El estudio

¿Qué alimenta el miedo?

Capítulo #6

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Suandi Estrada

El estudio

¿Qué alimenta el miedo?

Capítulo #6

Texto: Alejandra Colom
Edición: Enrique Naveda
Ilustración: Suandi Estrada

La lectura de los participantes respecto a por qué el miedo a ser vinculados a corrupción se expandió tan rápidamente entre la élite fue, en primer lugar, la incredulidad de poderse ver afectados por las investigaciones, seguida del choque de no recibir un trato diferenciado, como el que históricamente habían obtenido de parte del Estado.

Una de las participantes explica cómo, cuando alguien del público la confrontó en un evento, ella trató de entender el origen de la virulencia:

El señor perdió completamente los estribos, me estaba gritando así, y fue en público. […] Y yo, así me recuerdo que le dije: “Pero ¿qué es lo que hemos dicho?, ¿qué le parece a usted que no es cierto [respecto a los reportajes sobre los casos de corrupción]?” O sea, yo traté como que “díganos cuáles”. (Y él): “Solo es que nos están poniendo a nosotros como criminales”. Y yo: “¿En dónde?”. Él estaba fuera de sí. Y yo lo que pensé: “es que este es un señor que desde que era así [muestra con la mano la talla de un niño de tres o cuatro años] le dijeron: «Sí, patrón»”. (Participante 9).

Los empresarios reunidos en la megasala del organismo judicial durante un receso de la audiencia, por el caso Financiamiento Ilícito, en junio 2018. Simone Dalmasso

Varios añadieron que el miedo a verse vinculados en casos de corrupción se mezcló con un miedo más antiguo: el de verse ligados a casos del conflicto armado interno, especialmente a los ocurridos durante el mandato del general Ríos Montt. Esto generó una paranoia aprovechada por personas que querían paralizar cualquier apoyo a la lucha contra la corrupción (participantes 1 y 3). Algunos compararon el miedo del período 2015-2019 de que se descubrieran “colas machucadas” al que se sintió durante el juicio por genocidio. Esta sensación de persecución injusta afectó en particular a empresarios cuyas familias se vieron afectadas directamente por el conflicto armado.

Reactivaron un chip [del miedo al comunismo] que nunca se eliminó del todo… Lo que me ha permitido estos años es conocer también el lado de estos finqueros que sufrieron muerte de sus familiares por parte de la guerrilla, que sufrieron quema de sus casas, secuestros y situaciones peligrosas, y que creo que la sociedad no les permitió a ellos también hacer su catarsis. Entonces, esos sentimientos de rechazo o de dolor o de odio que les quedaron del conflicto se revivieron ahorita. Esa sería mi lectura a posteriori. (Participante 6).

Al discutir sobre la vulnerabilidad de las personas a creer los chismes y rumores, se habló de la falta generalizada de juicio crítico, y cómo esto permite que permeen ideas que, bajo análisis, son ilógicas o sumamente improbables.

El empresario Ricardo Méndez Ruiz, presidente de la Fundación contra el Terrorismo, participa en la Marcha Pro Vida, en septiembre 2018. Simone Dalmasso

Se creen todo lo que les dicen en los grupos [de WhatsApp]. No tienen, no tenemos juicio crítico. Entonces a mí me dicen una información y yo por lo menos pregunto “¿será?”, me voy para el otro lado y pregunto. (Participante 8).

El meter el tema “son comunistas”. La ONU es comunista y entonces la CICIG es comunista, [Antonio] Guterres es comunista, entonces es ir metiendo miedo. Y sí, hay un sector de pequeña empresa o que ha ido creciendo, que no viene de élites de tradición, sino que está incursionando en eso, como yo posiblemente. Pero [mientras] que a mí no me va a babosear como el comunismo, allí (en el sector empresarial emergente) hay gente que sí (lo cree). (Participante 1).

Mientras que los generadores de estas cadenas de WhatsApp no son siempre identificados, en algunos casos los participantes sí sabían de dónde venía la virulencia asociada al rechazo a la CICIG.

La virulencia, en este caso preciso, viene de alguien a quien la lucha contra la corrupción le afectó directamente… Mi lectura es que la virulencia viene directamente del miedo a ser descubiertos en los negocios que sabían que habían hecho que no eran legales. (Participante 6).

Un funcionario público entra esposado a torre de tribunales para una audiencia del caso Cooptación del Estado, en junio 2016. Simone Dalmasso

Otra participante contó una historia similar, de cómo perdió un cliente que, de haberse continuado los procesos de CICIG, probablemente hubiera resultado implicado. El pánico entre el sector privado se azuzó al enfatizar que a todos “les podían encontrar algo”, pues en algún momento habían dado dinero para campañas políticas, o habían “hecho algo sobre la devolución del IVA” y, para entonces, era difícil revertir la convicción de que todos irían presos.

Las personas que trabajaban en medios de comunicación debieron adaptarse a la pérdida de pauta y a las amenazas recurrentes. En el sector privado quedó únicamente el Frente Ciudadano contra la Corrupción (Toc, Contreras y EFE, 2018), conformado a finales de febrero de 2018 y cuya foto trajo consecuencias negativas importantes para varias de las personas que figuraron en ella. Para varios, la CICIG y el MP no fueron suficientemente estratégicos en cuanto al número de casos que decidieron abrir casi al mismo tiempo. Subestimaron a las élites y el poder que éstas tenían de neutralizar el apoyo de un grupo de empresarios y periodistas que cada vez se hizo más pequeño.

