El estudio

Para no repetir la historia

Capítulo #8

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Dénnys Mejía

El estudio

Para no repetir la historia

Capítulo #8

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Dénnys Mejía

Un año después del cambio de gobierno, fue evidente aún en algunos de los participantes el desgaste que sufrieron aquellos a quienes se identificó y atacó por su postura sobre la CICIG y el rol del gobierno de Guatemala en la lucha contra la corrupción. Ahora reflexionan acerca de “qué sigue” en cuanto a su papel individual y a sus aspiraciones para el país. Una de las participantes lo ilustra en términos de lo que consideró viable en distintas etapas de su carrera y cómo, hoy, ya cree que su función se limita a garantizar que esta etapa histórica no se olvide.

Tiene que quedar. O sea, ponete yo, sobre todo en los últimos tiempos que escribí, siempre pensaba con esa mirada. O sea, ya no estaba escribiendo porque pensé que podíamos cambiar [al país]. De eso ya había desistido, de escribir al principio, escribir, porque pensaba que podemos cambiar. Después de escribir, porque pensé que podía aportar [...] Va, entonces era así como “bueno, no seamos tan críticos, pensemos en qué podemos aportar” y ahí me di cuenta de que tampoco, que dirían que pudiera aportar, [nada]. Después, entonces, empecé diciendo “bueno”, o sea, escribía pensando en cuando los historiadores vengan a buscar la historia, a buscar la historia. Esto tiene que estar documentado y aquí pueden encontrar una fuente de alguien que lo vivió. (Participante 9).

Una protesta en contra del ex mandatario, Jimmy Morales, durante la marcha de CODECA, en marzo 2017. Simone Dalmasso

Una reflexión posterior suya respecto a la dificultad de defender la libertad de expresión resuena también en otras personas que trabajan o trabajaron en medios de comunicación:

Pues, yo siento que en el área del periodismo yo ya topé […] Sobre todo por este ambiente que creo que va a estar ahí […]. Yo siento que hasta que no cambie el viento en el Norte no va a cambiar aquí. […] Para mí en esa área it’s over. Pues, siento que. (Participante 9).

En cuanto a su capacidad como empresarios, al­gu­nos consideran importante reconocer sus privilegios y lo que eso conlleva, asumiendo nuevas responsa­bilidades. Ignorar estos privilegios repre­senta una pérdida de poder para incidir desde adentro y tender puentes. Como alternativa a las redes de control social de la “maraña”, se mencionó el potencial de personas de la élite empresarial que tienen orígenes en la clase media o trabajadora, o que son indígenas. Tienen una ventaja al no estar vinculados por lazos familiares con la cúpula tradicional. Esto permite la biculturalidad necesaria para transitar entre círculos y desmarcarse de la homogeneidad que perpetúa el statu quo. Se habló de cómo soltar esos vínculos daría libertad. Se reconoce, además, que el 2015 no logró cambiar las reglas del juego y que participar actualmente en política representa los mismos riesgos y amenazas que antes. En otras palabras, la disidencia en el sector durante ese período resultó en un reajuste que no transformó las relaciones de poder ni el sistema, sino simplemente desplazó a algunas personas y las sustituyó con otras.

Con este estado de hoy, con este sistema de hoy no me he relacionado, porque sé que es un juego que no podría ganar, porque tendría que sacrificar mi li­ber­tad, que quiero mucho. Pero sí me interesa cambiarlas [estructuras] y cambiar rumbo, no necesariamente porque quiero jugar ese tablero, sino porque sé que, si no cambiamos el juego, no van a poder darse los cambios en el país. Pero si el juego cambiara tal vez sí podría verme jugando en ese tablero, pero en este juego, no. (Participante 7).

Protestas en el Parque Central por los escándalos de corrupción del caso denominado Cooptación del Estado, en junio 2016. Simone Dalmasso

[Tengo esperanza puesta en] la clase media en el interior y [en] empresarios, hay muchos en el interior que ya están pensando, juventud especial­mente. Te hablo de gente de 30, 35 años que de alguna manera ya tienen ciertos negocios y empresas que sí están hablando de la necesidad de esta reforma. Te diría que es tal vez un poco más eso. Departamentos como Xela, como Escuintla o ciudades como Coatepeque, Chimaltenango, así, que son ciudades grandes, que su visión ya es decir “mire, podemos crecer, pero no en las condiciones en que estamos. Hay competencia desleal, incertidumbres y todo eso”. (Participante 11).

