Ella es Walda Barrios-Klee Ruiz (1951-2021), quien el 28 de abril inició su camino de luz. Aunque no la conocí personalmente, escuché su nombre por primera vez cuando, a una pregunta que le hice al respecto, mi amigo Salvador Montúfar me comentó que, en la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos, Walda era la autoridad en cuestiones de género. La segunda ocasión fue en un parqueo de la zona 1, cerca de unas clínicas adonde asistí por un tratamiento médico. Platicamos con la señora que lo administraba, muy amable ella, y yo le dije que su rostro se parecía al de alguien conocido, pero que no sabía al de quién. Como suele suceder en esos casos, comparamos nuestras historias y concluimos que no habíamos coincidido en ningún lugar. Entonces, ella me dijo llena de orgullo: «Tal vez me confunde con mi hermana, que es bastante conocida, Walda Barrios-Klee».
Lo cierto es que ahora, a su partida, he visto cómo las muestras primero de pesar, después de respeto, admiración y cariño, tanto de amigos, amigas, conocidos y exalumnos como de diversas instituciones, organizaciones y personas que de una u otra forma tuvieron contacto con ella, se han multiplicado como pocas veces ha sucedido en los últimos tiempos en nuestro medio.
De la página oficial de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), sede académica de Guatemala, tomo parte de la información que hay sobre Walda Barrios-Klee, investigadora prominente: «Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales por la USAC, magíster en Sociología Rural por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), doctora ex tesis en Sociología de la Pontificia Universidad de Salamanca. Forma parte del movimiento de mujeres guatemalteco […] Ha recibido la medalla ONAM y el sello Vilma Espín a mujeres que se han destacado por la defensa de los derechos de las mujeres». Se enumeran, asimismo, algunas de sus investigaciones más recientes. Era, además, profesora titular de la Escuela de Historia de la USAC, entre otras actividades que realizaba.
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Comparto algunos comentarios de quienes la conocieron y que fueron publicados por estos días en Facebook. Dice sobre ella Guisela López: «Amiga sororaria, luchadora por los derechos de las mujeres, docente e investigadora destacada de la academia feminista, un referente de pensamiento crítico, una académica con un legado clave en el desarrollo de los estudios de género en Guatemala». Expresa Yojana Miner: «Así, con colores e irradiando alegría, la voy a llevar en el alma siempre. Mi maestra, mi asesora de tesis de Antropología, como mujer, mi ejemplo a seguir». Afirma Emma López Penados: «No recuerdo bien cuándo conocí a Walda, habrá sido hace unos cinco años apenas, pero qué manera de dejar huella. Sé que la recordaré siempre con sus trajes de colores, sus collares y sus cabellos morados, moviéndose con fuerza cuando emitía sus discursos y opiniones determinantes. Ella me decía maestra estrella sin saber que era ella mi maestra y hoy una estrella más». Agrega Claudia Galindo: «… fue una mujer maravillosa, siempre amable, compartiendo todo su conocimiento con las mujeres que nos adentrábamos al feminismo, etnografía, decolonialidad […] Gracias, Walda, por esa sencillez, esa forma tan tuya de ser, de hablar, de comunicarte, por nuestra pasión compartida por la cocina, el buen comer y el derecho de ser nosotras mismas rompiendo tabúes patriarcales». Dice Yolanda Estrada: «… maestra, antropóloga, socióloga, feminista, amiga, hermana […] Siempre estarás con nosotras en nuestra labor de calle y de academia». La esquela de la Flacso dice: «Mujer sobresaliente y solidaria, investigadora social incansable, pionera de la lucha feminista en Guatemala, militante política irrenunciable, consecuente y soñadora por una Guatemala justa y democrática».
Para terminar, los versos que le dedica Ana Silvia Monzón:
Con su cabellera púrpura
palabra certera
convicción violeta
heredera de la primavera
nómada
migrante
exiliada
comprometida
deja huellas en las conciencias
su voz caracoleando
abrazando causas
para ser más humanes
legado escrito para la historia
gestos transgresores para la memoria
hasta pronto Walda
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