Ir
Simpatizantes del binomio presidencial esperan frente al Palacio Nacional el discurso de Arévalo y Herrera./ Eduardo Say

Entre incertidumbre, baile y fuegos artificiales: así se esperó en la Plaza Central el discurso de Karin y Bernardo

«Lo que no han podido robarnos es la alegría, porque aquí ha habido baile, movimiento, diálogo y platica»
Tipo de Nota: 
Información

Entre incertidumbre, baile y fuegos artificiales: así se esperó en la Plaza Central el discurso de Karin y Bernardo

Historia completa Temas clave

En el corazón de la ciudad está la Plaza de la Constitución, conocida también como Parque Central, Plaza de Armas y más recientemente Plaza de las Niñas. Este espacio físico, que sigue contemplando la estructura de iglesia, gobierno y portal, ha sido testigo silente de varios acontecimientos históricos, pero nunca de un hito como la jornada del 14 de enero de 2024.

La Plaza de las Niñas está construida sobre las ruinas del lugar donde hace más de 200 años se firmó la independencia de Centroamérica. Ahí mismo, en septiembre de 1980, una bomba detonó causando la muerte de siete personas y 35 años después, en 2015, fue el punto de reunión para las protestas que exigieron la renuncia de Otto Pérez Molina. El 14 de enero de 2024, a esa misma Plaza se le designó como uno de los  sitios para celebrar la investidura presidencial de Bernardo Arévalo.

El Gobierno entrante le nombró «Guatemala Avanza, toma de posesión con el pueblo». El programa incluía varios conciertos, incluso se esperaba que terminara con una fiesta luego del discurso de Arévalo ya investido como presidente. Lo que no se contemplaba era la incertidumbre ni el atraso de nueve horas que sufrió la programación. Como el camino en la contienda electoral del recién nombrado presidente, ese día estuvo lleno de sorpresas.

Bailar para liberar tensiones

A las tres de la tarde los ánimos afuera del Congreso empezaron a elevarse. Algunos manifestantes quitaron la valla de seguridad que les impedía acercarse a Casa Larrazabal. Policías nacionales civiles, antimotines y policías militares estaban distribuidos en las intersecciones desde la octava hasta la décima avenida de la zona uno, pero al caminar en dirección a la Plaza, los ánimos aunque igual de inciertos, tenían un fondo de cumbia.

Frente a la fuente de la Plaza, desde dos torres de metal de las que usan para los conciertos, se documentaba lo que pasaba abajo y se controlaba el sonido. Frente al Palacio de la Cultura había un escenario que abarcaba toda la fachada del edificio. A los lados, dos pantallas gigantes mostraban de cerca a los músicos. Las personas bailaban, bebían cerveza y agitaban banderas y pancartas.

Aunque el ambiente era incierto por el retraso en el nombramiento de diputados y Junta Directiva del Congreso, que luego permitiría dar posesión al presidente electo, las personas trataban de mantener el ánimo e incluso se lo deseaban a Arévalo.

En uno de los carteles se podía leer «Ánimo, Tío Bernie». Lo sostenía Mario Díaz, que viajó desde Champerico, Retalhuleu para escuchar el discurso en la Plaza y dijo: «nuestro deseo es esperar y ver que él tome posesión y nos quedaremos aquí hasta que eso se pueda lograr. Estaremos aquí hasta que él pueda sentarse y decir que es nuestro nuevo presidente».

Mario ya había contemplado acudir a la Plaza, pero el desasosiego en el ambiente le motivó a hacer la pancarta: «viendo lo que los corruptos están tratando que nuestro presidente Arévalo no tome la presidencia, pues es para que él sienta que el pueblo de Guatemala está con él. Eso nos inspiró a hacer este cartel, para poder darle ese ánimo».

Cuatro horas más tarde comenzó la juramentación de la X legislatura del Congreso de la República. En la Plaza, las personas disfrutaban la música del Vampiro Sabanero, que de pronto se interrumpió para ver la transmisión en vivo del Congreso. Comenzaron a nombrar a los 160  nuevos diputados y la Plaza se convirtió de pronto en una gran sala familiar. Ese vínculo de cercanía  que a veces se siente también en un partido de fútbol permitía abuchear e incluso insultar cuando en pantalla aparecían personajes como Allan Rodríguez, Sandra Jovel o Shirley Rivera. A veces ni siquiera era necesario verles, solo escuchar su nombre. También se escuchaban aplausos y gritos con los nombres de Sonia Gutiérrez, Samuel Pérez o Andrea Villagran.