Uno de los participantes, a quien su participación denunciando corrupción en redes sociales le generó suficientes complicaciones con sus socios como para decidir vender su parte de la empresa, narra cómo se reinventa:

Estoy trabajando para un mercado más masivo. Con gente que me respeta y me admira, independien­temente del aspecto ideológico, con gente que quiere que yo haga para ellos el trabajo que hacía por estos grandes magnates. Digamos estoy, me volví público, estoy democratizando la capacidad que yo tengo… estoy democratizando el trabajo que las grandes agencias pueden hacer sólo para grandes anunciantes. Yo lo estoy haciendo para pequeño emprendedor y micro­empre­sa­rio, empresarios. Es un mercado mucho más masivo, es un mercado que no está tan expuesto al tema mediático y es gente que viene a trabajar conmigo porque quiere trabajar conmigo, directamente, y dueños de empresas o microempresas. Entonces decís: “al volverte masivo es mucho más difícil boicotearte”. Es casi imposible. [Estos empresarios] tienen claro que cada vez que quieren hacer algo les ponen una competencia encima. Tienen claro que el sistema está hecho para hacerles la vida más difícil a ellos. Para ofrecerles créditos con intereses más altos, para ponerles trabas, para no darles permisos si no tienen conecte. Gente que está luchando como uno. Es un espectro tan grande el que estoy descubriendo y admirable que tiene el pequeño empresario guatemalteco. (Participante 12).

Manifestantes reciben con insultos y empujones a diputados en Guatemala, durante las manifestaciones de septiembre 2017. EFE/Esteban Biba

Los participantes tampoco le vieron esperanza a la forma en que la “izquierda” se organiza. Comprenden de dónde viene la caricaturización de los empresarios como homogéneamente adversos al cambio, pero señalan que otros sectores también tendrían que ceder para lograr consensos sobre una ruta para el país.

La izquierda tradicional nunca está satisfecha, nada es suficientemente radical. El negocio político es el negocio de lo posible. Es más fácil quedarte en la torre de marfil, esperando, y nunca perder esa altura. (Participante 2).

Entonces, a este país lo miro estancado de por vida. Eso sí, estancado quiere decir con grandes edificios, grandes centros comerciales, gente haciendo mucho dinero, muchos aviones. La izquierda juega un papel importantísimo en el fracaso, y llegás al punto de decir “coman mierda, ustedes tienen lo que quieren, cabrones, y cada esfuerzo que yo trato de hacer, ustedes me jalan p’atrás”. (Participante 10).

La sensación de recibir más ataques por ser medios privados también fue compartida por algunas de las personas que vienen de ese sector. Para la mayoría, aún no se ha calmado suficientemente el miedo. Una evidencia de la falta de capacidad para dialogar la ilustraron algunos diciendo que surgieron muchos “chats de WhatsApp alternos” porque aumentó la intolerancia hacia las diferencias de opinión. Sin embargo, algunos participantes consideran que aún se pueden lograr consensos en torno a fortalecer instituciones que resistan el avance del crimen organizado, sobre todo si el énfasis es “hacia adelante”. Esto incluye involucrarse en proponer cambios para mejorar el monitoreo del gasto público y lograr que se apruebe una ley de infraestructura. Una participante explica su preo­cupación:

No se dan cuenta de que, al destruir las instituciones, por no negociar con los que piensan diferente, le están abriendo la puerta al narco, que está feliz de que no existan instituciones para poder reinar a sus anchas, y que con el narco no van a negociar. El narco los va a obligar a hacer lo que ellos quieran y les van a quitar sus privilegios o van a tener que ser los socios sin tener voz. ¿Por qué no ven eso? Para mí es tan evidente destruir la justicia del Ministerio Público, destruir el Congreso, destruir el Ejecutivo, no tener fiscalización en el Estado, o sea con las oenegés, lo del ataque a la PDH, el ataque a la CC (Corte de Constitucionalidad). Entonces no tener nada, pero estas destruyéndolo, que en alguna manera te ha servido y que si funcionara mejor te serviría más. Aún no ven que el diálogo sea necesario. (Participante 6).

Manifestantes toman la Plaza de la Constitución durante los preparativos para las celebraciones del Día de la Independencia, el 14 de septiembre 2017. Simone Dalmasso

Entonces el primer paso, por lo menos, seamos honestos con o con los valores de nuestros activos, que seamos honestos o con los ingresos de nuestras empresas, que dejemos de buscar chanchullitos. “¡Ah, me pagaste en efectivo!”, burradas como esas que todavía el gremio agrícola, todavía tiene un tema muy fuerte del manejo de efectivo, y entonces es en efectivo, nunca para tributar. Yo sí creo que ya es momento de decir: “si de veras queremos tener un país distinto, que empecemos a reconocer que necesitamos ser honestos nosotros mismos pues, si no, no culpemos sólo al político”. (Participante 14).

