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El Río Polochic atraviesa una casa en el desborde del Parcelamiento San Vicente Uno, Alta Verapaz, en julio. Eduardo Say

Las casas para la población afectada por Eta e Iota: otra promesa incumplida del gobierno de Giammattei

En Sonté resultaron afectadas 56 familias, pero solo a una persona le han construido una vivienda.
«Teníamos necesidad de reconstruir 337 viviendas. De esas, solo nos asignaron 85 y, de esas, han construido 30»,
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Las casas para la población afectada por Eta e Iota: otra promesa incumplida del gobierno de Giammattei

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El presidente Giammattei se olvidó de las personas que perdieron sus casas debido a las tormentas ocurridas en el año 2020. Ofreció construir 2,600 viviendas, pero le ha fallado al 95% de familias que confiaron en su promesa. 

Como si se tratara de un ave que construye su nido, Nancy Lorena Coronado trabajó para hacer de su hogar un lugar habitable para ella y sus cuatro hijos después de las tormentas Eta e Iota. Limpió el piso de tierra, que estaba hecho lodo, colocó lo que pudo salvar de la inundación y tomó varias piezas de su vestimenta q’eqchi’ para cubrir las paredes de la única habitación que tiene su casa.

Los lienzos de dos metros de largo y un metro de ancho, que alguna vez usó como «corte» –una falda plisada de destellantes colores trabajada en telar artesanal–, terminaron como tapiz descolorido pero funcional. Cubren las rendijas que se forman en la unión de las tablas, y evita que se cuele el aire y les da privacidad. 

La casa de madera y techo de lámina es lo habitual en Sonté, una aldea de Cobán, Alta Verapaz, ubicada en la ruta que conduce hacia el municipio de Chisec, en la Franja Transversal del Norte. Hace dos años, esa importante ruta que está totalmente asfaltada, solo se podía cruzar en balsa. Y la casa de Nancy Lorena, situada a la orilla de esa carretera, estaba inundada y totalmente inhabitable. 

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De aquel 5 de noviembre de 2020, cuando ingresó la primera tormenta, quedan los recuerdos en los celulares de los vecinos, que tomaron fotos y videos de lo que vivieron. «Hasta los tres días comieron mis hijos. Sufrimos mucho, no hay drenajes para el agua, salía el agua de la tierra», cuenta Nancy Lorena. Su vecina, Suany Coronado, quien la acompaña, dice que no puede olvidar la muerte de su madre, porque llovía fuerte mientras ella agonizaba y el recorrido hacia el cementerio lo hicieron en lancha. 

Nancy Lorena Coronado –en esta aldea abundan los Coronado– se dedica a lavar ropa y a vender tamales para sostener el hogar. Con ese ingreso no habría podido cambiar ni una de las láminas que quedaron oxidadas por tantos días bajo el agua. «Con la ayuda de la Pastoral logré cambiar las láminas de la casa», afirma. 

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La zona es fría y  pasaron varios meses antes de que las tablas de las casas se secaran por completo. La ayuda de oenegés fue determinante para esta comunidad. 

Nancy Lorena creyó que el gobierno les ayudaría, porque así lo ofreció. El presidente Alejandro Giammattei y su gobierno, a través de la Secretaría General de Planificación de la Presidencia (Segeplan), hablaron de edificar 2,600 viviendas (aunque  eran 2,932 las que tenían daño severo) a un costo aproximado de 38,500 quetzales para las familias que ya tenían un terreno y de hasta Q60 mil para las que necesitaban ser trasladadas ante el riesgo en sus comunidades. 

En Sonté resultaron afectadas 56 familias, pero solo a una persona le han construido una vivienda. Juliana Batz tiene 80 años y es  la feliz propietaria. Cuenta que tuvo que pagar casi tres mil quetzales para cubrir los jornales del ayudante del albañil que fue enviado por la empresa ejecutora de la obra y el traslado de los materiales de construcción desde la carretera hacia la parte alta del cerro en donde está su terreno ya que no entra vehículo. Los familiares que le ayudaron a reunir los fondos también vivirán en la nueva casa. Tiene un total de dos habitaciones, una sala y/o comedor, con un baño, todo hecho de block y lámina en un espacio de seis metros cuadrados. 

La edificación de esta casa de block alertó a las demás personas que esperan por una vivienda. Las mujeres se organizaron y revisaron las actas del Consejo Comunitario de Desarrollo. Así se enteraron de que el líder del Consejo, al cual ya destituyeron, envió a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres un listado en donde no estaban todos los afectados. 

Roberto Williams Cucul Sierra, gerente de Programas de Seguridad Ciudadana de la municipalidad de Cobán, encargado de la Coordinadora Municipal para la Reducción de Desastres, confirma que el programa de reconstrucción de viviendas fue un espejismo.

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Todo empezó cuando el gobierno de Giammattei pidió realizar un censo de daños para identificar las viviendas dañadas. Sierra Cucul tiene en su oficina un reporte de evaluación a 63 comunidades, con 2,930 familias encuestadas en área urbana y rural. «Teníamos necesidad de reconstruir 337 viviendas.De esas, solo nos asignaron 85 y, de esas, han construido 30», señala. 

La municipalidad también recibió el reporte de cobros ilegales por el traslado de materiales hasta los terrenos de las familias, pero no saben si se denunció penalmente porque el seguimiento debe hacerlo la entidad que contrató a la empresa ejecutora del proyecto. 

El gobierno le asignó 25.7 millones de quetzales al Fondo para la Vivienda (Fopavi) del Ministerio de Comunicaciones. Josué Lemus, quien renunció como ministro el 29 de junio para asumir como diputado del partido oficial Vamos, dejó la reconstrucción de viviendas casi sin avances. 

A través de una solicitud de acceso a la información, Fopavi reportó que había identificado 2,932 viviendas que necesitaban reconstrucción, de estas tenía aprobadas 441 y de esta cantidad había edificado 126. Esto significa el 8% de ejecución financiera. En 2022 el programa ya no tenía presupuesto asignado, según se pudo constatar en el Sistema de Contabilidad Integrado del estado (Sicoin). 

Carlos Narez, vocero del Ministerio de Comunicaciones, no atendió las llamadas, ni respondió a los mensajes en los que se le pidió información.  En Fopavi indicaron que las consultas se gestionan a través de la Unidad de Acceso a la Información, lo cual toma un mínimo de 10 días hábiles. 

Nancy  y sus vecinos reconocen que el tema es como una espina que les duele e incomoda, porque confiaron, se ilusionaron. Giammattei, mientras tanto, centra su atención en otros temas. Visitó Ucrania para ofrecer apoyo en la reconstrucción de los asentamientos bombardeados y, actualmente, está de gira por el país junto a diputados y alcaldes para entregar raciones de alimentos, aportes a los adultos mayores y pedir apoyo para el presupuesto de 2023.

En Sonté, como aves que edifican un nido, no se detienen. No pueden. 

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