pensamiento crítico y libre.
Así las cosas, estamos a una elección de consolidar un sistema neofascista que se ha ido instalando en Guatemala en los últimos años, en particular con el gobierno de Morales, y que se ha visto influido por un régimen similar, la facción republicana que hoy está en el poder en Estados Unidos, apoyada por otros gobiernos que empiezan a surgir en el mundo.
Piense por un segundo: ¿no le da terror vivir en un país donde, si usted no cree, piensa o actúa como el Gobierno quiere, puede ser perseguido, amedrentado o incluso desaparecido? ¿No le da terror que, si ve una injusticia, esta no sea atendida por el sistema de justicia, por el Congreso y por la Policía Nacional Civil? A eso pinta Guatemala hoy, y ese régimen puede ser el que nos gobierne pronto, a menos que decidamos derrocar en las urnas a esa facción corrupta neofascista, fundamentalista y totalitarista que hoy se autodenomina derecha conservadora.
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