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Santa Eulalia: Elecciones en la tierra del rumor

Mientras que tres o cuatro simpatizantes enardecidos del mismo comité, que habían roto la ley seca como muchos de sus vecinos, desde la terraza del hotel Fran Pab en señal de su inconformidad, disparaban al aire.
Más militante que periodística, su cobertura de los conflictos sociales relacionados con proyectos hidroeléctricos, tomó un tinte político que disgustó al alcalde Diego Marcos.
La aldea Txosunil fue el centro de votación para los participantes más alejados del Municipio de Santa Eulalia.
La población se acumuló en la puerta del centro de votación de Txosunil sin entender el porqué de la lentitud de las votaciones.
La tarde electoral se mantuvo tranquila en Santa Eulalia.
Una anciana busca su DPI para poder ejercer su voto.
Largas filas, mucho caos y mucho calor en las votaciones en la aldea Txosunil, en el municipio de Santa Eulalia, Huehuetenango.
La iglesia católica de Txosunil también aconsejó a la población sobre ética electoral.
Participantes enseñan la marca digital para celebrar su voto.
Simpatizantes del Comité Cívico Jolom Konob¨en la aldea Txosunil descansan en su sede durante las votaciones.
Los simpatizantes de TODOS de Santa Eulalia celebraron con anticipación la victoria de su candidato para la alcaldía.
Expectación en el recuento de votos para presidencia y vicepresidencia.
Al comienzo de la noche se rumoreaba sobre la posibilidad de bochinches de inconformes con los resultados electorales, sin embargo, todo transcendió sin novedad.
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Santa Eulalia: Elecciones en la tierra del rumor

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Se habla de compra de votos, de disturbios en tal lugar, de intimidaciones a los votantes. Cada candidato tiene su propia leyenda negra, mezcla de medias verdades, mentiras y errores. Ningún rumor es inocente. Todos sirven a los intereses de quién los originó. Los habitantes no creen ni dejan de creer, pero de todas formas en su momento, los dimes y diretes podrán servir a los candidatos de excusa para la derrota o de combustible para la agresión.

Poca información comprobable está a disposición de los habitantes. Una sola radio emite noticias en FM: se trata de radio Parroquia Santa Eulalia, un proyecto iniciado hace poco más de un año por la iglesia católica. La otra radio que difundía noticias, la radio Jolom Konob, fue cerrada por el alcalde Diego Marcos a inicios de 2015. Aún existe, pero solo transmite por internet, lo cual reduce al mínimo sus oyentes. La falta de información en Santa Eulalia, Huehuetenango, fortalece la cultura del rumor.

Coyote por coyote

Las elecciones se han desarrollado en la más perfecta calma en este municipio con el 8% de pobreza extrema y que ha sido marcada con la alerta de foco de conflictividad por el Tribunal Supremo Electoral, si se deja de lado los rumores que no han cesado y que nunca se confirman: “una señora intentó introducir boletas falsas”, “capturaron a algunos cuando compraban votos escondidos en una milpa”...

El ganador ha resultado ser el político principiante Daniel Juan Francisco, del partido Todos. Extrañamente, el candidato no estaba inscrito. La página del Tribunal Supremo Electoral (TSE)  mostraba la inscripción de su planilla municipal, pero no su nombre. Según sus seguidores, esto se debe a un error del Registro Nacional de las Personas (Renap) en el Documento Personal de Identificación (DPI) del candidato. Están a la espera que la Corte Suprema de Justicia resuelva el caso. Si la decisión es negativa para Daniel Juan Francisco, entonces asumirá su cargo el Concejal primero.

Los habitantes de Santa Eulalia afirman que Daniel Juan Francisco es “coyote”, es decir, que se dedican al  transporte de migrantes hacia Estados Unidos. Esta actividad da prestigio en esta zona en donde casi todas las familias tienen parientes en el Norte. Aunque sus seguidores lo describen como un comerciante que, por ayudar a su municipio, se lanzó a la política.

