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“Uno se ve entre la espada y la pared al administrar esto”

"Compras sobrevaloradas sí hubo, pero bajo qué mecanismos no le puedo decir, habría que hacer una investigación judicial"
"En cualquier parte del mundo se roban las cosas. No que lo esté justificando, pero es un tema complejísimo de controlar"
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“Uno se ve entre la espada y la pared al administrar esto”

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El médico Julio Figueroa Carrillo, director del Hospital General San Juan de Dios, explica la razones del desabastecimiento de medicinas e insumos en ese centro, el segundo en importancia de Guatemala, después del Hospital Roosevelt. En esta entrevista, realizada hace una semana, habla de la falta de un presupuesto adecuado, de la corrupción en los procedimientos de compras directas, los productos en malas condiciones, el “robo hormiga” por parte de los empleados y el tratamiento de reos adentro del hospital.

Los médicos del Hospital General San Juan de Dios declararon hace seis meses que se encontraban en la peor crisis de desabastecimiento de su historia. No tenían dinero para comprar los insumos mínimos para el funcionamiento diario del hospital que recaían, en último término, en los pacientes o sus familiares. A finales de mayo, la Junta Directiva de esta pequeña ciudad —que tiene empleadas a 3,000 personas para atender a 900 pacientes internos, cerca de 2,000 en consultas externas diarias, unos 200 en emergencias— declaró que habían gastado el 97% del presupuesto de funcionamiento (Q97 millones de los Q282 millones totales otorgados). Hace dos semanas, la Junta Directiva del hospital pidió un incremento a su presupuesto y exigió la renuncia del ministro de Salud, Luis Enrique Monterroso. Finalmente, Finanzas cedió y la semana pasada les fue aprobada una ampliación presupuestaria de Q50 millones, con el compromiso de ampliarla a Q130 millones en el transcurso del año.

Julio Figueroa Carrillo asumió la dirección del San Juan de Dios hace cuatro meses, después de que le anterior director fuera suspendido de su cargo (en enero de 2015), al igual que el anterior (en octubre de 2014). Tras 15 años en el hospital, en las áreas médicas y administrativas, Figueroa asegura que el principal motivo del desabastecimiento de ese centro asistencial, fue la deuda de Q133 millones con la que cerró 2014, y el mermado presupuesto otorgado por el Ministerio de Finanzas.

¿Ahora que les ampliaron el presupuesto, sigue en pie la exigencia de que renuncie el Ministro de Salud?

Yo nunca he pedido la renuncia, es la Junta Directiva del hospital.

¿Cuáles eran motivos para pedir la renuncia?

Ellos dicen que la incapacidad y mentiras del ministro.

Las medidas de contingencia anunciadas: retrasar las cirugías selectivas, cancelar la consulta externa, ¿cómo quedan ahora?

Ya están suspendidas. Ojo, nunca paramos la consulta externa. Y las cirugías selectivas las paramos no porque hubiera una crisis, sino para evitar que si nos quedábamos sin presupuesto pudiéramos prestar servicios de urgencia. La cuota presupuestaria nos la deberían de haber dado a principios de mayo. Pasó la primera semana, no nos la dieron, e íbamos cerrando brecha. La segunda semana lo mismo. Y decidimos sacrificar cirugías que podían esperar, pero que estos insumos no fueran a faltar para tratar a un paciente que viene con una herida de proyectil de arma de fuego, un arma blanca o un accidente automovilístico.

Ahora que ya tienen presupuesto, ¿qué es lo primero que van a pagar?

La deuda.

¿Dónde se origina esa deuda (de Q133 millones)?

Del año pasado. El Ministerio de Salud reconoció una deuda de Q50 millones entre 2013 y 2014, pero a nosotros nos dejaron Q133 millones de 2014 a 2015. Triplicaron la deuda. ¿Por qué? Porque empezaron a comprar fuera de contrato abierto, de forma directa. Eso encarece enormemente los insumos, porque todo esto que está metido en contrato abierto tiene economía de escala. Pero cuando usted compra a pushitos se lo dan a precio de mercado, un poco más alto porque usted mete dentro de la venta el tiempo que va a tener ese dinero sin utilizarlo. Ahí puede darse lugar a cualquier acto ilícito. Por ejemplo, yo me pongo en contubernio con usted, que es el proveedor, y pacto los precios. Y si usted es mi mejor amiga y me da una tajada, descarto a los demás proveedores.

