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“Encabronados”

Les aterra que haya recursos y gente que quiera contar historias que durante treinta años ellos se han encargado de no contar. Sienten que es peligroso para ellos. No creo que sientan que es competencia.
Cualquiera sale haciendo un reportaje diciendo que es periodismo investigativo y ¡a la gente la confunde!
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“Encabronados”

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En diciembre de 2011, Guatemala recibió un gol televisivo, que no es lo mismo que un gol televisado. El grupo Alba Visión, que aglutina los cuatro canales de televisión abierta, obtuvo la renovación del usufructo de sus frecuencias, por quince años más. El productor Eduardo Spiegler no calla.

Spiegler, cineasta guatemalteco, quien realiza un documental sobre la televisión guatemalteca e intenta criticar el sistema a través de la propuesta independiente de Pirata TV, en esta entrevista opina sobre los contenidos y el sistema monopólico de la televisión en Guatemala.

Orlando Blanco, secretario de la Paz del gobierno pasado y actual congresista, dijo desconocer el tema, Nineth Montenegro diputada de Encuentro por Guatemala –también en el Congreso el período pasado–  declaró no saber si se había realizado la renovación, un analista y experto se negó a hacer declaraciones por temor a represalias. Fue la SIT quien confirmó que se había concedido nuevamente las frecuencias a su propietario. ¿Cómo?

Es un proceso bastante sencillo: el canal entrega un formulario a la Superintendencia de Telecomunicaciones (SIT) y ésta, tras pasar por una serie de departamentos, lo aprueba y extiende a duración del usufructo; así lo dicta la ley General de Telecomunicaciones.

Un funcionario del gobierno anterior, que prefiere mantener el anonimato, declaró que el año pasado se vencían todas las frecuencias (radio y televisión) y que un sector del gobierno abogó ante Álvaro Colom por cambiar las reglas, esas que hacen que baste un automatismo para renovar el usufructo, y sopesar la necesidad de abrirlas a otros grupos. “Cuando vence cualquier frecuencia en un país medio decente, es un momento oportuno para  revisar si la estructura de la propiedad de los medios es la adecuada y si no, modificarla”, explicó el ex funcionario. La propuesta que hicieron al ex presidente proponía evitar monopolios u oligopolios y aprovechar que, al renovar, el Estado cobrara montos importantes para contar con más recursos.

Sin embargo, nada de eso pasó. Álvaro Colom permitió que se renovaran todas las frecuencias, sin que haya habido ninguna transformación en los pagos o condiciones de televisión y radio.  Según cálculos del funcionario, basado en las experiencias de otros países, el Estado podría haber obtenido unos  5 mil millones de quetzales más para el erario. La presión por mantener el statu quo y obtener beneficios de los canales y radios para la campaña electoral pesaron más que la intención por cambiar el statu quo en Guatemala, el país con mayor concentración de  la propiedad en los medios de América Latina, y con esta renovación probablemente lo siga siendo por quince años más.

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Hace un año, Eduardo Spiegler se dispuso a realizar un documental en el que se revelara el funcionamiento de los canales de televisión y se criticara los contenidos que difunden. Sin embargo, en el proceso, junto a un grupo de cineastas y artistas que lo apoyaban, surgió la idea de, en paralelo, crear una serie de programas televisivos en los que pusiera en evidencia que sí es posible hacer producciones televisivas de bajo presupuesto. Así surgió Pirata tv un proyecto que se distribuye en DVD o en internet. El proyecto ya lleva seis entregas que presentan documentales, entrevistas, cortos de ficción y clases de Q'eqchi', entre otros y que promueven otra mirada sobre la realidad.

Durante este tiempo, Spiegler ha realizado entrevistas que le han permitido conocer a fondo cómo funciona la lógica de los medios.

 “El problema es el monopolio. Aquí porque tenemos cable, pero la mayoría de guatemaltecos no tiene cable, lo que la antena capta es el 7, 11, 13 y 3”, dice Spiegler, mientras hace un zapping por los canales nacionales que van saltando entre telenovelas mexicanas, talk shows extranjeros, videos musicales y muchos anuncios.

¿Rescata algo de la televisión nacional?

–En TV Usac de repente tienen sus cosas, tienen contenido educativo, histórico o documental. TV Maya, también, pero casi nadie lo puede ver, les dieron la frecuencia, pero nunca les dieron presupuesto.

Y pocos los ven…

–Por ley los cableros deberían incluir a TV Usac y TV Maya, pero bajo la excusa de que la señal es mala, de que es un problema de transmisión –y es válido– no los incluyen. Deberían ponerlos aunque se vea feo. Tv Usac trabaja con un presupuesto paupérrimo que apenas alcanza para sueldos. Son, como todo en la Usac, víctimas de la burocracia y del Consejo Superior, no pueden producir mucho, no pueden tener comerciales, no podrán ser rentables y desarrollar sus iniciativas. En TV Maya , además de que no les alcanza el presupuesto, tienen sus problemas internos.

