Casi 900 agentes, portando chalecos antibalas y armas de alto calibre, rodearon Agriprocesors, Inc, el rastro y planta de carne kosher más grande en Estados Unidos, y con la precisión de una operación antiterrorista, arrestaron, esposaron y encadenaron a 389 trabajadores del turno de la mañana. Entre ellos estaba Jimy Gomez, guatemalteco, de 15 años de edad.
Jimy, identificado como menor no-acompañado, fue deportado a los pocos días. Cuando llegó al aeropuerto La Aurora en un ...
Casi 900 agentes, portando chalecos antibalas y armas de alto calibre, rodearon Agriprocesors, Inc, el rastro y planta de carne kosher más grande en Estados Unidos, y con la precisión de una operación antiterrorista, arrestaron, esposaron y encadenaron a 389 trabajadores del turno de la mañana. Entre ellos estaba Jimy Gomez, guatemalteco, de 15 años de edad.
Jimy, identificado como menor no-acompañado, fue deportado a los pocos días. Cuando llegó al aeropuerto La Aurora en un avión comercial escoltado por un agente de ICE, su familia lo esperaba y juntos regresaron a su casa en El Rosario, una aldea del municipio de Dueñas, del departamento de Sacatepéquez. Fue allí donde conocí a Jimy en agosto del 2008, durante el primero de los 17 viajes que realicé de Nueva York a Guatemala durante la producción del documental abUSados: La Redada de Postville. En esos días, la vida de Jimy consistía en tocar música y trabajar la milpa junto a su padre. Con lo poco que ganaba pagaba los intereses del préstamo que hiciera para viajar indocumentado a Estados Unidos.
A finales del 2009, la oficina del fiscal general de Iowa solicitó mi ayuda para localizar a cuatro extrabajadores menores de edad deportados a Guatemala a raíz de la redada. En la lista no figuraba Jimy pero al notificarles de su existencia, lo agregaron. Dicha oficina quería que los jóvenes extrabajadores testificaran durante el juicio por violaciones a las leyes laborales de menores de Iowa, en contra del exgerente general de la procesadora de carne en Postville. Los gastos correrían a cargo del estado de Iowa pero la invitación no incluía ningún beneficio a largo plazo. Tanto los jóvenes como sus padres estuvieron de acuerdo y el 10 de abril del 2010 viajamos de Guatemala a Postville. (Debido a que Jimy era aún menor de edad, ICE requería el acompañamiento de un adulto).
Los jóvenes testificaron pero la fiscalía no pudo probar más allá de la duda que el gerente general tenía conocimiento de que en la planta trabajaban menores. Sin embargo, gracias al juicio, las leyes laborales de menores de Iowa son hoy mucho más estrictas que antes de la redada.
Con el apoyo de la abogada de inmigración, Sonia Parras-Konrad, de la oficina del fiscal y del Departamento de Trabajo de Iowa, se logró que antes de regresar a Guatemala, todos hubieran llenado solicitudes de visa por los abusos padecidos en la planta. (Dicha visa autoriza a permanecer y trabajar legalmente en Estados Unidos por cuatro años. A los tres, se puede solicitar la residencia permanente y eventualmente, se puede optar a la ciudadanía estadounidense).
Durante año y medio, innumerables personas y organizaciones en Guatemala y en Iowa, trabajaron para satisfacer requisitos adicionales de las solicitudes de visa y coordinar la logística de viajes. R. Avena, B. Gallardo, S. Parras-Konrad, M. Lazarino, Defensoría de la Población Desarraigada y Migrante, Dirección General de Asuntos Consulares y Migratorios, el Comité de Paz y Justicia, Proyecto de Reasentamiento de la Visa-U en Decorah, Iowa, merecen mención y aplausos.
El 14 de diciembre de 2011, viajando de Guatemala a Iowa con cuatro de los jóvenes extrabajadores de Postville y 13 de sus familiares inmediatos que recibieron la visa de Estados Unidos, le pregunté a Jimy qué significaba esta nueva oportunidad. “Es un cambio total” me respondió Jimy. “Significa poder vivir con esperanza de un futuro mejor”.
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* Luis Argueta, cineasta guatemalteco.
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