¿Este tipo de compras se han dado en el hospital?

No lo puedo aseverar, pero es factible. Compras sobrevaloradas sí hubo, pero bajo qué mecanismos no le puedo decir, habría que hacer una investigación judicial. Es complejo, porque si el Estado no le da el dinero suficiente no puede comprar de otra manera. Si no tengo presupuesto, no puedo comprar por licitación o cotización. El mismo Estado promueve las compras directas al no garantizar el flujo de plata.

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Las más difíciles de fiscalizar

El sistema le empuja a eso, por eso la Ley de Compras y Contrataciones del Estado para entidades como esta no funciona. Es inoperante. Debería de ser otra, porque usted se ve entre la espada y la pared a la hora de administrar esto. Si lo quiere hacer honestamente tiene que tener todo el dinero colocado como se solicitó. De otra manera, lo empujan a usted a estar haciendo compras que se van de lo normado por el Estado, por la premura, porque el paciente lo necesita, porque no puede esperar.

¿Cuál sería, a su juicio, el proceso óptimo?

Que lo compren ellos allá (en el Ministerio). Es una medida adecuada, pero también peligrosa. Todos los sistemas son buenos, los malos somos los hombres, quienes corrompemos todo al final. Porque sí se podrían centralizar todos los servicios de medicamentos hacia los centros hospitalarios, pero cuando usted tiene todo el poder de compra se puede corromper más fácilmente, porque los montos son más altos. Pero son estrategias que están utilizando todos los países, centralizar las compras para evitar que cada quien esté robando.

Han tenido problemas con algún medicamento.

Un montón. Ahora tenemos problemas con un medicamento que se llama Imipenem, un antibiótico. Es un medicamento que se precipita, se decanta (dos sustancias que se separan en un medio líquido). No lo podemos utilizar. Eso no se lo puedo administrar al paciente. Ahí se vuelve otra vez complejo todo el sistema de compras. No le puedo comprar a esa casa, tengo que comprar otro medicamento; pero para poder comprar otro medicamento, tengo que ver si está en el listado. Si no está, tengo que iniciar todo un proceso de compra que, dependiendo del monto, puede llevar de tres a seis meses, pero el medicamento lo necesito ahora. Entonces empiezo a hacer compras directas, mientras sale el evento.

¿Es posible que se direccionen esas compras?

Si el director y todo el aparato administrativo del hospital está pendiente de ese tema es difícil. Porque nosotros conocemos precios del mercado y las empresas que están distribuyendo, pero si lo deja en manos de compras los pueden direccionar como ellos quieren. Pueden escoger al proveedor, y al escoger al proveedor puede escoger a su amigo, porque usted tiene un interés económico ahí, para que le dé una dádiva. Eso es bien sencillo. Si usted fuera vendedora, lo que le interesa es vender más, porque ahí va a tener más ganancias. Y ¿quién le va a comprar más a una industria farmacéutica que estos hospitales? Ningún hospital privado; ni dos ni tres hospitales privados.

¿Reciben presiones de las empresas farmacéuticas para comprar sus medicamentos?

Claro, como de cualquier otro vendedor. Si no mire las ofertas, ¿cuál es el objetivo de una oferta en el mercado? Presionarla a usted psicológicamente. Igual aquí. Van a ejercer su presión al nivel que lo tengan que ejercer, dependiendo del monstro empresarial que sea.