Plaza Pública no logró hablar con Daniel Juan Francisco. “Está muy ocupado”, explicaron sus seguidores. En el momento del conteo, cuando los primeros resultados ya le eran favorables, la sede de Todos, un techo de lámina sobre varias filas de bancos colocados sobre  el suelo desnudo, estaba atestado de gente. Muchos hombres estaban ebrios. El propio Secretario de Todos, Faustino Lucas, hombre recio y robusto que se encargó de dar las declaraciones, daba señales de haber estado celebrando.

—¿Cuál es la primera decisión que tomarán al frente de la municipalidad?

—Todavía no sabemos qué vamos a hacer —contestó.

Luego, el secretario explicó que el plan era preguntar a las aldeas cuáles son sus necesidades, y decidir así los proyectos. Habló de impulsar el desarrollo del municipio y de ayudar a la gente necesitada.

Eran otros dos candidatos quienes partían favoritos en la elección. El primero, Diego Marcos, quien buscaba la reelección con el partido Lider. Los santaeuleños afirman que él también es coyote. Su gestión al frente de la municipalidad es muy criticada. Lo acusan de varios hechos de violencia.

El 19 de enero de 2015, tras una manifestación de comunitarios disgustados por la aprensión de algunos de sus líderes, uno de los manifestantes, Pascual Basilio, murió baleado. El padre de la víctima declaró a Prensa Libre que el alcalde en persona era el culpable del tiroteo. Es imposible tener datos oficiales, pues la Policía Nacional Civil tiene una presencia itinerante en el municipio, ahora está, pero ha sido expulsada anteriormente.

Plaza Pública tampoco logró hablar con Diego Marcos. Se intentó ubicarlo varias veces en la municipalidad, sin éxito, y ni sus seguidores ni los policías municipales accedieron a contactarlo o a facilitar su teléfono.

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La segunda candidata que apuntaba como la preferida, Izabel Francisco, lideraba el Comité Cívico Jolom Konob, cabeza del pueblo en Q’anjob’al que ella misma fundó. Es intérprete del Organismo Judicial y dice que ha tenido que lidiar con un machismo muy arraigado.

“Dicen que si gano yo, las mujeres van a querer mandar. Los hombres van a orinar sentados, y las mujeres van a ponerse arriba de sus esposos”, explicaba la candidata la víspera de las elecciones. Pero los ataques que más le han dolido son los que provienen de los movimientos sociales de defensa del territorio, con cuyos líderes compartió militancia en el comité cívico durante unos años. Éstos la acusan de contubernio con el actual alcalde, de querer traer la minería y las hidroeléctricas al municipio.

En una ocasión, su trabajo de interprete la llevó a participar en una audiencia del caso de Rigoberto Juárez y Domingo Baltazar, ambos líderes del gobierno plurinacional arrestados en marzo y acusados de detenciones ilegales. Y aunque la audiencia fue aplazada, esto bastó para que en Santa Eulalia corriera la voz de que Izabel Francisco maniobraba para que permanecieran presos.

Manuel Morillo

De los candidatos punteros, Izabel Francisco era la única con formación académica y política, tras 13 años de militancia en su comité cívico y años de trabajo en la pastoral juvenil y la pastoral social. Sin embargo, los resultados parciales, con el 97.7% de los votos escrutados, la dejan en un segundo lugar, con un 20.95% de los votos a su favor, y una diferencia insalvable de 1.425 votos con respecto al ganador del partido Todos (3,558).

Calma tensa durante el conteo

Durante el conteo, se respira una tensa calma. En la plaza central, en donde están tres mesas, los fiscales anuncian cada sufragio en medio de un silencio sepulcral. En la plaza, bajo la lluvia insistente, grupos de hombres se aglomeran, permanecen un rato, y salen en estampida hacia otro centro de votación. Vuelven al rato y repiten la maniobra.