Aún con toda la tensión, como si se tratara de una final del mundial definida en penales, también había espacio para las risas. Como cuando el presidente de la junta provisional de debates confundía nombres o se equivocaba al leer.

«No han podido robarnos la alegría»

Los ánimos mejoraron después de la juramentación, las personas comenzaron a moverse para comprar comida en los lugares cercanos y pronto empezó a tocar la banda FM de Zacapa. Algunas personas se sentaron a la mitad de la pista de baile improvisada o en sus alrededores. En ocasiones se seguía mostrando la transmisión del Congreso, sin sonido. También enfocaban las caras de los asistentes, que sonreían al reconocerse en las pantallas gigantes, saludaban o mostraban a sus mascotas. La alerta continuaba, pero había un momento para descansar.

Un rumor empezó a crecer después de las nueve y media:  «Muchá, ganó Samuel Pérez», «Samuel es el presidente del Congreso». Las expresiones de sorpresa y confusión se fueron propagando como un bostezo y la sorpresa se transformó en coro: «sí se pudo, sí se pudo».

Mientras las banderas ondeaban, quiénes descansaban en el suelo  se levantaban para ser parte del momento. Mónica Sarmientos, quien conducía el evento, tomó entonces el micrófono para anunciar la victoria de la planilla dos. «Me mandaron a decirles esto, a ver si entendí bien: el diputado Samuel Pérez estaba en la planilla número dos y la planilla número dos ganó la junta directiva. ¡Está lista la junta!» La duda se podía escuchar en su voz pues nunca mencionó que Pérez sería nombrado presidente del Congreso.

Minutos después, mientras la FM de Zacapa tocaba Oh Mariana, las pantallas mostraban a la Junta Directiva recién electa. Los gritos y aplausos crecían y al llegar a la quinta secretaria, Sonia Gutierrez Raguay, llegaron a su punto máximo.

Había muchas emociones en el medio, una era la duda. No quedaba muy claro cómo varios diputados del partido Semilla podían estar en la Junta Directiva si hasta ese momento eran independientes.

El acuerdo 1-2024 es el documento donde la IX legislatura da paso a la siguiente. En esta también se específica el caso del diputado Julio Héctor Estrada y el de la suspensión del partido Movimiento Semilla.

Para la Junta Directiva fue electa la planilla 2, liderada por Samuel Pérez. Inmediatamente luego de la elección, fue sometida a votación la aprobación de moción privilegiada,  reforma del acuerdo 1-2024, con 93 votos a favor y 66 en contra.

Para Elena Caal, una mujer maya q’eqchi que llegó el sábado desde Alta Verapaz, para acuerpar la resistencia frente a la sede del Ministerio Público, el día empezó temprano acompañando a la diputada Sonia Gutiérrez en su camino al Congreso y estuvo lleno de muchas emociones: «estábamos muy conmovidas. Primero es la única mujer que nos va a representar, una mujer maya. Entonces había tristeza y alegría. Cuando nos fuimos juntando aquí en la Plaza pasamos por diferentes emociones, desde enojo hasta miedo, porque temprano habían varios helicópteros sobrevolando. Y luego encontrarnos con rostros que ya llevamos varios años defendiendo los derechos colectivos, eso nos da mucho ánimo».

«Para los pueblos originarios hoy (14 de enero del 2024) es el día Imox, el día de la locura. Hay muchas emociones moviéndose en el ambiente» explicó Elena y añadió:  «lo que no han podido robarnos es la alegría, porque aquí ha habido baile, movimiento, diálogo y platica».

[frasepzp1]

Elena forma parte de un grupo de personas de distintos territorios que llegaron a la ciudad para la toma de posesión y acordaron esperar hasta el discurso de Bernardo Arévalo. A eso de las 23 horas las autoridades ancestrales dieron una conferencia de prensa en donde pedían a la población no romantizar al nuevo gobierno. «Hacemos un llamado al pueblo de Guatemala a no romantizar el proceso. Todo lo contrario, exigimos que el gobierno, los diputados y todos los funcionarios asuman con responsabilidad su mandato. Y recordarles que estaremos permanentemente pendientes de sus actos». Luego de eso se celebró  una ceremonia maya para agradecer el camino recorrido y para recordar la disposición e iniciativa de las autoridades ancestrales.