Desde ir al Ministro, a ir a usted, a ir a la unidad de compras …

A todo nivel. Las empresas pueden tocar desde cualquier punto, pueden tocar desde el médico, que empiezan a solicitar un insumo. Entonces los médicos empiezan a decir: "mire, queremos tratar esto con esto", desde ahí puede empezar todo el tema. Luego están las cotizaciones y las licitaciones. Eso lleva todo un proceso, sale en Guatecompras y el mejor postor es por el que se apuesta. Si es cotización es la junta del hospital. Ellos son los que califican. Cuando nosotros empezamos a ver que la cosa no va muy bien es cuando intervenimos y empezamos a pedir opiniones de expertos, por qué se está inclinando por éste, usted por aquel, ahí empezamos a sacar nuestras conclusiones. Desde ahí tenemos que ir viendo. Pero uno no le puede entrar al 100% de las compras en esa línea. De alguna manera está confiando en los procesos que se han creado y establecido para hacer transparentes las asignaciones de compra.

El robo hormiga

El ministro de Salud, Luis Enrique Monterroso, mencionaba en una entrevista que parte del desabastecimiento se debía al robo por parte de empleados.

Sí, hay un sistema de robo sistematizado dentro del hospital. ¿Pero cuánto aporta esto al desabastecimiento? Yo le diría que el robo es el menor. Los Q96 millones que teníamos para funcionamiento para todo el año, lo gastamos en el primer cuatrimestre. Ahora, de esos Q96 millones, Q68 millones los gastamos en deuda, y ¿cuánto gastamos en inversión? Q28 millones, eso fue lo que gastamos. Deberíamos de haber gastado Q120 millones, gastamos menos del 25% . Ese es un tema para hablar de desabastecimiento. Otro tema es que las empresas, si usted no les ha pagado ¿qué van a hacer? Dejar de proveer en el hospital.

Entonces, ¿se da ese robo a pequeña escala?

Aquí internamente no le voy a decir que no hay gente que se roba las cosas. Con los medicamentos, aunque tenemos un sistema de unidosis que casi elimina o eliminaría en cualquier otro lugar el robo de medicamentos, existe el problema de que el medicamento no esté llegando al paciente. Eso lo hace bien complejo. Imagínese que usted quiere cualquier medicamento, que está la ampolla útil, usted puede hacer que le inyecta cualquier cosa, agua, y se lleva la ampolla. Es complicado. En 900 pacientes que tenemos aquí, habría que ir detrás de cada quien, e incluso el vigilante se puede corromper. Entonces hay cosas que se tienen que asumir como que se están dando; claro que usted puede hacer investigaciones puntuales y es lo que tendríamos que estar haciendo.

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¿Qué tipo de medidas se han implementado para frenar estos robos a pequeña escala?

Es difícil controlarlo. Porque digamos que tengo un servicio con 10 pacientes, y en este momento calculo que necesito 40 pares de guantes para atenderlos, pero si entran dos pacientes más en el transcurso del día, a esos no se les estimó. La dispensación se hace día a día y se crea un pequeño stock para que cuando les suscite la necesidad por cualquier circunstancia ellos tengan ahora, lo tengan ahí. Ahora, ese pequeño stock es al que le pude echar mano cualquiera. Porque no hay un control hasta el fondo de decir: "esto le pertenece a este paciente", sino que esto le pertenece al servicio. Estamos hablando de ese tema con enfermería, para contarles las costillas. Pero eso complica la atención, porque ya no se trabaja con libertad, sino que es atrás del insumo. Y se pierde la esencia de la atención, porque entonces su trabajo se convierte en estar viendo que aquel no robe, que aquel no se lleve; y no tanto en el proceso de la calidad asistencial. En cualquier parte del mundo se roban las cosas. No es que lo esté justificando, pero es un tema complejísimo de controlar.

Otro problema del hospital es con el sindicato y el pacto colectivo.

De los más voluminosos. Hay tres sindicatos. Uno de ellos ya tiene el pacto colectivo, que es el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud. Ellos gestionaron un incremento salarial y un cambio de partidas de contrataciones para un grupo de empleados. Eso es un dineral, no sé el monto exacto. Pareciera que eso, obviamente, va a afectar. Lo que hay que preguntar a los ministros es de dónde sacarán el dinero, porque si ese dinero no fue contemplado dentro del presupuesto lo tienen que sacar de algún lado. Si lo contemplaron no tendría que desfinanciar nada.

