El Felo de Maceda, Ourense, representa al carnaval más tradicional gallego, que proviene ya de la época precristina. En lo alto de la máscara siempre llevan pintados animales salvajes de la sierra que rodea la zona.
El origen de la máscara se remontan según algunas fuentes a las fiestas paganas de la época precristina, a sociedades tribales, donde los tótems, los hechizos, la caza y los ritos de iniciación eran parte de la cultura local. Otros atribuyen su origen a la época medieval, ...
El Felo de Maceda, Ourense, representa al carnaval más tradicional gallego, que proviene ya de la época precristina. En lo alto de la máscara siempre llevan pintados animales salvajes de la sierra que rodea la zona.
El origen de la máscara se remontan según algunas fuentes a las fiestas paganas de la época precristina, a sociedades tribales, donde los tótems, los hechizos, la caza y los ritos de iniciación eran parte de la cultura local. Otros atribuyen su origen a la época medieval, ligado a la tradición de los bufones y a la burla hacia la imposición feudal de los señores de los castillos.
Lo que sí está claro es que proviene de costumbres paganas, que simbolizan el culto al vino, al placer, a la sátira contra el poder y la religión, aunque el tiempo ha ido moderando el fenómeno.
En el siglo pasado los felos pululaban a pie divirtiéndose de aldea en aldea, El sonido provocativo de los cencerros disuadía a los lobos en las peligrosas noches de invierno, después invadía la villa y se alejaban de la zona. Bebían huevos con vino para soportar el inmenso desgaste físico y el frío y nunca mostraban su cara ante la gente. Perseguían a los que se metían con ellos y bromeaban de forma provocativa con las mujeres y lucían traje de “soltero”. Dormían en los pajares y los habitantes de las casas les daban comida y bebida por su trabajo.
Ahora ya no son una autoridad en la zona y ni tienen el mismo espíritu rebelde. Ahora los felos lo conforman grupos de jóvenes de la zona, tanto hombres como mujeres, que se sitúan en la entrada de Maceda bromeando con los visitantes y recorren las aldeas pidiendo comida y bebida. Una fiesta de interés turístico con miles de años de tradición.