Las emociones durante la espera

Migdalia Leiva fue a la Plaza con su perro. Bailaba pero se detuvo para observar la juramentación de la Junta Directiva del Congreso. El merengue que sonaba de fondo no importó, el momento ameritaba calma y Migdalia sonreía y se tomaba la cara con un gesto de incredulidad.

«Tengo ganas de llorar porque ellos vienen desde muy abajo» dijo refiriéndose a los diputados de Semilla. Y respecto a sus expectativas sobre el nuevo gobierno: «solo queremos que se comprometan a cumplirnos, queremos unos funcionarios que entiendan cómo funciona esta sociedad. Que se involucren, que participen, que caminen con nosotros».

Atenta a todo lo que pasaba en las pantallas también estaba Odilia Domingo, una mujer mam que viajó casi seis horas desde San Miguel Ixtahuacán, San Marcos. «Estoy muy emocionada, no había vivido algo así, hasta ahora es mi primera experiencia de estar en la capital. Abandoné a mi esposo y a mis hijos porque quiero que florezca Guatemala, que haya primavera» dijo entre risas.

También cuenta que al inicio estaba triste y decepcionada . «No me estaba gustando la forma en la que se estaba llevando el proceso, pero gracias a Dios se fue solventando todo. Estamos aquí hasta ver al presidente investido y que cumpla con sus palabras. Eso es lo que queremos como pueblo mam de San Marcos».

Como final de temporada: el acto de investidura

El 14 de enero se veía lejano, incluso ese mismo día, pues tras los resultados de las elecciones del 25 de junio se desbordó un río de sorpresas en los intentos continuados por impedir la toma de posesión del binomio electo, que finalmente empezó en la fecha prevista pero terminó en los primeros minutos del día siguiente.

Digno de un final de temporada, en la Plaza las personas aplaudieron al ver en la pantalla a la Vicepresidenta Karin Herrera acompañada de sus hijos, seguida de Bernardo Arévalo junto a su esposa, la doctora Lucrecia Peinado. Los aplausos se extinguieron con la imagen del ex vicepresidente Guillermo Castillo.

Luego del himno nacional, Samuel Pérez anunció que el ex presidente, Alejandro Giammattei (quien no asistió), envió las insignias de mando al Congreso. En el teatro se escuchó que algunos presentes gritaron «cobarde». Mientras en la Plaza desfilaron algunos insultos.

A los 20 minutos del 15 de enero del 2024 el presidente del Congreso, Samuel Pérez, invistió al presidente Arévalo. En la Plaza hubo fuegos artificiales y lágrimas. «Queda usted legal, legítima y solemnemente en posesión del cargo de Presidente de Guatemala para el período constitucional 2024-2028».

En la Plaza había banderas ondeando y personas sonriendo como si no hubiesen esperado allí y de pie más de ocho horas. De nuevo se escuchó el «¡sí se pudo» mientras Pérez colocaba la banda presidencial, el collar de jade y plata y el pin presidencial. Con cada uno de estos símbolos las personas aplaudían, saltaban y gritaban de alegría. Lo mismo ocurrió cuando llegó el momento de Karin Herrara.

Las personas escucharon atentamente las primeras palabras de Bernardo Arévalo como Presidente. No se escuchaban murmullos, había silencio y atención. Luego de casi una hora y media el acto protocolario terminó para dar paso al siguiente punto en la agenda del Presidente. Una visita al plantón en el Ministerio Público en el barrio Gerona, epicentro de la resistencia de los pueblos originarios. Esta parada también fue transmitida en las pantallas de la Plaza.

Los ánimos no decayeron, se sabía que el siguiente punto sería el discurso desde el balcón del Palacio de la Cultura.

[relacionadapzp1]

Los necios de la esperanza

«Millones de luces se han encendido en nuestra larga noche y nos alumbran. La primavera canta», la voz de la escritora Carolina Escobar Sarti atravesó la Plaza minutos antes del discurso de Arévalo. Luego la atención fue puesta en cuatro personas que representaban a los cuatro pueblos y dijeron en cada uno de sus idiomas un mensaje que hacía alusión a un gobierno de unidad y esperanza. Luego, como si fuese la celebración de un año nuevo o el final de un concierto, empezó la pirotecnia.

«Buenos días, bienvenidos a la toma de posesión con el pueblo. Les saludo desde esta plaza, el mismo lugar donde por años hemos expresado el anhelo de tener un gobierno que se preocupe por su gente. Hoy me dirijo a ustedes como su vicepresidente», Karin Herrera fue la primera en dirigirse a la cansada multitud. La recibieron con aplausos, lágrimas y  alegría.