Thelma Aldana e Iván Velasquez durante una rueda de prensa en el Ministerio Público, explicando el caso de financiación ilícita del partido FCN Nación, en abril 2018. Simone Dalmasso

Y lo que sí es cierto es que Iván y Thelma… empe­zaron a disparar en 360 grados y ya no había nadie que se pudiera sentir, digamos, a salvo. Y entonces perdieron a muchísimos aliados e incluso [menciona el nombre de empresarios que apoyaron a CICIG] empe­zaron a sentir: “estos señores no me están dejando de dónde agarrarme para defender frente a mi sector lo que aquí está ocurriendo”. (Participante 4).

Yo sé que al mismo tiempo un grupo de personas estaba viniendo a Washington tal vez con un mensaje más conciliador, más progresista, pero yo siempre digo que, de parte mía y de nosotros, estábamos vién­dolo muy distinto, porque el mundo era, ya verdade­ramente teníamos una situación que se había salido de control, en donde había un componente ideológico que estaba manejando el barco de un lado y estaba llevándonos a empujarnos hacia otro extremo ideológico con el que yo siempre he dicho, no me encantan los extremos prefiero estar más en el centro, pero tenía que darme cuenta de que el extremo opuesto sí no estaba para nada en mi cancha ni a mi favor. (Participante 14).

Una participante ilustra “como metieron miedo de que venían los venezolanos y que nos iban a volver comunistas, utilizando todo ese tipo de información como de miedo… le metieron miedo [al sector privado] y entonces, ante el miedo, la gente reaccionaba.” (Participante 6). El miedo a “ser otra Venezuela” lo ilustra otra participante que comparte: “los oí decir que los venezolanos estaban en la embajada y que iban a meterse a la manifestación [refiriéndose al paro a raíz de la declaratoria de persona non grata en 2017] y que por eso no teníamos que salir. Había habido una pelea [sobre salir o no] y ahí se acabó la discusión.” (Participante 8).

Iván Velasquez en la sede del Congreso de la República, en agosto 2016. Simone Dalmasso

La lectura de varios participantes fue que el comisionado Iván Velásquez no entendió la cultura de las élites empresariales tradicionales y volcó a todos en contra rápidamente. Varios participantes reflexio­naron sobre el error que ellos mismos cometieron al no haber sido más críticos de la CICIG en el momento cuando parecía que su estrategia era atravesada por el sentimiento de que era intocable. La sensación que muchos sintieron en el 2015, de que finalmente se podía dar un gran salto para resolver problemas históricos de falta de certeza jurídica, en retrospectiva, fue catalogada de ingenua.

Sí hubo una oportunidad, pero también creo que vimos cosas que queríamos ver y en un momento creo que es esa ansia que le da a todas las generaciones de que los cambios sucedan en su generación de no ver, digamos, [la ventaja de cambiar] en pasos incrementales, y [querer] ver saltos cualitativos. (Participante 2).

Las condiciones en las que iniciaron los cambios en 2015 se dieron muy rápido, cuando aún no existía un movimiento organizado unificador, ni tiempo para que algunos de los liderazgos que surgieron ese año participaran en esas elecciones.

El mensaje de las protestas se disipó, [ese] que sí era orgánico, como que se abrió, se disipó, se disolvió, se calló. Es una buena pregunta la tuya [sobre qué faltó para mantener el momentum]. No tengo respuesta, pero pienso que el factor de acceso al poder y a los recursos es determinante. (Participante 5).

Manifestación de protesta en contra del gobierno de Jimmy Morales, la noche antes de las celebraciones de las fiestas patrias, el 14 de septiembre 2017. Simone Dalmasso

Yo también estoy pasando por mi proceso de autocrítica y de reflexión respecto a cuán ingenuo fui, y tan poco cuestionador, también, del propio proceso de CICIG y de lucha contra la impunidad y la corrupción, en el sentido que en algún momento llegamos a sentir que habíamos tomado el cielo por asalto. Y entonces ahí uno, ¡qué ingenuo fui! Y, además, qué poco sólido en términos de entendi­miento respecto a que por la vía penal difícilmente logras revolucionar o modificar a una sociedad. (Participante 4).

Haber elegido mecanismos de conciliación y resolución de problemas tributarios, por ejemplo, fue visto como una oportunidad perdida por algunos participantes que consideraron que se judicializaron y mediatizaron innecesariamente casos que podrían haberse resuelto más fácilmente por medio del diálogo y mediación. La reflexión sobre otras estrategias posibles que pudieron mantener el apoyo hacia la CICIG y el MP han alimentado las decisiones que los participantes han tomado sobre si, y cómo, continuar involucrados en temas de país. Un elemento que se reconoce como complicado a resolver es el de cómo sobrevivir económica y socialmente en un sistema tan endogámico como el de la élite empresarial guatemalteca tradicional.

Otros capítulos del estudio

Capítulo #1

Antecedentes

Capítulo #2

La Línea trazada

Capítulo #3

El tercer gran actor

Capítulo #4

Fragilidad

Capítulo #5

Formas de control y presión

Capítulo #6

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