Encontrar espacios para comenzar estas con­versa­ciones fue uno de los papeles que algunos de los participantes se vieron desempeñando en el futuro inmediato. Otros se enfocaron en promover un sector privado más heterogéneo, por ejemplo, a través de la diversificación de las exportaciones hacia aquellas áreas en que las relaciones en la cadena de valor sean menos tradicionales, donde “ya no sos el patroncito”. Esta visión va de la mano de trabajar en generar oportunidades de crecimiento económico más inclusivo y enfocarse menos en política como sector privado organizado.

Pues, primero, obviamente hay gente que es mucho más progresista, gente que cree en la inclusión y el ser más solidario en la toma de decisiones. No sé, ya lo practican en su día a día. Entonces sí me he dado cuenta de que no soy la única. No despierto tratando de levantar zombis todo el día, sino que hay otras personas con las que rápido uno logra conectar y entonces ya nos vamos dando cuenta [de] que somos varios, pero no somos la mayoría. Entonces, a veces se siente bien estar en la mesa con alguien más [que] opina lo mismo. (Participante 15).

Una consigna mas, entre el pequeño grupo de manifestantes concentrados en el parque central, durante una manifestación, en septiembre 2017. Simone Dalmasso

Tengo conversaciones muy, muy amplias, inteligen­tes, con gente que también sabe tener conversaciones amplias, inteligentes. No tengo ningún deseo de ir con alguien del extremo opuesto a hablar. Sí tengo mucho interés de hablar con gente que me puede dar una perspectiva diferente a la que estoy rodeado. Creo que es una perspectiva que hay que escuchar para venir y lograr llegar a consensos. Pero eso, el tipo de cosas, como llegar a palabras, palabras como consensos. (Participante 14).

Esta necesidad sentida por la mayoría fue acompañada de la conclusión de que, para 2019, los espacios de consenso se habían reducido. El miedo a exponerse y la cautela respecto con quién y de qué se habla prevalecía hasta el momento de las entrevistas.

La conclusión sobre diversificar las voces empresa­riales y apoyar liderazgos en territorios distintos a la capital se sostiene sobre dos elementos principales. Por un lado, la convicción de que son nuevas generaciones las que podrían plantear alternativas discursivas divergentes de las que han sido permeadas por el miedo histórico a despegarse del statu quo; y, por el otro, la frustración asociada a haber subestimado el poder de la presión social y económica de las élites tradicionales al momento de “llamar al orden” a sus miembros.

Manifestación en contra del presidente Jimmy Morales y el denominado "Pacto de corruptos", en septiembre 2017. Simone Dalmasso

Al pedirles referencias o nombres de personas que ellos consideraban abiertos a la discusión e interesadas en el intercambio de ideas entre sectores, las respuestas fueron mucho más limitadas y difíciles de educir que durante las entrevistas realizadas para un estudio anterior para Fundación Gedeón (Colom, 2018). La metáfora de “puertas cerradas” se acompañó de ejemplos de desgaste y frustración respecto al ambiente político y social actual.

Para las personas que trabajaron o trabajan en medios de comunicación, su futuro se perfila, a veces, como continuar como minoría disidente y, en otros casos, buscando diferentes avenidas para contar la historia del país.

Recuerdo encontrar mi voz periodística. Tal vez lo mismo tengo que darle y darle y tirar un montón de cosas hasta que de verdad encuentre algo que me [apasione ahora]. Pero digamos, yo sí pensé que ahorita hay un espacio que fue también el que hubo en los setenta, o sea, la plástica que hubo en los setenta. El teatro que hubo en los setenta no volvió a haber, como que tal vez esos espacios más fuera de lo más cuadrado de aquí. O sea, tal vez ahí va a haber oportunidad. O sea, yo creo que, yo se los he dicho a los europeos, apuéstenle al cine, a algo como lo de Jayro [Bustamante], donde la gente se mire y piense. (Participante 9).

Manifestación de protesta en contra del gobierno de Jimmy Morales, la noche antes de las celebraciones de las fiestas patrias, el 14 de septiembre 2017. Simone Dalmasso

La posibilidad de hablar a través del arte y la ficción se propuso como una fase de transición para recuperar la confianza y la posibilidad de diálogo. Otra visión futura del periodismo descansa en la posibilidad de diversificar las fuentes de ingreso por publicidad, similar a la estrategia de algunos empresarios respecto a buscar nuevos nichos con clientes más pequeños. Esta lección, aprendida al perder la pauta comercial de la noche a la mañana, puede significar una oportunidad para entablar otras relaciones con sectores más pequeños y nuevos. En esa línea, queda aún la esperanza de crear nuevos espacios de representación para empresarios que no se sienten representados por las cámaras actuales.

