Impedir el fraude y rescatar la Usac

De sus aulas surgieron profesionales como Mario López Larrave, Rita Navarro, Norma García Mainieri, Mario Dari Rivera, Santiago López Aguilar, Joaquín Noval, Myrna Mack Chang, Alfonso Figueroa, Emil Bustamante, entre miles de personas cuya vida académica contribuyó al conocimiento científico en sus diversas ramas. 

Por su rol como única universidad estatal, la Usac también tiene presencia en varias instancias colegiadas de decisión tales como la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social o la Junta Monetaria, entre otras. También es partícipe de los procesos de las Comisiones de Postulación para designar magistraturas a la Corte Suprema de Justicia o el Ministerio Público, así como designa a una persona a la Corte de Constitucionalidad. 

Su presupuesto, según la ley, es no menor al cinco por ciento del presupuesto general de egresos de la nación. También posee iniciativa de ley: puede plantear reformas legales o promover legislación ante el Congreso de la República.

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Se trata de un ente con un poder importante en diversos aspectos, una estructura de despliegue nacional con más de 46 unidades académicas. De allí que la designación de la figura titular de la entidad, es decir, quien ocupa la Rectoría de la Usac, sea motivo de importancia nacional. Y, aunque anteriormente se trató de un proceso de profunda carga académica o de política propiamente universitaria, desde finales del siglo XX y acelerado en la última década, el proceso ha sido realizado con poca diferencia con respecto a los procesos electoreros del circo político nacional, con resultados igual de mediocres y con la designación de funcionarios, como en la política nacional, también corruptos. 

El proceso electoral vigente no es la excepción y ha sido más que notorio cómo el Consejo Superior Universitario (CSU) que rige la vida de la Usac, se presta al juego perverso de un fraude más que obvio, promovido por el actual decano de la Facultad de Humanidades, Walter Mazariegos, quien pretende imponerse como nuevo rector. Con maniobras de diversa índole intentaron impedir la inscripción de planillas de electores y, al no conseguirlo, optaron por invalidar resultados y configurar un cuerpo electoral mutilado. Con ello, buscan reducir el número de votos requeridos para garantizar la elección del corrupto mazariegos. 

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Amén de que habrá de reformarse el sistema electoral para democratizar la elección de las autoridades centrales de la universidad estatal, es necesario en los actuales momentos, impedir la imposición de un fraude en beneficio del #PactoDeCorruptos en la Usac. De allí que el apoyo al movimiento estudiantil que ha ocupado las instalaciones del Museo de la Usac, en el centro de la ciudad, sea fundamental para evitar el fraude denunciado y evidenciado. 

Defender la autonomía de la Usac no es solo ponerse una capucha un Viernes de Dolores. Defender la autonomía de la Usac es plantar cara y marcar el alto a la intención de violentarla mediante el fraude y la imposición de un rector comprometido con la corrupción y la impunidad. 

Rescatar la Usac pasa por este esfuerzo y por modificar las normas que mantienen una estructura rectora modelada en edad media y que deja fuera de participación a docentes y estudiantes del 78 por ciento de las unidades académicas que la integran.