Altas cortes como la Suprema de Justicia y las salas de apelaciones, así como la Corte de Constitucionalidad, están bajo el control casi absoluto de operadores del crimen, de la corrupción y de la impunidad. El auxiliar fundamental del sistema de justicia y responsable de la persecución penal, el Ministerio Público, desde su cabeza, la fiscal general, forma parte de ese remedo que el #PactoDeCorruptos llama democracia.
Las líneas que conforman la parodia incluyen el pacto formado en el Congreso de la República por las bancadas oficiales del actual gobierno (Vamos), el anterior (FCN-Nación), el partido que cobija al arzuismo corruptor (Partido Unionista) y bancadas satélite del pacto como UCN, VIVA, Todos, Valor, CREO, Humanista y PAN, entre otros, incluida la facción disidente de la UNE fiel a Sandra Torres. Con los votos de estas bancadas se han movido leyes, acciones y disposiciones para revestir de legalidad la estructuración de un Estado dictatorial, antidemocrático y represor. El eje lo completa el Ejecutivo encabezado por Alejandro Giammattei, cuyos ministros, en especial el de Gobernación, Gendri Reyes, trabajan para limpiar la mesa ante expresiones de descontento y de oposición a la arbitrariedad.
Esta lógica de acaparar instancias para un control total no podría avanzar si no contara con el apoyo absoluto de quien durante dos siglos ha manejado esta república según sus intereses y su conveniencia: la depredadora y parasitaria élite empresarial oligarca. Un grupo limitado, endógamo social y empresarialmente, dispuesto a todo —incluso a financiar el genocidio— con tal de mantener sus privilegios.
Todos estos actores han conspirado para romper la estructura democrática y destruir las garantías y libertades cuya promulgación representaron luchas sociales de décadas (y hasta de siglos en el caso de los pueblos originarios). Ni uno solo de los derechos que la Constitución garantiza y protege ha sido concesión de grupo alguno. Cada una de esas garantías significó esfuerzos y luchas que representaron un costo altísimo en vidas y pérdidas humanas, materiales y sociales.
[frasepzp1]
Y hoy esas libertades y garantías se encuentran en un grave peligro. En menos de una semana se han producido hechos que así lo evidencian. Por un lado, la Sala Primera de Apelaciones de Mayor Riesgo dejó sin efecto los acuerdos de colaboración eficaz relacionados con el caso de financiamiento electoral ilícito del partido FCN-Nación, del expresidente Jimmy Morales Cabrera. La misma sala confirmó la resolución que libera al exmandatario Otto Pérez Molina en los casos Red de Poder, Corrupción y Lavado de Dinero, por los cuales se le seguía proceso penal.
El martes 18, desde la cuenta netcentera con la que interactuó la magistrada Vitalina Orellana para compartir una foto de la corresponsal de CNN Michel Mendoza, se hizo circular una lista que incluía una amenaza de criminalización contra más de 100 personas defensoras de derechos humanos, periodistas y otros actores.
En la mañana del miércoles 19 fue capturado Juan Francisco Solórzano Foppa, exjefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), quien inició procesos penales por evasión fiscal contra grandes contribuyentes de la élite empresarial. También fue capturado Aníbal Argüello, exanalista de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) que laboró en las investigaciones de los casos La Línea, TCQ y Cooptación del Estado, entre otros. Ambos son perseguidos por la Fiscalía de Delitos Electorales en un caso sin pies ni cabeza legal que lo sustente. Sin embargo, los hechos configuran en conjunto la acción de un libreto que los grandes conspiradores contra la democracia han puesto en marcha.
En la gran conspiración contra Guatemala, estos actores del #PactoDeCorruptos no solo procuran anular los avances que tuvo la justicia para desmontar la corrupción estructural, sino también pretenden acallar toda voz que se alce para señalar sus delitos y condenar sus arbitrariedades. No obstante, los pueblos que habitamos estas tierras llevamos siglos de resistencia y de lucha contra la opresión y no bajaremos la guardia. Guatemala no está sola, y la gran conspiración será condenada al fracaso.
Más de este autor