En la última encuesta, Zury Ríos (ZR) y Thelma Aldana (TA) acumulaban el 25.4 % de preferencia. Por otra parte, la mitad de los encuestados decían que nunca votarían por Sandra Torres (ST).
De lo anterior se desprende que, con altísima probabilidad, quienes pensaban votar por las candidatas descalificadas no se irán al campamento de la UNE. Entonces, ¡una de cada cuatro personas en Guatemala se quedó sin quien votar!
Puede considerar el voto nulo para que las elecciones se repitan, pero ello significa que el grupo debe duplicarse para llegar a la mayoría absoluta. Eso es altamente improbable. Además, si se repiten, será entre candidaturas punteras. Nos dieron atol con el dedo.
También puede emitir voto nulo para mostrar su malestar. Bien, ya lo demostró, pero ¿se ganó algo para el país? No.
Analicemos los dos escenarios más obvios:
1) Puede votar en blanco, nulo, o no votar, pero tiene que resignarse a soportar al presidente, a los diputados y a los alcaldes que resulten electos. Y sin quejarse, pues pudo haber hecho algo más y no lo hizo.
2) Puede votar por alguien cuya propuesta política se acerque a lo que ofrecía su candidata descalificada.
¿Hay otras opciones? Creo que sí.
Ninguna de las candidatas podrá endosarle sus votos a alguien más. TA expresó su preferencia personal por una candidata, pero esa no fue decisión del partido. ZR no ha apoyado a nadie.
Si dividiéramos el electorado huérfano en pro- y anti-Cicig, las listas de candidatos alternos quedan claras. El problema es que el caudal de TA y ZR se diluirá entre varios partidos y que eso no lanzará a nadie a la segunda vuelta. No ha surgido quien pueda reencauzar el voto desilusionado. Puede votar por quien esté capitalizando con más claridad el apoyo de su candidata excluida. Y recuerde: hay candidaturas en ambos grupos que no tienen ninguna probabilidad de pasar a segunda vuelta, así que no desperdicie su voto por ahí.
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Queda un asunto muy importante: los diputados que están amarrados a la cantidad de votos que obtenga la candidatura presidencial. Le recuerdo que al votar para presidente también está eligiendo a un buen número de congresistas (sin conocerlos o votar por ellos). Su proyecto podría ser el establecimiento de una bancada mayoritaria que haga oposición (o lo contrario). Entonces, cuando vote en la papeleta presidencial, piense también en diputaciones. De esa manera estará rescatando parte de su intención de voto. ¡Use ese poder! ¡Todavía puede influir en la conformación del Congreso!
También tiene una segunda oportunidad para mejorar el Legislativo, pues recibirá dos papeletas para diputados. Asegúrese de poner allí a personas que puedan representar su agenda pro- o anticorrupción.
Hasta aquí llevamos tres papeletas. Restan la de alcalde y la del Parlamento Centroamericano (en ambas gana la mayoría relativa). La alcaldía es un tema local. Haga lo que haga, habrá alcalde y a nadie le importará con cuántos votos ganó. Su voto nulo no significa nada para el municipio (como sí puede significar en la elección presidencial). Usted podría votar por su grupo favorito o también colocar concejales de los partidos o comités minoritarios. Con eso al menos tendría pluralidad en su próximo gobierno municipal.
En cuanto al Parlamento Centroamericano, si a usted le parece que es innecesario o inoperante, aquí su voto nulo puede pasar un mensaje claro y facilitarle las cosas al Gobierno si se generara alguna discusión sobre reformas a este componente de la integración centroamericana.
Por sobre todo, no venda su conciencia. No se deje comprar con cancioncitas, guacales o cajitas de pollo. Por cada lámina que le regalen, ellos se levantarán una casa. Respétese y dele una oportunidad a esta sufrida Guatemalita.
Para finalizar, ¿sabe cuándo sí serviría de mucho su voto nulo? En la segunda vuelta. Una presidencia de gobierno que gana con más votos en contra que a favor llega con un signo de impopularidad en la frente, y eso influye en las decisiones internas y externas.
Vote con conciencia y estrategia. Vote con la cabeza, y no con el hígado.
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