No hay imagen más ilustrativa de la miseria de la mal llamada clase política que esa precisamente. Luego de la tragedia que ha enlutado a todo el país, que ha movilizado a todas las estructuras de base en apoyo de las personas afectadas, lo menos que se espera es una reacción de apoyo por parte de las autoridades.
Sin embargo, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo la situación ha sido totalmente la opuesta. El Gobierno central, responsable directo por negligencia en la magnitud y el impacto del fenómeno natural, deberá rendir cuentas ante la sociedad sobre su inutilidad frente a la emergencia. En tanto, el Organismo Legislativo y los diputados que se valieron de la atención a la tragedia para promover la agenda de impunidad deben responder ante la población.
¿Cómo es posible que, cuando se necesita contar con recursos no solo económicos, sino humanos, y con equipo para las labores de rescate y recuperación, lo que interese a la mayoría de las y los congresistas sea salvar su pellejo de la justicia? De una manera miserable, oportunista y cargada de cinismo, la agenda de debate ha sido construida con la lista de leyes que favorecen el accionar corrupto. Se pretende modificar, por ejemplo, las leyes sobre los delitos de financiamiento ilegal. La idea es reducir las penas para que, al momento en que se pruebe la acción criminal de algunos congresistas, estos se beneficien con los cambios. Entre los principales favorecidos estarían, obviamente, quienes integran la bancada oficial del FCN-Nación. Pero no serían los únicos, pues con la misma chamarra buscarían cubrirse quienes pertenecen a otras bancadas y que también necesitan procurarse impunidad.
Entre tanto, el Ejecutivo, si bien se vio forzado a permanecer en el país ante la emergencia que representó la tragedia por la erupción del volcán de Fuego, aún mantiene pendiente un nuevo viaje a Estados Unidos. En este nuevo periplo, además de la canciller Sandra Jovel, también podría acompañarlo el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart. En su gira, el jefe del Ejecutivo buscaría malinformar una vez más sobre el titular de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Iván Velásquez. Todo, movido por la ya obsesiva y necia disposición de concluir las investigaciones sobre corrupción e impunidad que podrían inculparlo.
[frasepzp1]
En el lado opuesto de los rostros visibles de la corrupta política nacional, las y los rescatistas muestran el agotamiento físico y emocional de la tarea realizada. Con jornadas que sobrepasan los tiempos prudencialmente necesarios, persisten en alimentar el amor humano, en buscar vida o lo que pueda quedar de ella. Con las botas destruidas por el efecto de la lava y del calor que esta ha provocado, con el cuerpo bañado de polvo y el dolor anidado en el alma, emprenden las labores de rescate día a día a pesar de la tragedia que ven a cada instante.
Ni una sola persona de estos grupos y colectivos, así como de quienes se han volcado al acopio de ayuda, piensa en sí misma. Ni una sola de estas personas es alimentada por el egoísmo o la necesidad de procurarse impunidad. Al contrario, en cada minuto donado al apoyo hay una gigantesca muestra de amor por la vida y la humanidad. En los centros de acopio y en los puntos de rescate no hay tiempo ni atención para nada más que no sea la ayuda. No hay tiempo para el interés individual, sino más bien cada mano y cada esfuerzo se suman como gotas de agua al océano de solidaridad en que se ha convertido la población.
Es una población a la cual la clase política en el poder no representa en absoluto, una población a la cual esa clase política ha dado la espalda en la emergencia. De ahí que, mientras el pueblo está en la pena, el #PactoDeCorruptos intenta aprovechar la situación y dedicarse a la pepena en busca de impunidad.
Más de este autor