Por doquier, hay borrachos que han sabido evadir sin pudor la ley seca. Un fiscal de una mesa electoral recomienda a los reporteros alejarse del lugar porque “hay rumores de que va a haber pelea”.  El salón municipal, en donde hay una decena de mesas, está cerrado al público y a la prensa.

Aún está muy presente el recuerdo de las elecciones pasadas, en las que seguidores de los partidos perdedores asaltaron el salón municipal y vaciaron las urnas en la calle, antes de perseguir al personal del TSE quienes lograron salvarse de una golpiza.

Según el párroco de Santa Eulalia, el padre Andrés Ramírez, la violencia política no se debe a verdaderos puntos de división en la comunidad. La llegada de las hidroeléctricas no constituye, por ejemplo, un tema de campaña electoral. Los choques se deben a la ambición personal de los candidatos, y la frustración que les puede causar perder los comicios tras una inversión que, según el cura, ha alcanzado este año los Q100 mil para los partidos punteros.

Por eso, la comunidad ha tomado precauciones. Los habitantes sienten cierta vergüenza por haber sido incluidos entre la lista roja de los municipios con violencia electoral, y quisieran revertir esta imagen. Por iniciativa de la iglesia católica, unos días antes de las elecciones se reunieron las organizaciones de la sociedad civil con los candidatos. Estos se comprometieron, mediante un acta, a aceptar los resultados y a mantener la calma entre sus seguidores. También prometieron respetar la ley electoral y no manipular o intimidar a los electores.

Otra acción positiva, según un funcionario del Tribunal Supremo Electoral, es el cambio de junta electoral. La vez anterior, estuvo conformada por la única e impopular familia ladina de Santa Eulalia. Los roces con los candidatos fueron constantes, y la tensión electoral no tardó en crecer. Esta vez, afirma Cumes, la junta electoral ha tenido buena comunicación con los candidatos, y éstos se han mostrado más colaborativos.

Al momento de la publicación de ésta nota y con la salida de los periodistas de Plaza Pública de Santa Eulalia, el resultado del evento electoral aún estaba en duda: durante el día esta vez no hubo graves hechos de violencia. Sobre la  una de la mañana, los seguidores de los partidos perdedores empezaron a retirarse con tranquilidad. Pero por la mañana los partidarios de Izabel Francisco estaban inconformes y atribuían el triunfo del partido Todos a la compra de votos. Los seguidores del comité Cívico Jolom Konob amenazaban con salir a manifestar su descontento con la venia de la candidata Francisco. Mientras que tres o cuatro simpatizantes enardecidos del mismo comité, que habían roto la ley seca como muchos de sus vecinos, desde la terraza del hotel Fran Pab en señal de su inconformidad, disparaban al aire.

Votar en una aldea sin Estado

La votación en Txosunil, aldea situada en el extremo oeste del municipio, constituye en sí una paradoja de la democracia: una elección organizada por el Estado en una aldea donde el Estado es casi inexistente. 2,800 votantes, todos campesinos pobres, eran esperados para que escogieran a los funcionarios de entes tan lejanos, tan irreales como el Congreso, la Presidencia o el Parlamento Centroamericano.

Este pueblito adosado al flanco de una inmensa montaña se encuentra a dos horas de Santa Eulalia por una carretera infernal. Más que ruta es el castigo colectivo en contra de los aldeanos. Las cuestas son  tan empinadas, los barrancos tan próximos, y el camino tan estrecho y en tan mala condición, que solo este año tres carros han caído al precipicio.

Juan Pedro Juan es el alcalde auxiliar de Txosuunil. No esconde su frustración en contra del alcalde saliente. Las autoridades de la aldea han hecho innumerables solicitudes y firmado tantas actas como se les ha requerido para que la carretera sea reparada. En vano: solo perdieron tiempo y dinero. Estas diligencias suponen un coste altísimo para ellos: el pasaje a Santa Eulalia cuesta Q25 solo de ida, monto que equivale al salario de un día en esta zona.