Por ventura en esta sociedad han crecido suficientes negocios medianos y pequeños y logramos con mucha dificultad [recuperar anunciantes]. Por cierto, esos negocios medianos y pequeños no te preguntan nunca sobre los políticos, no les interesa tu posición política, les interesa la audiencia que les llevás y, por supuesto, te exigen que el pisto que invierten realmente les lleve más negocios. (Parti­cipante 4).

Lo que sí era interesante, me parecía a mí, es la noción que teníamos, y creo que todavía alguien debería tomárselo en serio… Alguien debía tomarse en serio eso de organizar a empresarios… porque al final de cuentas las personas también tienen participación económica y deberían tener cierta voz. Sabemos perfectamente que el Cacif podrá tener una unidad de pymes, pero esos no representan absolutamente a nadie. Yo no conozco a nadie que diga: “mis intereses, de ese tamaño de empresas, me representan en sus cámaras”. Tal vez en Agexport [es el único espacio en] que vemos que se sienten representados. (Participante 2).

Protestas en el Parque Central capitalino por los escándalos de corrupción del caso denominado Cooptación del Estado. Junio 2016 . Simone Dalmasso

Las preguntas sobre la representación de intereses son, finalmente, positivas pues incomodan al statu quo sin desviarse del objetivo empresarial de mejorar las condiciones en el país para hacer negocios. Se vio esperanza en esas empresas que están manejando más profesionalmente sus actividades, a las que no les importa la opinión del dueño del negocio, sino si cumplen con su cometido. Se ve también con optimismo que existan, aunque pocas, algunas empresas que ven valor en la libre expresión y por eso invierten en ellos.

Para concluir, los participantes reconocieron que la esperanza radica en que nuevas generaciones y un empresariado más diverso logren comprender que los cambios ya se dieron y que, a pesar del aparente retroceso, las cosas nunca serán igual. Ven, además, esperanza en cambios en los mercados internacionales, que cada vez más exigen estándares laborales y sociales que desafían la forma tradicional de trabajar.

Estas tendencias internacionales “hablan” también desde los mercados sobre temas que han sido tabú hasta la fecha, como aquellos sesgos implícitos que han impedido que el sector privado organizado deje de ser predominantemente blanco, capitalino y masculino. Abordar las paredes y techos de cristal a la participación de segmentos poco representados se convierte en una necesidad para acceder a mercados internacionales que ahora priorizan negocios con empresas más incluyentes.

El Parque Central capitalino durante una manifestación de protestas en septiembre 2017. Simone Dalmasso

Los resultados electorales de 2019, además, se ven como positivos.

Sí, vemos una legislatura que sigue siendo una mierda, pero sí hay un cambio, hay actores interesantes adentro y hay espacios que se le cerraron, digamos, a los más notorios operadores de la corrupción en el Congreso. (Participante 2).

La gran lección del 2015-2019 fue que el país necesita una reflexión más profunda sobre lo limitado que es el campo de acción y lo importante de tomar decisiones estratégicas.

Yo sigo pensando que en este país se necesita un proceso bien duro en términos de liderazgo y de conducción para conseguir una auténtica democracia, porque al final, si vos ves toda la experiencia de que nos reflejó CICIG y el Ministerio Público, es que en este país han construido un montón de estructuras para impedir que los ciudadanos podamos obrar como iguales y ser vistos como iguales, incluso ante la institucionalidad. (Participante 4).

La concentración de manifestantes frente a la sede de la Corte de Constitucionalidad en enero 2019. Simone Dalmasso

El trabajo tendría que retomarse, por ahora, a pequeña escala, reconstruyendo la confianza y logrando establecer diálogos entre “algunos activistas coherentes, algunos analistas, algunos empresarios coherentes”, como lo ilustró un participante. La tarea por delante incluye la “depuración” de ideas y planes más aterrizados en la realidad, en donde aún se trabaja con recursos limitados y en un contexto de sospecha y resistencia al cambio. En un 2020 en donde prevalece la desconfianza, la sospecha y la tendencia a cancelar voces disidentes, la tarea de construir sobre las lecciones del 2015-2019 no es fácil.

La pregunta que queda es cómo estas dinámicas reconfiguraron otros sectores y otros segmentos de la población, y si en éstas se han generado ideas que apunten hacia otras posibles avenidas de diálogo y construcción de nación. Es una pregunta difícil de responder pues las realidades desde las cuales se interpreta la nueva realidad política siguen siendo enormemente distantes.

Otros capítulos del estudio

Capítulo #1

Antecedentes

Capítulo #2

La Línea trazada

Capítulo #3

El tercer gran actor

Capítulo #4

Fragilidad

Capítulo #5

Formas de control y presión

Capítulo #6

¿Qué alimenta el miedo?

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