Barrientos agrega que, «en materia de recurso humano, para alcanzar esa meta no se trata solo de limpiar de corruptos la institución, ya que, además, estos corruptos deben ser reemplazados por profesionales técnicos probos, experimentados y especializados en temas complejos, propios de la administración tributaria. En esta institución es tan difícil y complicado detectar y remover a un trabajador corrupto como reemplazarlo por uno probo y capaz».
Llama la atención el razonamie...
Barrientos agrega que, «en materia de recurso humano, para alcanzar esa meta no se trata solo de limpiar de corruptos la institución, ya que, además, estos corruptos deben ser reemplazados por profesionales técnicos probos, experimentados y especializados en temas complejos, propios de la administración tributaria. En esta institución es tan difícil y complicado detectar y remover a un trabajador corrupto como reemplazarlo por uno probo y capaz».
Llama la atención el razonamiento de esta columna, ya que el argumento de sacar corruptos por a saber quién es el mismo de una columna del matemático del año 2012, cuando se hizo un intento por depurar la institución y el matemático defendió de forma vehemente a las personas que se despidieron en esa ocasión, que fueron contratadas de nuevo y se formaron bajo el auspicio del Minfín de ese entonces. Son equipos que retomaron la institución y cuyos resultados aún estamos descubriendo. Siempre quedó la duda de si tales afirmaciones se debieron a falta de conocimiento o a una empatía natural por las personas despedidas, después recontratadas y hoy de nuevo despedidas (por haber trabajado tanto tiempo juntos cuando Barrientos desempeñó el cargo de viceministro).
Se plantea el petate del muerto afirmando que «la limpieza de corruptos trae consigo el riesgo de captura de la institución, pues, al reemplazar funcionarios y empleados, ¿de dónde vendrán los nuevos?». Realmente resulta dudoso el interés por mitigar el proceso de limpieza de la institución, que es urgente. ¿Por qué la solicitud de gradualidad ante la corrupción?
Los primeros pasos dados en tan corto tiempo en materia de limpieza del nuevo jefe de la SAT son alentadores y ya tienen impacto en los empleados probos (una buena parte de la institución), que ya levantan la moral y dan señales claras. El nuevo jefe de la SAT no puede trabajar con una institución totalmente cooptada y lo sabe. No existe ninguna contradicción entre sanear la institución y levantar la recaudación. Es una falacia de argumento pobre. No hay tiempo para tibiezas.
La SAT no va a alcanzar las metas por diversas razones. Una de ellas es la estimación del crecimiento económico, que, para variar, es muy optimista. Estamos a la puerta de otra gran crisis y recesión global, y la desaceleración ya se inició.
La otra es que la institución está profundamente debilitada por la desarticulación a partir de marzo de 2013 (implementada obedientemente por un jefe interino títere que en dos meses destituyó en su totalidad a los cuerpos gerenciales, inició el declive de la recaudación y les abrió la puerta a las estructuras), con lo cual se corrobora que el enfoque de limpieza, ante todo, es correcto.
Más de este autor