Sin carretera, explica Juan Pedro Juan, no hay comercio. “Quisiéramos ir a vender aguacates, bananos, piñas, pero no se puede”, lamenta el alcalde auxiliar. También se queja de la ausencia de medicinas en el puesto de salud. “Mi esposa estaba casi a morir, y la llevé al puesto de salud. Allí el enfermero me recetó medicinas, pero dijo que allí no las tenían”, recuerda.

Manuel Morillo

Sin embargo, las elecciones se desarrollan normalmente. El TSE sin duda ha hecho un esfuerzo notable por llevar hasta allí un centro de votación. Los picops de los distintos partidos recorren los caminos para traer a sus votantes a un punto de encuentro en donde les informan su número de su mesa y les brindan un plato de pollo con arroz o tamales. En la sede del comité cívico Jolom Konob hay además una pequeña televisión donde pasan una película de Sylvester Stallone para entretener a los niños mientras los mayores hacen cola.

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El salón municipal, única obra realizada en cuatro años por la municipalidad de Santa Eulalia, es demasiado pequeño para tanta afluencia. Los policías se encargan de mantener cierto orden. No siempre es fácil: el sol pega fuerte y las colas son largas. Los de la fila uno se desesperan porque no han avanzado nada desde que se abrieron las urnas. El agente Abelardo Morales se lamenta: deberíamos ser quince agentes para toda esta gente, pero por la escasez de personal, solo somos cuatro”. En tiempo normal, no hay policía en la aldea.

Radios, hidroeléctricas y libertad de expresión

Los habitantes de la aldea Txosunil nos son los únicos molestos con la gestión del alcalde. También lo está Lorenzo Mateo, locutor y reportero de la radio Jolom Konob, y colaborador de Prensa Comunitaria. Esta radio, que no tiene vínculos con el comité cívico del mismo nombre, ofrece una programación constituida por música de marimba, espacios reservados para la municipalidad y el centro de administración de justicia, y un noticiario en Q'anjob'al con información local. Esto último es la que creó los problemas.

Lorenzo Mateo, quien colabora con Prensa Comunitaria, es cercano a los movimientos de defensa del territorio. Más militante que periodística, su cobertura de los conflictos sociales relacionados con proyectos hidroeléctricos, tomó un tinte político que disgustó al alcalde Diego Marcos.

El padre Andrés Ramírez, quien afirma apoyar la lucha de los grupos de defensa del territorio, cree que radio Jolom Konob cayó en algunos errores, usando un lenguaje demasiado agresivo, sesgado, y exagerando algunas noticias. Lamenta, sin embargo, que el alcalde cerrara la radio.

El 19 de enero de 2015, Jolom Konob realizó una intensa cobertura de la manifestación del Gobierno Plurinacional que se saldó con la muerte de un manifestante. Al día siguiente, Lorenzo Mateo llegó a trabajar, pero, frente a la alcaldía, se encontró con un grupo de empleados municipales. Le vedaron el paso, lo insultaron y lo golpearon. Le dijeron que ya no podría trabajar en la emisora. Los intentos de mediación  por parte de  la Procuraduría de Derechos Humanos fracasaron. En marzo, un intento de reapertura de la radio se saldó por nuevos disturbios y golpes en contra de los periodistas que venían a asistir al reinicio de las transmisiones.

Lorenzo Mateo, aún dolido por lo ocurrido, espera que el nuevo alcalde le deje continuar su labor. Dice haberse reunido con todos los candidatos a alcalde, y que todos le prometieron reabrir la radio en el momento de tomar la vara edilicia.

Queda Santa Eulalia con una resaca parecida a la que dejaron las elecciones anteriores y que pareciera que nunca se resolvió: conflictos abiertos, donde no se resuelven las dudas o los problemas relacionados y no solucionados en el juego de poderes en un vecindario pequeño. Queda la calma tensa, el abandono, y los rumores.

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