«¡Jimmy Morales, a los tribunales!», fue hace un año el clamor ciudadano que con ímpetu enorme llenó la plaza. Entonces, el pacto de corruptos accionó en el Congreso para mantenerle la inmunidad a Morales, con lo cual el Ministerio Público (MP) de Thelma Aldana y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) quedaron imposibilitados de investigar a Morales por financiamiento electoral ilícito.
Porque no se trata de condena anticipada, sino de permitir que se investigue a un dignatario o funcionario que, según la Constitución y las leyes vigentes, goza del derecho de antejuicio. Solo retirando la inmunidad es como el MP y la Cicig pueden investigar y el señalado de presuntos delitos defenderse como lo garantiza la ley.
El viernes pasado, el MP de Consuelo Porras y la Cicig presentaron una nueva solicitud para retirarle el antejuicio a Morales, esta vez por una nueva denuncia de financiamiento electoral ilícito. Esta acción supone un golpe contundente a quienes de manera necia continúan alegando que lo de la lucha contra la corrupción era un asunto de Aldana y que con Porras eso pararía. Sin lugar a duda, Porras tiene un estilo de gestión muy diferente al de Aldana, pero es solo eso, una diferencia de estilo: las acciones del viernes pasado invitan a pensar que los objetivos y resultados se mantienen invariables.
Como ciudadanía, debemos ponerle mucha atención a la coyuntura actual, ya que es de esperar que el pacto de corruptos ya se esté preparando para proteger la impunidad de Jimmy Morales. Esto, porque en esta ocasión el MP y la Cicig cuentan con el testimonio, incluyendo una notable disculpa pública, del grupo de empresarios acusados de haberle otorgado el financiamiento electoral ilícito a Morales en su calidad de secretario general del partido Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación) durante las elecciones de 2015. Esta es una pieza importantísima que no tenía la solicitud de antejuicio del año pasado.
[frasepzp1]
Ya el flamante diputado Felipe Alejos nos hizo el favor de confirmar esa disposición del pacto de corruptos al declarar sin pudor alguno que él trabajará para evitar que avance en el Congreso esta nueva solicitud de retiro de antejuicio a Morales. Él, a su vez acusado en el caso Traficantes de Influencias, es quizá el mejor ejemplo de cómo opera el pacto de corruptos al trabajar precisamente para impedir la investigación del financiamiento ilícito para FCN-Nación. Más claro no puede ser: operadores corruptos en el Congreso protegiendo a los corruptos de la Presidencia y del Ejecutivo con el apoyo de los corruptos en el Organismo Judicial.
Un escenario es que la ciudadanía fracase en su demanda de justicia y fin del imperio de la corrupción y la impunidad y que esperemos hasta después de enero de 2020 para ver a Jimmy Morales enfrentar la justicia una vez que deje la presidencia y pierda la inmunidad (que no es para toda la vida). En esta ruta quizá nos toque otra vez solo lamentar los abusos ya cometidos, como con Otto Pérez, Baldetti y su gavilla o como con el expresidente salvadoreño Elías Antonio Saca en el caso Palacio de la Corrupción.
El otro escenario es que la ciudadanía tenga éxito y lleve a Morales y al resto del pacto de corruptos a los tribunales y que se haga justicia. Que el MP y la Cicig presenten las pruebas y acusen y que los acusados ejerzan su derecho a defenderse.
Sin duda, yo voy por el segundo: ¡Jimmy Morales, a los tribunales!
Más de este autor