Además del hecho de rememorar la gesta revolucionaria de 1944-1954, dicha obra cobra vigencia en el contexto actual, pues de alguna manera aborda elementos comunes con otra publicada por estos días, que también hace referencia a este acontecimiento histórico.
La obra de Vilanova, sin embargo, es un texto de singular importancia para Guatemala. Es el testimonio de primera mano de la esposa del coronel Jacobo Árbenz Guzmán, pilar de la Revolución de Octubre. Él participó en la gesta para derrocar a Ubico, conformó la Junta Revolucionaria, fue ministro de la Defensa durante el gobierno del doctor Juan José Arévalo y finalmente fue presidente de Guatemala. Estos y otros hechos (por ejemplo, el exilio posterior a la renuncia de Árbenz, la vida de sus hijos y su propia historia como esposa y madre) son narrados de manera clara, directa y puntual por la autora.
El libro es relevante porque es el único de este género escrito por la esposa de un expresidente. Ella vivió los triunfos de la Revolución, que fueron los de su esposo y su pueblo. Con él sufrió, del mismo modo, las terribles secuelas del exilio hasta la muerte del expresidente en 1971.
La obra también se sitúa entre los pocos testimonios escritos por mujeres en el contexto centroamericano, en el cual, debido al sistema patriarcal en que vivimos, las mujeres son invisibilizadas, ignoradas y la mayor parte de las veces vilipendiadas, tal como le sucedió a ella, a tal grado que llegó a especularse que fue el poder detrás del trono.
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En cuanto a su estructura, la obra incluye una presentación, un prólogo y un discurso fotográfico inicial en el que se muestran algunas imágenes de Jacobo Árbenz y su familia. El contenido gira en torno a tres ejes temáticos. En el primero, la autora narra su experiencia como mujer, hija, esposa, madre. Esta parte va intercalada con el segundo eje —pues para esta familia lo privado estuvo marcado siempre por lo público—. En un segundo momento narra los acontecimientos y logros de la Revolución de Octubre. Luego, para finalizar, María Vilanova aclara algunos temas que son de su interés. Entre estos reitera que ni Árbenz ni ella fueron comunistas; que su esposo, mientras fue presidente, actuó con cuidadosa responsabilidad y seriedad durante todo su gobierno, y que los últimos días antes de su renuncia apenas comió y bebió café. Critica a los ejércitos en general y recomienda estudios de protección de la ecología territorial, viviendas populares y técnicas de salvamento para diversas carreras.
Su visión, sin duda, es desde la dignidad. Si bien tanto Árbenz como su familia cercana sufrieron persecución, exilio y humillaciones con las que se quería quebrantar su espíritu en todos los lugares en los que vivieron, ella muestra los hechos tal como se dieron y aclara, desmiente, muestra su realidad tal como fue vivida por su esposo y su familia. Es decir, presenta solo los datos, sin victimizarse jamás.
Su obra también es la de una mujer que ama, admira y respeta profundamente a su esposo, su causa y sus decisiones. Es una reivindicación de los ideales de Árbenz y de su lucha por la dignificación de la vida cotidiana del pueblo guatemalteco.
Como sabe que la historia la deciden los vencedores, María Vilanova escribe y publica su obra como un testimonio, como el derecho a contar su verdad en primera persona. La suya es la de un tiempo que pudo haber llevado a nuestra sociedad a su plena democracia. Su tiempo, que es también el nuestro, generó un proceso permanente de revolución-contrarrevolución, trágico para el pueblo y de múltiples beneficios para las clases dominantes guatemaltecas y el imperialismo estadounidense.
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