En su discurso la vicepresidenta recordó su paso por la educación pública. La manera en la que fue testigo del esfuerzo de sus padres y la desigualdad que pudo observar. Habló también de  la Usac: «mi corazón está en la educación pública, en la educación pública de calidad. En la Usac, en las escuelas públicas, en los institutos públicos. En las posibilidades que la educación le abre a la juventud para salir adelante». Mientras Karin Herrara decía esta frase, varios jóvenes comenzaron a decir «Karin querida, vos sos la preferida».

Herrera también se dirigió a los jóvenes, los pueblos originarios, las mujeres y a las niñas. Las nombró como voces que se levantaron y aseguró que fueron escuchadas. Además afirmó que la ciencia estará al servicio de las personas más excluidas. Su prioridad, dijo, será fortalecer las políticas de infancia y juventud y también reconoció las dificultades para realizarlo.

Expresó que habrá diálogo, que las puertas del Palacio Nacional estarán abiertas. Después de 15 minutos terminó diciendo: «Muchas gracias Guatemala porque a partir de hoy construiremos una nueva historia».

Una ventana que esperó abierta

Desde el inicio de la jornada, la ventana central del Palacio de Cultura estuvo abierta. Desde fuera se podían ver los micrófonos que, como las personas en la Plaza, esperaban.

Al asomarse por la ventana, ya pasadas las tres de la mañana, una Plaza cansada, pero emocionada celebró el encuentro. El discurso empezó con energía y emoción, aunque el semblante de Arévalo siempre se mantuvo tranquilo. Su voz sonaba calmada, pero firme.

«Debemos superar obstáculos significativos para liberar al Estado de aquellos que lo han capturado para utilizarlo como botín propio. ¡Ya no más corruptos! ¡Ya no más corrupción!» La voz del presidente electo daba espacio a los aplausos de aprobación. Las personas escucharon, aplaudieron y gritaron con alegría tras las palabras del presidente.

Ocurrió cuando mencionó a las autoridades ancestrales. «Quiero asegurarles que nuestro gobierno hará todos los esfuerzos necesarios para avanzar sin dejarlos atrás, para escucharlos y hacerles partícipes en la toma de decisiones,  para reconocerlos y aprender diariamente de su sabiduría ancestral». También cuando recordó a Lucrecia Hernández Mack.

Hizo también un recorrido por los proyectos que su plan de gobierno incluyó, como la construcción del Sistema Metropolitano de Transporte, la conservación ambiental, la integración de migrantes y el desarrollo de sus comunidades de origen.

«Con fe en ustedes, con optimismo, e infinita fe en nuestro glorioso porvenir les digo, avancemos hacia adelante. Construyamos juntos, unidos y en armonía esa Guatemala mejor que nos merecemos y nos hemos ganado en esta gesta democrática, defendiendo la democracia. ¡Muchas gracias, pueblo de Guatemala!»

En pocos minutos la Plaza fue vaciándose, de fondo sonaba  «El rey Quiché», la misma melodía que Álvaro Colom instauró en lugar de la granadera para los eventos protocolarios. Ya sin incertidumbre y habiendo escuchado al presidente Arévalo la misión estaba completa.

La posibilidad de que amanezca

Ixmukané Alvárez se cubría con un poncho que no le impidió aplaudir con fuerza cuando terminó el discurso.  Esta mujer maya kaqchikel llegó a la ciudad a las seis de la mañana desde San Martín Jilotepeque, Chimaltenango. Dice que no recuerda alguna toma de posesión reciente parecida a la que acaba de vivir. «Era tan aburrido verlo y escucharlo por la televisión que yo no le ponía mucha atención. Pero creo que hoy hay esperanza, hay posibilidades de que amanezca para los cuatro pueblos, para los ciudadanos y creo que especialmente para las nuevas generaciones».

Aunque sintió emoción al momento de la investidura, explica que hay que tener claro que el pueblo estará observando las acciones del nuevo gobierno. «Hoy se inicia un precedente como la semilla. La semilla germina y el fruto no es de inmediato, entonces dependiendo, qué fruto sea lo tendremos muchos años después.Para mí esto es importante porque estamos empezando a confiar, a sembrar, pero también tenemos que cuidar lo que estamos sembrando».

Autor
Autor