Para entrar en intelección de tan importante nominación es preciso conocer de qué se trata el Premio Cervantes. Es el premio de literatura más importante en lengua castellana. Lo otorga el Ministerio de Cultura de España y fue creado en 1976. Su propósito es destacar la obra de un autor que con sus escritos haya contribuido contundentemente al patrimonio cultural hispánico. Lleva el nombre de Miguel de Cervantes Saavedra, el egregio autor del Quijote de la Mancha.
No es fácil obtenerlo. Los candidatos deben llevar el aval de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Baste ver algunos nombres de quienes lo han obtenido: Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Octavio Paz, Dulce María Loynaz y Mario Vargas Llosa, entre 41 laureados al año 2017.
Pero ¿qué es la Asociación de Academias de la Lengua Española? Se trata nada más y nada menos que de una institución conformada por 23 academias vigentes. Tiene su sede en Madrid y su lema es: «Una estirpe, una lengua y un destino». Dicha asociación, conocida también como Asale (Asociación de Academias de la Lengua Española), se fundó en México en 1951 por iniciativa de don Miguel Alemán, entonces presidente de México.
En lo particular, la nominación de Sergio Ramírez Mercado me alegró muchísimo. Entre los años 2000 y 2004 entré en contacto con su biografía y su obra cuando escribí La canción protesta latinoamericana y la teología de la liberación, un ensayo que meses más tarde ganó la segunda edición del Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas, del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, de Caracas, Venezuela. De Ramírez Mercado cité: «Yo no sé cuánto le debe la Revolución a las canciones de Carlos Mejía Godoy, que lograron organizar un sentimiento colectivo del pueblo extrayendo sus temas y sus acordes de lo más hondo de nuestras raíces y preparando ese sentimiento para la lucha». Se refería al influjo que tuvo la canción protesta en el desarrollo de la revolución sandinista.
Y nadie mejor que don Sergio para decirlo porque, si alguien conoce a profundidad el sentir, pensar y querer del pueblo nicaragüense, es precisamente él. Ha escrito novela, cuento, ensayo, poesía y testimonios. Entre sus más de 50 obras publicadas destaca Margarita, está linda la mar, novela galardonada con el Premio Alfaguara 1998 y laureada con el Premio Casa de las Américas José María Arguedas 2000.
Su carrera política, no menos relevante, tomó auge en 1977, cuando se unió a la oposición en contra de la dictadura de Anastasio Somoza. Fue parte del Grupo de los Doce (intelectuales, empresarios, sacerdotes y dirigentes) que apoyaron al Frente Sandinista de Liberación Nacional y llegó a ser vicepresidente de Nicaragua en 1984. Desde 1996 se retiró de dicha actividad.
Según diversas noticias de prensa, el jurado calificador tomó en cuenta su capacidad de convertir la realidad en arte y la de aunar dos géneros en un mismo trabajo. Destacan su habilidad para vincular la narración y la poesía. Enfatizo esta última característica porque enlazar con éxito narración y poesía en un mismo texto precisa de una enorme precisión en el manejo de la digresión. Ciertamente, un don devenido de las musas canónicas.
Bienvenido sea, pues, el Premio Cervantes para Centroamérica. Don Sergio Ramírez Mercado lo tiene muy merecido.
Más de este autor