El trabajo de TV Usac es muy institucional, pero tienen posibilidades infinitas, podrían incluir a sus estudiantes y hacer maravillas. Si agronomía tuviera un programa de consejos para trabajar cierto tipo de cultivos o cómo combatir ciertas plagas. Si se transmitieran las tesis de  los estudiantes de arte y comunicación… Pero insisto en el monopolio.

Entre los cuatro canales privados de televisión abierta, ¿observa alguna diferencia de contenido que permitan mostrar diversidad de información?

–Hay cambios en el contenido. El 7 le da más cobertura a Arzú (Álvaro), por ejemplo, le pasan las notas enlatadas que él manda y en el Trece ni se le menciona. Rabé (Luis) sale gratis en campaña, o diciendo lo que quiera en cualquiera de los canales. Hay algunas variantes, pero como son cuatro se dan el lujo de quedar bien con todos.

Tienen completo control sobre la información, el contenido político, los noticieros, que es lo único que hacen además del futbol y enlatados, es en donde  invierten su energía y capital, aunque los salarios son terribles. Por eso todos los candidatos, antes de llegar al poder, van con Ángel González. Le han mantenido ese imperio.

Digamos que es el pez que se muerde la cola. El monopolio catapulta a los políticos y luego éstos sostienen su sistema.

–Por ejemplo, tienen cuántos diputados de  la UCN a quienes les hicieron campaña gratis y no debería ser así. Tienen espacio en televisión abierta, tal vez había otros candidatos con mejores intenciones o más capacitados para hacer un trabajo legislativo serio y distinto. Rabé fue candidato a alcalde con Ríos Montt cuando Portillo quedó de presidente, ¿cuál es la insistencia? Pero el caso dramático es el “jueves negro”, las hordas del FRG terminaron provocando el paro cardiaco al reportero X (Héctor Ramírez), periodista de la vieja escuela, que hizo su vida en canal 7. Eso fue homicidio. Pero ellos no dijeron nada, se tuvieron que quedar callados. Gente que trabajaba allí dice que llegó el general (Ríos Montt), que estaba detrás de todo eso, y todos se le cuadraron.

El pueblo no se entera. Si ya tenemos el problema de la educación, nos dan la información moldeada y trabajada, no tenés ese chance de discernir quiénes son los buenos o los malos, o decidir de qué lado estás, no hay eso.

Cada vez que hay una iniciativa de ley de cine, un instituto de cine, una comisión de cine, o un proyecto con el ministerio de cultura, brincan todas estas fuerzas oscuras.

¿A que le temen esas “fuerzas oscuras”?

–Les aterra que haya recursos y gente que quiera contar historias que durante treinta años ellos se han encargado de no contar. Sienten que es peligroso para ellos. No creo que sientan que es competencia.

También tiene (González) un montón de radios y es dueño de Circuito Alba, la cadena de cines más grande, que tiene salas en centros comerciales y en las cabeceras departamentales. Ellos tienen el control de la exhibición de cine y uno piensa que deberían ser los más interesados en que haya más películas guatemaltecas porque van a ser los que más plata van a ganar. Comparto el espíritu que debería haber una ley.

La ley de cine engavetada en el Congreso, ¿aportaría algo a romper con el monopolio audiovisual?

–En la ley de cine le dieron copy–paste a un montón de leyes de Sudamérica y no le dieron copy– paste a eso que es más importante. Ni siquiera se propone una cuota de pantalla. En Argentina obligan a proyectar los filmes nacionales, son drásticos y dramáticos, aunque no entre nadie y la sala esté vacía, la tienen que proyectar. No digo que aquí tenga que ser así, pero debería regularse. Y no cerrar los espacios, yo creo que ellos quieren tener el control. Y como siempre lo han tenido, van a tener una ley de cine en que se apropien de la directiva o algo similar.

Un instituto de cine, iniciativas del Ministerio de Educación o de Cultura… nunca ha habido interés o voluntad para hacerlo, en parte seguramente por  el compromiso que ya adquirieron con el mismo Ángel González, o incluso con los mismos canales de cable que ya tienen sus propios noticieros Antigua y Guatevisión, que tampoco cambian mucho de los otros noticieros.

¿Cómo evalúa las propuestas de los canales de cable?

–Ha habido momentos rescatables en que uno piensa que están siendo diferentes, pero no. Yo rescato “Las Inolvidables” de Guatevisión, ¡pero son cinco minutos a la semana! Y termina ese programa e inicia un programa de farándula que se llama “Rumores”, y ¡uno se vuelve a indignar!

Yo sé que hay que trabajar a todos los niveles, que hay de todo. Pero ¿realmente necesitamos un programa como “Rumores” en un país de hambre, de analfabetismo, de violencia extrema?

No hay ese compromiso social o esa coherencia de discurso de intención y todos pecan de eso, inclusive Guatevisión y Canal Antigua.

¿Es un asunto empresarial, económico o ideológico?

