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Inversiones

Los migrantes, cuando parten, hospedan a menudo en su historia una derrota que no es suya, que no es individual: una violencia desbocada e inhabilitante, unas circunstancias feroces, una tierra baldía.
El vuelo, ícono y emblema de la globalización, se les reserva a los integrantes del éxodo centroamericano para un momento trágico: aquel en que se convierte al emigrado en deportado.
Tipo de Nota: 
Opinión

Inversiones

09 de Octubre de 2020
Palabras clave
Ilustración de Héctor Maradiaga

1.

La figura del migrante puede simbolizar, a un mismo tiempo, el fracaso de una sociedad y la cumbre de la civilización. Aunque a menudo camina y su empeño siempre entraña un traslado, el migrante centroamericano contradice la estampa del viajero o del flâneur finisecular. Su desplazamiento nada tiene que ver con ese rito decimonónico del paseo, tan «distinguido, burgués, ocioso y elegante», sino que se trata de un tránsito sal...

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