La salud, la economía, el trabajo y la convivencia social, entre otros aspectos, han sido golpeados por la crisis, de manera que no hay muchas condiciones para prestar atención a otros elementos, amén de que los medios corporativos o los más conocidos tampoco se ocupan de cubrir e informar con detenimiento sobre el acontecer nacional en su conjunto.
De ahí que, mientras el pueblo está en la pena, los bandidos y sus cuevas estén en la pepena. A tal grado que invierten dinero, recursos y tiempo en ejecutar operaciones de inteligencia, al mejor estilo de la mafia, para alcanzar sus propósitos mezquinos. En estas semanas, por ejemplo, en torno a la posible elección de integrantes de las cortes, la Suprema de Justicia y la de Apelaciones, se ha movido la marea de la corrupción.
La Fundación Myrna Mack (FMM) presentó en días pasados su informe Comisiones paralelas: mecanismos de cooptación de la justicia, en el cual se detallan los mecanismos de captura del proceso de designación de candidaturas a las cortes. En su análisis, la FMM explica al detalle cómo operó este mecanismo en 2014, de la mano de Roberto López Villatoro, el Rey del Tenis, en calidad de negociador. Los procesos iniciados por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) así lo mostraron y llevaron a López Villatoro a juicio por tales hechos. Ahora López Villatoro enfrenta juicio junto con otros procesados por la Cicig y la FECI, en su mayoría concentrados en la prisión militar de Mariscal Zavala.
Este año, como resultado de una investigación por evadir medidas de resguardo, el empresario y exfuncionario Gustavo Alejos Cámbara resultó indiciado como el operador para el período. La FECI iba por semillas y resultó llevándose la cosecha entera, pues Alejos fue literalmente recapturado con las manos en los billetes. Los bolsillos de Alejos estaban engordados con 65,000 quetzales en efectivo, que portaba dentro del sanatorio donde se supone que era tratado médicamente. Dicho tratamiento incluía estar en un espacio con refrigeradora llena de carnes de exportación, así como con licores y un juego de imanes con los nombres de cada uno de los diputados de la presente legislatura.
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La fiscalía comprobó que Alejos había sostenido reuniones con al menos 17 personas entre diputados y abogados, así como con integrantes de las comisiones de postulación, entre otros. Así pues, preso el rey (del tenis), vive otro rey (de las carnes), ambos con la misma misión: negociar y, por ende, corromper el proceso de elección de cortes de justicia en Guatemala para mantener las redes de impunidad que estilan compra y pago mediante favores para procesados, como los que esperan juicio en Mariscal Zavala.
La acción de la FECI y de su valiente titular, Juan Francisco Sandoval, rompió el esquema que se habían trazado, el cual, en medio del inicio de la crisis, apuntaba a que les resultaría exitoso. Sin embargo, al quedar al descubierto su operación sanatorio, debieron readecuar la estrategia. De ahí que en semanas recientes se lanzaran a la aventura de intentar, sin éxito, destruir el prestigio y la labor del fiscal Sandoval. Con el apoyo de la reconocida operadora de redes de impunidad Bárbara Hernández, cubana de origen y supuestamente ciudadana estadounidense radicada en Miami, montaron un acto que involucró al hermano del jefe de la FECI.
Su patraña pronto quedó al descubierto no solo por la incoherencia de los hechos, cuyo análisis demuestra que son un montaje, sino sobre todo por la valiente y transparente reacción del fiscal Sandoval. Ante ello, los operadores de la impunidad inician un bombardeo de denuncias contra este a fin de forzar su salida de la FECI.
El respaldo social y ciudadano en favor de un funcionario que se destaca por su honradez y profesionalismo ha sido y seguirá siendo masivo porque se lo ha ganado haciendo su trabajo a pulso. Quienes buscan destruir su carrera y lo amenazan, hostigan persiguen se han estrellado contra una roca de dignidad y justicia sostenida por la confianza de una sociedad que, pese a la crisis, sigue atenta a la lucha contra la impunidad y a sus principales impulsores: la FECI y Juan Francisco Sandoval.
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