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“Mi papá me enseñó que los arbolitos son vida, son oxígeno, son aire”

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“Mi papá me enseñó que los arbolitos son vida, son oxígeno, son aire”

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AGUSTÍN PAR VELÁZQUEZ

Encargado del vivero forestal de los 48 cantones
​Totonicapán
Edad en el momento de la entrevista (2017)/ 69

 

Agustín vive en la aldea Chumasán, Tototonicapán. Ha trabajado en Pinfor, en el Ministerio de Desarrollo, y desde hace 18 años está a cargo del vivero forestal de los 48 Cantones. “Yo le enseño a los niños en la escuela la importancia de sembrar arbolitos, de la lluvia, para que no falte el agua, cuidar la montaña”. Les dice que no hay que botar los árboles, que hay que cuidarlos porque ese es el oxígeno. “Mi papá me enseñó que los arbolitos son vida, son oxígeno, son aire. Hay que velar por que no se termine la montaña. Está en nuestras manos, es un tesoro. Si no cuidamos, ixcamic: se va a morir uno”. Siembra árboles todos los días, y enumera las especies del bosque: “pino blanco, pino colorado, ciprés, encino, roble, aceituno, pinabete y palo cacho. Hay árboles de 150 años. Aquí está el pulmón del pueblo y la santa agua”. Opina que “en Guatemala hay más pobreza porque no hay trabajo ni hay suficientes fábricas ni almacenes ni suficientes empresas. Los pobres tienen que juntar su leña y su comida porque no hay trabajo. Por eso tanta gente se va para los Estados Unidos”. Dice que no hay educación, ni medicina en los hospitales, pero que en el bosque están los remedios naturales. “La gente pobre podría encontrar su medicina en la montaña pero no quiere: sólo en la farmacia se mantiene”. 

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