El Hospital Roosevelt ha atendido a más personas con casi el mismo presupuesto. ¿A qué se debe esto?

Nosotros tenemos una deuda de Q133 millones, y la del Roosevelt es de Q80 millones. Si me dieron Q96 millones para funcionamiento, y pagué Q68 millones de deuda, ¿cuánto me quedó para funcionar? Entiendo por qué pueden estar ellos mejor que nosotros: si la deuda de ellos es menor ¿cómo los van a tratar los proveedores? Mejor. Aquí sucede otro fenómeno. Nosotros sacamos todo en Guatecompras. Pero los proveedores a los que no se les ha pagado ya no quieren ofrecernos nada y sólo queda un proveedor, ¿qué cree que hará? Subir el precio. Y eso es lo que está pasando ahorita, que hay empresas que no quieren ofertarnos, y las que ofertan suben sus precios.

Inseguridad en el hospital

Después del granadazo en el hospital que dejó un saldo de cuatro muertes, los médicos pidieron que ya no trajeran reos. ¿Qué pasó con esa petición? ¿Siguen atendiendo a presos?

Sí. Ese tema es complejo. Los reos pueden venir aquí por tres razones. Una, porque los jueces lo ordenen. Dos, porque la incapacidad de los médicos que están allá no genera la atención; y tres, porque hay una necesidad de que estén aquí. Este último no lo podemos evitar, no hay dónde atender a ese paciente porque tiene un cuadro clínico complejo que requiere de atención en un hospital, tiene que venir aquí. El dos, igual, si ellos no logran contratar a un grupo de médicos cualificados para que estén allí, alguien tiene que ver a esa persona. Y el de los jueces, sólo hacerles conciencia que mejor que el sistema defina adónde van a ir, si va a ser atendido allá o aquí. La Ley de Presidios dice que el Sistema Penitenciario se encargará a través de sus clínicas de la atención de los reos. Ellos tienen que resolver su problema.

Tras el incidente en el hospital, comenzó a funcionar una clínica en la prisión de Fraijanes. ¿Por qué no los están tratando allí?

Allí deberían de ser vistos inicialmente, y establecer qué necesidad asistencial tienen, si ellos la pueden resolver la tienen que resolver, si no pueden hay un mecanismo de consulta para acá.

¿Qué tipo de casos deberían de tratarse en el hospital y cuáles se deberían de quedar allá? Si a un preso le pica un alacrán, ¿dónde debería de ser tratado?

Depende. Si es una picadura que no va a trascender debería ser tratado allá, pero si está desarrollando un shock anafiláctico, ahí si va a requerir de un tratamiento hospitalario porque es una urgencia médica. Cualquier entidad clínica que se descompense, que tenga que tener un tratamiento hospitalario, debería de venir para acá, o cualquiera que requiera de un tratamiento quirúrgico. Ahora, cualquier otra que requiere de un tratamiento ambulatorio puede ser resuelto por ellos allá.

¿Con qué medidas de seguridad cuenta el San Juan de Dios para evitar que los presos se escapen o causen algún tipo de altercado dentro del hospital?

Ninguna. Esto no es una cárcel.

¿Eso no pone en riesgo a los pacientes, médicos y personal del hospital?

Cualquier paciente, no solo ellos. Los custodios también, porque están manipulando armas aquí adentro y vuelve peligroso o riesgoso el hospital. Por eso no es conveniente, no es porque no queramos, sino que no es conveniente tratar a un grupo de pacientes de este tipo en una institución pública que fue hecha para que usted entre y salga cuando quiera, donde hay una libertad de cada quien. Ellos tienen peligrosidad en el sentido de que ya de por sí pueden ser criminales, tienen visitas que pueden ser complejas y los custodios encima de eso crean otro tipo de problemas internamente, por eso no es conveniente tenerlos en estos sistemas de salud, sino que debería de haber lugares para ellos. Ya hay un proyecto de construir un centro hospitalario. 

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