El asunto es que me di cuenta de que un remanente de sonido quedaba en mis oídos después de que los violines hubieran parado de sonar. Y, pensándolo bien, no era la primera vez que me pasaba. Lo que no podía recordar era con qué sonidos me había pasado antes.
Tenía el suficiente tiempo libre como para buscar en Internet si esto era algo común. Y por supuesto que lo es. Los japoneses hasta tienen una palabra para eso. No la escribo acá por varias razones. La primera es que mi teclado, mi vida en general, es demasiado occidental como para intentar escribir en japonés. La segunda es que, aunque tiene una manera de escribirse con nuestro alfabeto, no sé si la sabría pronunciar y me desagrada escribir cosas que no sé pronunciar. Y la tercera es que, aunque la repetí mentalmente para recordarla, al final se me olvidó, cosa que no habría pasado si la hubiera podido pronunciar o escribir.
Intenté recordar todos los sonidos que se me ocurrían. El sonido de una bala, pensé. Supongo que también debe pasar con el sonido de las balas. Y lo supongo no porque nunca haya escuchado una bala, sino porque nunca he escuchado una bala cerca, al lado, detrás de mí, persiguiéndome, alcanzándome. ¿Habrá alguien en este país que nunca haya escuchado una bala? El sonido del agua, los motores, los aplausos, los pasos, las explosiones, los gritos. ¿Qué tan fuerte tendría que ser un grito para que el sonido quede en mis oídos aun cuando la persona ya no está gritando? Tal vez no depende de la intensidad del grito, sino de por qué la persona dejo de gritar.
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Tal vez la memoria tiene sonido y es eso lo que escuchamos cuando ya no se escucha nada. Tal vez ese sonido después del sonido es lo que mantiene viva la memoria. Y tal vez estemos condenados a escucharlo hasta que todos podamos recordar. La clase de violín terminó hace un rato, pero el sonido en mis oídos no se ha ido por completo.
Si un sonido dura, qué se yo, digamos, unos 36 años o más, más, tal vez más (nunca he sabido calcular bien el tiempo; 36 años puede ser mucho o poco, según lo que estemos haciendo), ¿cuánto tiempo se seguiría escuchando el remanente de ese sonido? ¿22 años? Más, más, más, más. Tiene que ser más.
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