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Aquí no se perdona a nadie

Tipo de Nota: 
Editorial

Aquí no se perdona a nadie

No es difícil imaginar sus caras y sus gestos mientras, en medio de un huracán de reacciones furibundas, reparaban en la gravedad de lo que habían tratado de consumar.

La de Jimmy Morales, por ejemplo. Enfática, exagerada y vacía como la mirada de un maniquí.

La de Jafeth Cabrera, con su mueca tipo Jabba the Hutt.

La de Orlando Blanco, la de Javier Hernández, la tontuna de Villate, la cínica de Taracena, la marmórea de Quej, la torva de Galdámez o la del insustancial Giordano.

La perturbación de Delia Back.

El asombro impertérrito de Carlos Barreda o plañidero de Ronald Arango.

El lento entendimiento ...

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