El último grito enérgico de la plaza me parece que fue el de «¡Jimmy Morales, a los tribunales!». Es una consigna sólida porque no insulta y se fundamenta en el anhelo de un sistema de administración de justicia funcional: el gran anhelo que despertó a la plaza y del cual lamentablemente hoy quedan solo recuerdos. En el funcionariado del gobierno saliente y en las filas de los no reelegidos de la VIII Legislatura hay pánico y preocupación ante el riesgo de no encontrar un mecanismo de impunidad que garantice mantener alejadas a la justicia y a la rendición de cuentas.
Como era de esperarse, Jimmy Morales no es la excepción. Uno solo puede imaginar la angustia y el pánico que para un cómico mediocre como él pueda significar dejar de ser el presidente de la república. Supongo que su peor pesadilla es tratar de reaprender a vivir cuando todos los lambiscones, rastreros, privilegios y prebendas se esfumen de un día para otro, del 14 al 15 de enero. Imagino que tiene pesadillas en las que ve los rostros que hoy lo adulan y las cabezas que hoy se le agachan serviles convertidos a partir del 15 de enero en negativas, evasivas y, temo, abundancia de traidores. Quienes hoy le juran lealtad con más vehemencia a un tipo como Jimmy Morales siempre son los primeros en clavar los primeros puñales por la espalda, con gusto y sabor burlones.
Por ello, a poco más de un mes, la desesperación se evidencia en tonteras como la pretensión de eludir que lo capturen justo al salir de la ceremonia de cambio de mando. Esto, porque técnicamente Morales estará despojado de su inmunidad. La idea es salir corriendo rumbo al Parlamento Centroamericano (Parlacén), ser juramentado de inmediato y así protegerse de la justicia con la inmunidad que ofrece ser diputado de ese ente regional. Sería uno de los chistes malos de Morales si no fuera porque el mismo Parlacén sospechosamente adelantó sus sesiones ordinarias a un período inusual, que justo incluye el 14 de enero.
[frasepzp1]
Sin embargo, una cosa son las payasadas y otra la realidad seria. Ya están surgiendo opiniones en cuanto a que el asunto no es juguete. Por un lado, el presidente del Parlacén, Alfonso Fuentes Soria, aclaró que Morales no podría ser juramentado el mismo 14, pero sí el 15 o 16 de enero. Bien haría Fuentes Soria, para no dañar más la ya maltrecha reputación del Parlacén, en postergar las sesiones para que Jimmy Morales dilucide su situación jurídica en los tribunales. Ya suficiente mala fama tiene ese organismo de ser una cueva que protege a los gobernantes corruptos cuando dejan los cargos.
Por otro lado, la inmunidad que el Parlacén le pueda ofrecer a Morales ha sido objeto de debate, discusión y hasta litigio. La Corte de Constitucionalidad ha emitido varias sentencias al respecto, y el abogado constitucionalista Gabriel Orellana opinó justamente dudando de la legalidad de esa inmunidad. Así pues, los estrategas de Jimmy Morales quizá ya trabajan en planes B, C, D…, Z para que el todavía hoy presidente logre continuar confundiendo impunidad con inmunidad.
Sin embargo, lamentablemente no hay mucho lugar para el optimismo. Llevar a Jimmy Morales a los tribunales no es fácil, ya que lo protegen el Pacto de Corruptos y varios y diversos estamentos del poder fáctico. Se lograría con un movimiento ciudadano fuerte, enérgico y contundente, similar a la plaza, o no. Que se active desde ya, se prepare y sea perseverante hasta lograrlo.
Más de este autor