Sus integrantes procedían, cada vez más, de las clases populares, siendo cada vez menos los elementos burgueses que compartían la aspiración de construir un régimen democrático. Al influjo de lo que pasaba en Europa, abandonaban las ideas provenientes del liberalismo francés y asumían la ideología socialista o la socialdemócrata.
Los primeros años de esa década fueron de intenso trabajo de organización y ubicación política. En el corto tiempo que quedó entre la salida del dictador y la caída de su sustituto se generaron y fortalecieron varias instancias: los que seguían con la ideología liberal, actuando como izquierda conciliadora y negociadora, conformaron el Partido Renovación Nacional (PRN); los que habían asumido los principios socialistas sin reconocerse como tales, pero esgrimiendo ideas revolucionarias, organizaron el Frente Popular Libertador (FPL), y los conservadores, moviéndose desde la derecha hacia el centro del espectro político, integraron el Partido Socialista Democrático (PSD).
La revolución de octubre de 1944 fue obra de esta tercera expresión de la izquierda guatemalteca, que al unificarse logró alcanzar el poder del Estado. El primer gobierno revolucionario legalizó los partidos políticos, de modo que en 1949 se registró, entre otros, el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), de clara tendencia socialista. Sin embargo, dada la situación internacional en la que ya estaba presente la confrontación Este-Oeste, ni el partido ni el Gobierno se presentaron como socialistas. Los programas de este último eran reformistas y se circunscribían a resarcir las condiciones de desigualdad y de pobreza que habían dejado los gobernantes liberales.
Los cambios que los gobernantes revolucionarios hicieron en las estructuras productivas fueron suficientes para que Estados Unidos los interpretara como «un avance del comunismo internacional». De nada le sirvió al segundo gobierno revolucionario plantearlos con base en las recomendaciones keynesianas porque en 1954 fue derrocado por comunista. Los militares que gobernaron a partir de ese año, que duraron hasta 1985, legalizaron de nuevo los partidos políticos, pero prohibieron aquellos que plantearan cambios en el statu quo aunque no se pronunciaran por el socialismo. El PGT pasó a la clandestinidad y varios de sus dirigentes se fueron al exilio.
Los izquierdistas guatemaltecos enfrentaron el militarismo por la vía política. A fines de 1957 organizaron el Partido Revolucionario (PR), que, cumpliendo con las limitaciones establecidas y sin mencionar principios comunistas, se propuso alcanzar una sociedad justa y humana mediante la superación de la pobreza y de las desigualdades. Postuló candidato presidencial en dos ocasiones. En la primera se le acusó de tener dirigentes comunistas y fue derrotado. En la segunda, su candidato fue asesinado antes de que se llevara a cabo el proceso electoral.
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Hubo en los años 70 otros dos intentos de mantener la presencia pública de la izquierda política: el Frente Unido de la Revolución (FUR) y el Partido Socialista Democrático (PSD). Ambos fueron desbaratados por el Ejército mediante el asesinato de sus líderes y el exilio y asesinato de sindicalistas, estudiantes y profesores universitarios, así como de campesinos, muchos de los cuales se refugiaron en México. De esa manera, el Ejército mostró que no estaba dispuesto a permitir la existencia de ninguna organización política de izquierda.
Los izquierdistas guatemaltecos también enfrentaron el militarismo por la vía armada. Un grupo de jóvenes militares provenientes del PGT se levantó en armas el 13 de noviembre de 1961 (MR-13). De ese movimiento devinieron las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA) y la expresión militar del PGT. Estas organizaciones plantearon la lucha por el socialismo como la única vía para cambiar las condiciones socioeconómicas del país y llegaron a conformar el movimiento revolucionario que existió en el país hasta 1996, año en el cual la instancia unitaria que generaron, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), negoció con el Ejército y el gobierno neoliberal de turno la paz firme y duradera que le dio fin después de 36 años de lucha armada.
Así pues, a contrapelo del bloqueo de toda forma de participación política y de la guerra civil desatada por el Ejército, la izquierda guatemalteca no detuvo su accionar político y desarrolló la lucha armada.
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A Claudia, mi sobrina.
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