–Creo que es una decisión empresarial. Al final es por el dinero y por no querer escarbar lo suficiente o no querer escarbar. Creo que es ignorancia, tal vez hay casos ideológicos y el extremo, que al final me imagino sí influye mucho, es no querer abrir un debate democrático. También es falta de creatividad y pura ignorancia. Cualquiera sale haciendo un reportaje diciendo que es periodismo investigativo y ¡a la gente la confunde! Al que se le antoje decir lo que quiera, lo dice y la gente lo cree porque no hay parámetros de comparación, no hay diversidad de opiniones.

Yo me rehúso a creer que todas las marcas y todos los grandes capitales respaldan esta forma. Algo de inteligencia debe haber,  o de buenos sentimientos, de algunos empresarios que patrocinarían programas educativos y de debates más abiertos y más documentados. No sólo entretenimiento superficial o de repetición de programas pop enlatados.

¿Se pagan derechos por esos programas enlatados?

–¡Encima eso! Los piratas son todos ellos, todos piratean en Guatemala. Se roban los programas y se roban música para sus programas o sus noticieros o sus reportajes. Esta gente no se pone a pensar que en Guatemala hay un montón de músicos geniales sin trabajo y la gente se identificaría más.

Pero el problema es mucho más complejo y si no se invierte en cultura y educación, el Estado va a tener que estar llevando Incaparina siempre y el sufrimiento no va a cambiar nunca. Tiene que haber un cambio de política real y no esta pose y cambio de maquillaje que siempre se hace.

No hay políticas culturales reales.

–Portillo se llenaba la boca hablando de Kurosawa, por ejemplo, y algo apoyó en un par de proyectos. Colom, con lo de Ibermedia, tengo amigos que seguro perdieron años de vida, de estrés, porque no recibieron el apoyo que ya tenían asegurado y ya se habían endeudado y él no cumplió con hacer los pagos. Berger con la comisión de cine, y al final no pasa nada...

Es una política de censura, muy sutil, muy abstracta, muy disipada en el tiempo… Y los otros medios tampoco denuncian que el monopolio usa tácticas desleales para funcionar.

De allí puede ser útil la tarea de los documentalistas y cineastas independientes…

–Aunque lo tenemos todo en contra. La falta de presupuesto y al no más terminar la película ya te la piratearon. Tenés todo en contra y nada a tu favor. Es curioso, quizás por eso el cine está saliendo un poco encabronado.

¿Hay algún denominador común en el cine guatemalteco?

–Eso: ¡el encabronamiento! Pero eso está bien.

Creo que cuando Colom quedó de presidente, su primer viaje fue a Miami a reunirse con Ángel González y ese Congreso inmediatamente hizo una reducción de impuestos. Se han encargado de no usar sus canales para educar e informar sobre el amplio espectro de nuestra realidad porque vas a recibir  de premio la reducción de impuestos, es obvio. Y Otto Pérez seguramente, en uno de esos viajes, se reunió y hará lo mismo. Todo mal.

¿Cómo rompes con esa hegemonía mediática?

–Con el mismo cinismo de ellos, me imagino. Están ellos (los canales de Alba visión) en un mismo edificio, tomas ese mismo edificio y transmitís 24 horas cine guatemalteco, todas las películas de Comal, las de Julio (Hernández), lo que ha rescatado la cineteca, hasta los Moralejas, que son un poco resultado de esta historia. Y a ver qué dice el público de no ver el noticiero, la telenovela, la serie... Verá sus películas, sus lugares, sus gentes, su diálogos... sería lindo…  Pero, ya en serio, yo creo que poco a poco, como lo que estamos haciendo en Pirata TV, o este documental que preparamos para denunciar que la mitad es monopolio y la otra mitad es superficial, son igual de pecadores. Con nuestro mínimo presupuesto hemos logrado demostrar que se puede hacer otro tipo de producciones.

Se complica la distribución, supongo.

–Es lo chilero del dvd: tiene poderes mágicos, se reproduce solo y viaja distancias larguísimas, se puede compartir y se puede ver varias veces, tenemos esa ventaja con la televisión. El problema es otra vez la economía guatemalteca que no todos tienen dvd player, sólo hay cines en centros comerciales, en las cabeceras donde hay más capital. Pero el cine se ha vuelto un salón con dvd y todos llegan –dos quetzales cuesta en Rabinal–, hay veinte o cincuenta personas viendo simultáneamente. Les copiamos, o les robamos, a los piratas su estrategia  y su nombre. En nuestro programa los usamos a algunos de ellos como presentadores.

La única manera de tener acceso a materiales culturales, en muchos casos, es a través de la piratería, existe esa dinámica. Al final no es de combatir la piratería, o ganarles, si no aprovechar su sistema. Es curioso cómo el monopolio, teniendo tanto poder, podría hacer tantas maravillas, pero decide no hacerlo. El monopolio va a perder su poder con la televisión satelital, pero, mientras tanto, han influido de manera determinante en la política guatemalteca, pero demasiado…

El cuate que dijo que Ángel González es “el ángel de la democracia”, mintió. En realidad es el “tumor de la democracia”.

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